Título original: Sleeping with Other People
Año: 2015
Duración: 95 min
País: Estados Unidos
Director: Leslye Headland
Guión: Leslye Headland
Fotografía: Ben Kutchins
Reparto: Jason Sudeikis, Alison Brie, Adam Scott, Amanda Pett, Jason Mantzoukas.
Género: Comedia romántica
Ficha en Sensacine
Analicemos el tópico: “un hombre y una mujer no pueden ser colegas”. Parece el pensamiento principal para impulsar una cinta como Nunca entre amigos, comedia romántica que, con una copia barata de la esencia de Cuando Harry encontró a Sally, está condenada desde su estreno a engrosar las listas de cintas recurso de viernes por la tarde.
Podría ser de otra manera, pero cualquier intento de distinguirse de sus predecesoras se queda a medio camino. Un guión simple, con estereotipos manidos y aderezado con algo de lenguaje malsonante da la mano a una trama predecible y con un final (in)esperado que no tiene justificación, coherencia ni gracia.
No es que no se intente maquillar: la cinta está llena de referencias ¿culturales? que van de Madame Butterfly a Pollock. También de guiños mainstream, como alusiones a Juego de Tronos añadidas con calzador. Hasta una (nueva) escena acompañada de Modern Love, de David Bowie, tema que ha alzado a nivel de hitos del cine secuencias de obras como Frances Ha o Mala Sangre y que en Nunca entre amigos parece una broma de mal gusto a la memoria del británico.
La comedia no funciona. Apenas provoca una vaga sonrisa en alguna que otra escena, no levanta empatía y las situaciones y diálogos son forzados e irreales en su mayoría. No es culpa de sus actores; de hecho, la actuación de Alison Brie es la única tabla de salvación a la que aferrarse en un torrente de mal gusto.
En definitiva, Nunca entre amigos entra en esa categoría de “quiero y no puedo” que no parece destinada a convencer ni al espectador general ni al amante de largometrajes al más puto estilo chico-conoce-a-chica.
Lo mejor: La actuación de Brie, que se sitúa tras su etapa en Community como una de las nuevas grandes caras de la comedia comercial.
Lo peor: El empeño en añadir referencias fuera de lugar y “romper” estereotipos cayendo aún más en ellos.
Nota: 3/10