En los años 2000 Batman parece que encuentra la versión definitiva entrando en la historia de los récords en recaudación de taquilla, a la vez que fue considerada como la película más importante basada en un superhéroe, hasta la fecha.
Estamos hablando de la trilogía dirigida por Christopher Nolan, la cual elevó el “subgénero” de los superhéroes a una nueva categoría. Lo que Miller hizo y causó en el mundo del cómic, Nolan lo lleva a la gran pantalla. Crea un Batman realista, fuera de lo gótico y de lo comercial, y hace así un traje y unos accesorios de lo más funcionales, estando por encima de lo estético.
Después del fracaso internacional de Batman y Robin (Schumacher, 1997), Warner Brothers decide relanzar al personaje a la gran pantalla para limpiar la imagen infantil que había dejado el Batman interpretado por George Clooney.
<<La intención de este enfoque era aportarle una nueva visión, más realista, alejándose por tanto del tono desquiciado y fantasioso de las aproximaciones de Tim Burton y Joel Schumacher, y que el público se interesara tanto por Batman como por Bruce Wayne.>> Ezequiel Herrera en el libro «Batman, ¿por qué tan serio?«
El Batman trágico que interpreta Christian Bale, al igual que el extraordinario papel del Joker interpretado por Heath Ledger, elevan la figura del héroe y el villano a un nivel que se merecía. El Joker no se muestra con un maquillaje y ropa perfectos. El director quería a un payaso que le diera igual la perfección y el orden (ideas que representaban a Batman), y para ello, utilizó un maquillaje difuminado y nada preciso.
Nolan utilizó el cine como herramienta para mostrar la parte más filosófica y seria del personaje y así invadir de reflexiones la mente del público, habitándolo en una ciudad real (eliminando los decorados de Burton y Schumacher), existiendo así más evidente la crítica social que emplea el director aprovechando Chicago y Nueva York como escenario representativo de Gotham.
Esas construcciones laberínticas que no llevan a ningún sitio, son parte de la idea utilizada por Christopher Nolan. Es un fraccionamiento, una distorsión, descomposición y multiplicación del lugar, haciendo al mismo tiempo una crítica al concepto de espacio, contrastando con las imágenes tranquilizantes de la ciudad americana durante el día, como por ejemplo la ciudad Metrópolis de Superman.
En la segunda película de la trilogía (El Caballero Oscuro, 2008), los escenarios de Gotham son principalmente diurnos, más reales y funcionales al igual que el traje de Batman, acordes con la época tecnológica que nos ha tocado vivir.
Esta idea de la función por encima de la estética está relacionada con la filosofía de Mies van der Rohe. Las construcciones del arquitecto racionalista sirvieron como escenario de El Caballero Oscuro para caracterizar a un Batman frío y funcional. Al personaje lo rodean escenarios de la más estricta austeridad formal y decorativa, pero de un minimalismo riguroso no exento tampoco de sensualidad y mucho más cercano a nuestra tecnológica y funcional contemporaneidad.
La Sede de industrias Wayne, el ático donde reside Bruce, y la bat-cueva, así como el propio traje de Batman, corresponden a este ideal que Mies ya mencionó, donde se apreciaba el valor de ‹‹menos es más››. Mientras que la Bat-cueva de Tim Burton muestra un carácter anguloso y gótico, Schumacher nos muestra una Bat-cueva un tanto futurista. Este predominio por lo estético se esfuma en las nuevas versiones de Nolan predominando la funcionalidad de dicho lugar.
Por primera vez, aparece en Batman la concepción del traje como protección y no como un simple disfraz. Desaparece la lana y el cuero y entra en juego los materiales kevlar y nomex, cuya novedad sirve para proteger el cuerpo de nuestro héroe. Su capa utilizará el tejido inteligente, el cual existe en la realidad y consiste en que dicho tejido altera su naturaleza en respuesta a una acción de diferentes estímulos externos, físico o químicos.
En conclusión, un Batman que deshecha la fantasía y adapta al personaje a los nuevos tiempos, jugando tanto con la realidad que nos creó allá por el 2008 la duda existencial de que ser Batman era posible.
«Porque Batman es más que un símbolo, es un protector vigilante….Un caballero oscuro.»