Póster de Las chicas del cable
Año: 2017
Duración por capítulo: 50 min.
País: España España
Dirección: Ramón Campos (Creator), Teresa Fernández-Valdés (Creator), Carlos Sedes, David Pinillos
Guion: Ramón Campos, Teresa Fernández-Valdés, Gema R. Neira, María José Rustarazo, Michael Sorich, Carlos Portela, Jaime Vaca, Almudena Ocaña, Estíbaliz Burgaleta
Fotografía: Daniel Sosa
Reparto: Blanca Suárez, Maggie Civantos, Ana Fernández, Nadia de Santiago, Ana Polvorosa, Yon González, Martiño Rivas, Nico Romero, Borja Luna, Sergio Mur, Concha Velasco, Iria del Río, Ernesto Alterio, Andrea Carballo, Antonio Velázquez
Productora: Bambú Producciones. Distribuida por Netflix España
Género: Serie de TV. Drama. Comedia | Años 20. Amistad
El regreso de Las chicas del cable con su segunda temporada era uno de los regalos seriéfilos más esperados esta Navidad.
Sí, Blanca Suárez, Ana Fernández, Ana Polvorosa, Martiño Rivas, Nadia de Santiago y Yon González, han vuelto… ¡y de qué manera!
En el Madrid de los años 20, cuatro chicas viven romances, amistades y cambios sociales en su lugar de trabajo: la recién nacida compañía de teléfonos. Aunque ya en esta segunda temporada se ve cómo se desarrollan diversos progresos en cuanto a la telefonía de la época. Lo que incorpora a dos nuevos fichajes, los hermanos Sebastián y Alexandra Uribe, interpretados por Andrea Carballo y Ernesto Alterio.
Esta nueva tanda de episodios ha servido para que la trama se vuelva más compleja y los personajes crezcan. Todos lo han hecho y ninguno para mal. Por un lado, se encuentra la trama de Lidia Aguilar (Blanca Suárez), su triángulo amoroso con el que fue el amor de su vida y su nuevo pretendiente quedó un tanto “revuelta” en la primera temporada. Una revoltura que rozaba el género telenovela. Sin embargo, durante esta temporada se ha apreciado como, dejando a un lado el romanticismo y la lucha incansable por los amores que parecen condenados a no ser, Lidia, Francisco (Yon González) y Carlos Cifuentes (Martiño Rivas) entran en un campo de traición, venganza y deseo que resulta mucho más entretenida.
En esta ocasión se disfruta de una Lidia Aguilar más real y transparente, en cuanto a su relación con su círculo de amigas. Un grupo de mujeres jóvenes y unidas que se enfrentan juntas a todo. Una de las palabras que podrían ponerse de reclamo en cuanto a la relación de las cinco telefonistas es sororidad. Esta temporada se ha explotado mucho la fortaleza de ese vínculo tan fraternalista que crean: comprensión, compañerismo, honestidad y respeto.
La entrañable Marga (Nadia de Santiago) se ve envuelta en los líos de sus amigas pero, al margen de esto, vive su propio drama con Pablo Santos (Nico Romero), el administrativo del que está enamorada. Una pareja muy que se hace querer, ya que sobre ellos recae gran parte del humor de la serie. Son un soplo de aire fresco de forma individual y conjunta. También es cierto que la temporada concluye abierta para el futuro de esta pareja, ¿se avecinarán más dramas o por fin podrán casarse en paz?
Ángeles (Maggie Civantos) ha sorprendido. Y no como actriz, el respeto del público a nivel nacional se lo ganó dejando a todos con la boca abierta tras interpretar a Macarena en Vis a Vis. El desarrollo de su trama era una de las más esperadas, una mujer maltratada por su miserable marido. El destino de Mario Pérez (Sergio Mur) alegro a todos y desembocó en una Ángeles nueva. Su relación con el inspector Cuevas (Antonio Velázquez) es muy inesperada y aún viendo el doble juego de ella sigue surgiendo la duda, ¿se están convirtiendo Ángeles en la nueva Lidia/Alba o realmente siente algo por el policía?
Las chicas del cable también han profundizado en el personaje de Elisa Cifuentes (Ángela Cremonte), una víctima de su familia y del caos amoroso en el que están envueltos su marido y su hermano. Ha resultado ser un personaje carismático puesto que ha dado un paso al frente de todo. Elisa podría cambiar por completo el rumbo de la compañía y de la historia que envuelven al resto. Desde el principio se la presentado como una mujer indecisa, en segundo plano, con problemas de autoestima y depresión. Tiene dos opciones reclamar su puesto o recaer, tal y como ha advertido su madre (Concha Velasco) en incontables ocasiones. La primera opción sería bastante interesante de ver.
Y por último, la palma de todo este drama histórico, creado por Gema R. Neira y Ramón Campos, se lo llevan las brillantes actuaciones de Ana Fernández y Ana Polvorosa. La relación de Sara (Polvorosa) y Carlota (Fernández) aporta la pluralidad que, lamentablemente, en la televisión aún el espectador no están acostumbrado a ver. Que a la relación de estas dos mujeres se sumara Miguel Pascual (Borja Luna), la hacía aún más cautivadora, pues se exploraba la poligamia. Durante esta segunda temporada Sara Millán se «desnuda» ante sus amantes para desvelar algo que elevara el argumento de su historia a un nivel magnífico. Se habla de forma clara y con absoluto respeto los diferentes espectros de la sexualidad. El amor es amor y la química de ambas actrices hace que esa pureza invada los corazones y las mentes de la audiencia.
Además Carlota Rodríguez sigue siendo la más revolucionara del grupo, sus impulsos y sus principios van por delante, aunque desentonen con una época retrógrada y machista. Esto la convierte en una de las figuras más aclamadas en las redes sociales por los jóvenes, es el reflejo de la mujer del 2017.
El final es turbulento y oscuro, la tragedia necesaria para apretar los dientes y abrir los ojos como platos hasta su regreso. La gran apuesta española de Netflix ha sido renovada por una tercera temporada que llegará a la pantalla en el 2018. Menos mal que ya se acaba el año.
Operadora 47, necesito otra buena dosis de Las chicas del cable.
Lo mejor: La trama de Sara y Carlota y la unión de las telefonistas.
Lo peor: El estrepitoso resultado del triángulo amoroso entre Lidia, Carlos y Francisco.
Nota: 9