Crítica – ‘Mercy’

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Título original: Mercy

Año: 2016

Duración: 86 min

País: Estados Unidos

Director: Chris Sparling

Guión: Chris Sparling

Música: Phil Mossman

Fotografía: Luca Del Puppo

Reparto: Constance Barron, Michael Donovan, Caitlin FitzGerald, Michael Godere, Dion Graham, Tom Lipinski, James Wolk, Dan Ziskie.

Productora: Uncorked Productions / XYZ Films

Género: Thriller.

Mercy tiene un problema importante. Algo de lo que este tipo de películas deben escapar como de la peste y que no es precisamente fácil: la previsibilidad. Y es que todos los plantings que vamos recogiendo nos inducen a pensar en lo que, efectivamente, acaba pasando en cada tramo. No hay giros sorprendentes de guion, ni descubrimientos insospechados. Ni mucho menos un final que no sea el que el espectador medianamente atento se hace en la cabeza desde más o menos la mitad de la película.

Siempre se dice, cuando se entra dentro del género del thriller, que una buena película es aquella que hace creerse muy listo al espectador. Esconder matices y pistas disimuladas pero a la suficiente vista como para que quien está en su sofá crea que ha acertado el truco, para luego darle una bofetada en forma de giro en el que entra ese factor de sorpresa, shock e incredulidad que diferencia las buenas películas de intriga de las malas.

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En Mercy, sin embargo, el espectador es el amo del relato desde el principio hasta el final. Es consciente de las pistas falsas y las que cree que parecen verdaderas resultan siempre como tal. Es posible, quizás, que el juego que se trajera entre manos su director y guionista, Chris Sparling (El instituto Atticus, 2015), fuera ese. Sin trampa ni cartón. Jugar más al cómo que al quién, qué o por qué.

Y pudiera ser una buena decisión si la película discurriera por unas vías diferentes a las frecuentadas por el género. Pero no es el caso. Todo lo que ocurre nos suena de algo. Además,  Mercy apuesta en su primer giro  muy claramente por un factor de intriga que luego es dejado en segundo plano para darle trascendencia al thriller de acción más puro. El problema reside en que en esa mezcla y vaivén de la película el espectador se queda a la mitad, porque parece que nunca se le llega a dar lo que promete.

Y es una pena, porque todos los demás elementos juegan a favor de ella: una atmósfera opresiva y oscura que inquieta, unos personajes con sus claroscuros sin apostar claramente por el bueno y el malo, y la interesante premisa de partida. Todo ello es lo suficientemente atractivo como para atrapar al espectador durante todo el metraje y aguantar los cimientos. Con actuaciones muy correctas de todo el reparto, y una estructura que apuesta por el juego temporal, la película tiene suficiente para entretener. Eso, con sus más y sus menos, lo consigue.  No es el problema de Mercy el ser una película aburrida.

Lo mejor: Su atmósfera. Oscura, opresiva, intimidante. Esa América profunda que tanto ha dado al thriller.

Lo peor: Su previsibilidad. Todo resulta lo que parece ser. 

Nota: 5,5/10