Título original: Todos los nombres de Dios
Año: 2023
Duración: 100 minutos
País: España
Director: Daniel Calparsoro
Guion: Gemma Ventura
Reparto: Luis Tosar, Inma Cuesta, Nourdir Batan, Roberto Enríquez, Lucas Nabor, Patricia Vico
Productoras: Todos Los Nombres De Dios AIE, TriPictures, Second Gen Pictures, Wanda Visión.
Géneros: Acción. Thriller / Terrorismo
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El próximo 15 de septiembre se estrenará en los cines la nueva película del director Daniel Calparsoro (Cien años de perdón, El aviso) titulada Todos los nombres de Dios. Tras un atentado, Santi (Luis Tosar), en su afán por ayudar, toma como pasajero en su taxi a uno de los terroristas. Hamza (Nourdir Batan) lo coge como rehén y le obliga a ayudarle a huir. Sin embargo, los diferentes sucesos hacen que Santi acabe paseándose por la Gran Vía con un chaleco cargado con explosivos.
Si en otras películas del director se prima la acción frente al apartado humano, en esta los personajes son de carne y hueso. Dicho de otro modo, la superficie del largometraje muestra una tensión constante y el fondo enseña los sentimientos que tienen todos los individuos. Sin duda, es la película más emocional de Daniel Calparsoro.
El guion está muy bien escrito y consigue que el público se identifique con las acciones de los personajes. Centrándonos en los protagonistas, ambos tienen algo interior que exteriorizar.
Pilar (Inma Cuesta) tiene como su primera misión evitar que el chaleco que lleva Santi explote. Debe demostrar que vale para el puesto y no puede tener un debut más complicado. Por su parte, Santi -mientras ve su vida en peligro- recuerda todos los momentos con su familia y les pide perdón por las situaciones en las que les ha fallado.
Los personajes secundarios son esenciales y aportan dinamismo a la película. Patricia Vico y Lucas Nabor interpretan a la esposa y al hijo de Santi. Esta familia brinda las escenas más sentimentales del film y consiguen que el espectador forme parte de ella.
A lo largo del largometraje, y como consecuencia de no poder estar junto a Santi, se unen más y comprenden la importancia de mantenerse unidos y decirse las cosas que sienten en lo más profundo de su corazón. La vida les da una segunda oportunidad y saben que no pueden desaprovecharla.
Roberto Enríquez se pone en la piel de un alto mando de las Fuerzas De Seguridad Del Estado que sabe delegar sus decisiones. Es decir, sabe que no es él quien tiene la última palabra y es capaz de replantearse sus primeras ideas. Es una persona comprensiva e inteligente que conoce los límites de su puesto de trabajo.
Por último, es muy interesante el enfoque que la guionista Gemma Ventura le da a Hamza porque le da un componente humano y terrenal.
En esta película se puede apreciar, incluso se podría debatir acerca de si es el hilo conductor, el papel que el azar tiene en la vida. Este elemento no es nuevo en la filmografía del director, ya que está presente también en Cien años de perdón.
Este, así lo definió el director en la entrevista que realizó para la revista, es insalvable. Santi decide llevar a un pasajero más y por eso acaba en el aeropuerto dónde se produce el atentado. Una vez allí, empieza a ayudar y entra a un malherido a su taxi para llevarlo al hospital. Sin saberlo, se acaba de convertir en el rehén de un terrorista y toda su vida va a dar un giro de 360 grados.
De tal manera, ha sido el puro azar el que ha dictaminado el futuro de Santi y su familia. Él podría no haber recogido a esa última persona o su destino podría haber sido otro. Pero, el azar quiso que estuviera en el aeropuerto y que recogiera a Hamza.
En la película también se aprecia el poder que tienen los medios de comunicación y como se pueden manipular las imágenes. Además, también se muestra de qué manera todo el mundo está interconectado y de qué modo se puede «jugar» con la tecnología y las redes. Este es un actor principal en la sociedad actual. El poder de una imagen vale más que mil palabras.
La película está dividida en dos bloques muy claros. El primero corresponde a las horas que pasan juntos Santi y Hamza. El segundo engloba al momento en el que Santi se pasea por el centro de la capital española con un chaleco cargado de explosivos.
Uno de los puntos fuertes del largometraje, sin duda, es que la tensión no desaparece. Ambos momentos están bien unidos y consiguen que el film no decaiga en ningún momento. Siempre estás atento por saber qué es lo que va a suceder.
Por lo tanto, aunque haya dos partes, Daniel Calparsoro alcanza su objetivo: la acción siempre está presente y no para de aumentar. Además, esta es, más que nunca en su filmografía, representada por personas no de acción, sino de carne y hueso.
Hablando de la parte técnica hay que resaltar la larga secuencia de la Gran Vía. Esta se grabó, tal y como apuntó el director en la entrevista, en dos domingos desde las 8 hasta las 12 horas. Es una de las escenas más impactantes del actual cine de acción español y sólo por ella vale la pena la entrada.
Es más, durante estos minutos se puede ver perfectamente como se fusionan la acción y los sentimientos de los personajes. Pilar debe conseguir que el atentado no tenga éxito y Santi, mientras camina hacia un final incierto, habla con su familia como hacía años que no hablaba.
Como conclusión, Todos los nombres de Dios es el mejor trabajo de Daniel Calparsoro porque consigue añadir a la acción el lado humano y emocional de los personajes.
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Lo mejor: La construcción de los personajes y el segundo bloque de la película.
Lo peor: Objetivamente, me gusta todo, subjetivamente hubiera hecho un final distinto.
Nota: 8/10