Paco Plaza

Entrevista con Paco Plaza: «En el cine, la trama es la excusa para contar un concepto que trasciende la historia»

Con motivo del estreno de su nueva película Quien a hierro mata, Paco Plaza tuvo unas palabras con nosotros acerca del proceso de rodaje del largometraje. Tras Verónica, el director valenciano se pasa al thriller para contar una historia ambientada en Galicia con una profundidad inquietante. Quien a hierro mata cuenta las vivencias de Mario, un enfermero que debe dar cuidados paliativos a Antonio Padín, uno de los narcotraficantes más famosos de la zona. El 30 de agosto llega a los cines de toda España.

PREGUNTA: Tu obra ha circulado más bien por el terror. Ahora llega esta película más centrada en el suspense. ¿A qué se debe este cambio?

PACO PLAZA: No ha sido algo premeditado. Emma Lustres, productora de Vaca Films, me pasó el guion hace unos tres años y lo cierto es que me encantó. En ese momento estaba inmerso en la preproducción de Verónica y no podía hacerlo. Ella me dijo que esperaría, que tenía el pálpito de que yo tenía que dirigir esta película. Cuando acabe Verónica comencé a trabajar con este guion y la verdad, estoy encantado. Es la primera vez que me salgo del terror, pero tampoco me he ido muy lejos. No es una comedia musical. Ha sido muy interesante manejar otros códigos, propios de otro género. El trabajo de Juan Galiñanes y la posterior entrada de Guerricaechevarría también facilitaron el trabajo con un guion muy bueno. Tienen una gran solvencia que facilita su comprensión. Y, por supuesto, tener a Luis Tosar es como hacer trampas. El personaje tiene mucha complejidad, con una enorme oscuridad interior, teniendo que compatibilizarla con la amabilidad del jeriátrico. Conseguir que el público empatice aun así con el personaje es complicado, pero con una bestia parda como Tosar, te lo hace todo más fácil.

P: En otra entrevista comentabas que, aunque el guion no era tuyo, sentías la necesidad de contar esta historia. ¿Qué era lo que más te llamaba la atención?

PP: El final. Cuando leí el final del guion, con esa imagen brutal, me quedé loco. Pensé que no quería que nadie más hiciera esta película. Ese plano tenía que rodarlo yo, tenía que estar presente cuando se produjese. Recuerdo por un lado la sensación al llegar a ese final y también el sentimiento al rodarlo.

Quien a hierro mata Paco Plaza
Paco Plaza dirigiendo a Luis Tosar en una escena de la película

P: Ese final también conecta con lo que consigue la película, llevándote de un lado a otro. Pero es ese desenlace el que, finalmente, te deja ese mal cuerpo. Es lo que acaba por romperte después de todo el viaje.

PP: Yo creo que si. Cuando lo leí, hable con Emma para preguntarle si podia rodar ese final de verdad. Cuando me dijo que si, que se podía hacer, fue cuando acepté de lleno.

P: Precisamente, el guion reune una dualidad de conceptos que contrapone constantemente. Hay una historia detrás, con una serie de conflictos de los personajes. Sin embargo, ese enfrentamiento entre conceptos como la vida y la muerte llevado a la realización creo que es lo que acaba estructurando la película.

PP: Al final, lo que pretende simbolizar es que el odio que mostramos es una espiral sin final. Es un camino infinito, una pescadilla que se muerde la cola. Planteamos la película en esa discusión entre vida y muerte, luz y oscuridad. Todo el trabajo que hicimos con Pablo Rosso, el director de fotografía, era para contraponer mucho los momentos luminosos del protagonista cuando está con su mujer por ejemplo, con los que está ejecutando su venganza. Las sombras invaden su cara en paralelo a como invaden su alma.

P: Cuando ves la película, se nota una intencionalidad de contar una historia, pero sobretodo de reunir unos conceptos que fueran en paralelo para que el mensaje quedase muy sintético.

PP: Yo creo que, en el cine, la trama es la excusa para contar un concepto que trasciende la historia. Siempre intento al hacer una película encontrar de que va la película más allá de lo que sucede. Por ejemplo, en Verónica era el paso de la infancia a la adolescencia, con todo el vértigo que eso supone. Todo eso tenía independencia de momentos como el de la ouija. En esta película quería tratar como cuando haces daño a alguien, en realidad te lo haces a tí mismo. El odio que ves en otro es en realidad lo que esa otra persona está proyectando sobre tí. Por eso hay varios flashbacks del personaje en momentos de enfrentamiento, ya que lo que esta viendo en realidad es lo que le llevó a engendrar ese odio.

P: A raíz de ese final que es lo que te acaba llevando a realizar esta película, ¿cuál dirías que es la escena que tuvo mayor exigencia?

PP: Hay varios tipos de exigencia. Por dificultad técnica y por el tiempo de rodaje que teníamos, el intercambio de drogas tenía cierta complejidad de efectos. Sólo teníamos un día para rodarla, por lo que había que ir deprisa con una planificación al milímetro desde el trabajo de mesa. Pero, por ejemplo, a nivel actoral y de exigencia emocional, el final era especial. Fue la más complicada para Luis. Como tal era una escena muy sencilla, pero sabíamos que estábamos en un terreno muy delicado.

Paco plaza
Paco Plaza, en una imagen promocional

P: Hablando de las interpretaciones, trabajar con Luis es como tu decías, casi hacer trampas. Pero me ha llamado mucho la atención el trabajo de Ismael Martínez. Cada sentimiento que muestra en sus vivencias, parece que realmente lo esta viviendo en primera persona.

PP: Me alegro muchísimo de esa impresión porque Ismael, aparte de ser un tipo increíble, es un actorazo. Trabajé con el en REC 3, e incluso lo quisimos contratar para REC 2. Llevo tiempo siguiendole la pista porque es una bestia. Recuerdo cuando hicimos las pruebas que la idea para el personaje era encontrar un actor que acojoné a Tosar. Colocarlo en plano junto a Luis Tosar y que pienses que le supone una amenaza era importante. Luis, al fin y al cabo, tiene una apariencia muy dura. Ver a alguien que le resultara amenazante y sin caer en excesos era muy importante.

P: Aun con el cambio que has dado hacia otro género, tal y como decías tampoco te has ido demasiado lejos. ¿Crees que esta podría ser tu película más terrorífica?.

PP: Pues puede que sí. Es cierto que da mucho más miedo la realidad que la ficción. Aquí hay algo de mirada en los abismos de los personajes que, al no tener el elemento sobrenatural, te resulta más reconocible. Es probable que sea la más terrorífica que he hecho.

P: Te lo preguntaba precisamente porque hay varios elementos que parecen contribuir a ello. Principalmente, el sonido, donde parece que habéis puesto mucho énfasis en los golpes fuertes impactando en cada escena.

PP: El diseño que hicimos con Javier Gutierrez, un artista, era tratar que la película sonara filtrada a través del personaje de Mario. El sonido no sólo tenía que recoger lo que ocurría en pantalla sino la manera en la que lo percibe el personaje. Queríamos explorar un poco la perspectiva psicológica del sonido.

quien a hierro mata
Luis Tosar en una escena de ‘Quien a hierro mata’

P: Probablemente, aquí es donde más os habéis acercado al terror ¿no?

PP: Puede ser, sobretodo porque yo vengo de la escuela que vengo. Creo que sí, quiza es donde hemos trabajado de la manera más parecida a trabajos anteriores.

P: Sin embargo, luego al ver la banda sonora hay un contraste muy interesante. El tema principal que aparece los momentos clave la película unía un tono melancólico y a la vez misterioso. ¿Cómo fue el proceso de creación de esa melodía?

PP: Estoy entusiasmado con este tema. La idea que le di a Maika era que tuviera algo melancólico precisamente. Por eso, sugerimos la idea de utilizar un instrumento como la zanfoña, propio de la Edad Media. Es un instrumento en el que oyes el mecanismo mientras lo tocas. Tiene algo de rudimentario, de áspero y de crudeza que era lo que pedía. No era nada artificioso. Lo queríamos para el final, para que simbolizara el destino trágico inevitable. El desenlace está construído como una obra de Lorca, con una tragedia que sobrevuela a los personajes. Creo que Maika captó muy bien ese aspecto con esa melancolía que no es amable, sino terrible.

P: Al mismo tiempo, el tema también está muy ligado al lugar donde se desarrolla la historia, con unos sonidos cercanos a la música celta ¿no?

PP: La zanfoña es un instrumento autóctono. Maika es de origen macedonio y, casualmente, la música de su país tiene mucha relación con la gallega. Tienen instrumentos muy similares. Quería que la música fuera muy de la tierra y ella hizo esa aproximación desde el folklore macedonio. Creó que el trabajo final fue fantástico.

P: ¿Qué sensaciones esperas por parte del público con respecto a esta película?

PP: Pues sobretodo que sea una película que puedas compartir al salir del cine, que sea el punto de inicio para una conversación. El mínimo que debe cumplir una película es que te haga pasar un buen rato, pero si además te permite crear un poso para hablar sobre ella con tus amigos y tu familia, creo que es lo mejor que se le puede desear a una película.

P: Te deseo lo mejor con esta película, Paco. Muchísimas gracias.

PP: Un saludo y un fuerte abrazo.