Título original: Bogowie
Año: 2014
País: Polonia
Dirección:Lukasz Palkowski
Guión: Krzysztof Rak
Música: Bartosz Chajdecki
Fotografía: Piotr Sobocinski Jr.
Reparto: Tomasz Kot, Piotr Glowacki, Szymon Piotr Warszawski, Magdalena Czerwinska,Rafal Zawierucha, Marta Scislowicz, Karolina Piechota, Wojciech Solarz, Arkadiusz Janiczek, Cezary Kosinski, Konrad Bugaj, Magdalena Kaczmarek, Magdalena Wróbel … Nurse Michalina, Milena Suszynska, Jan Englert, Wladyslaw Kowalski,Zbigniew Zamachowski, Marian Opania, Malgorzata Lata, Kinga Preis
Productora: Watch Out Productions
Género: Drama
El polaco Zbigniew Religa fue el primer cirujano de su país en realizar con éxito un trasplante de corazón. Puede que el nombre no les suene de nada, pero seguro que recuerdan esa fotografía histórica de un cirujano descansando junto a la camilla de su paciente en una aséptica sala donde al fondo duerme uno de sus ayudantes. Ese cirujano es Zbigniew Religa, y Lukasz Palkowski le rinde su particular tributo en ‘Dioses’.
La película tiene dos grandes aciertos. Por un lado sobresale su ritmo, partiendo desde el sobrio guión de Krzysztof Rak y apoyado en un trabajado montaje, hace que la película se pase en un suspiro. Entretenida y atractiva, estás sumergido en la historia desde el primer minuto y dejas tus próximas dos horas en las quirúrgicas manos de Tomasz Kot. Porque ese es el otro punto fuerte de la película, su protagonista. Kot interpreta a un personaje complejo y difícil para cualquier actor, y lo hace a las mil maravillas. Su personaje es magnético, tanto que hasta por momentos deseas que pasen las escenas en las que no aparece, afortunadamente pocas.
La trama sobrevuela sobre dos ejes de carácter universal, el ego y la ambición desmedida. Su propio título es la muestra más clara de los terrenos psicológicos por los que se mueven sus protagonistas. Una lucha contra la religión, la moral, la ética, el conservadurismo de la época… los personajes llevan sus objetivos hasta el límite, dándose de bruces con una sociedad y un sistema estancado en el pasado y reacio a los nuevos tiempos. Resalta ahí la figura del cirujano Religa como el Dios, un Mesías en un tono de antihéroe muy lejano de lo que tenemos acostumbrados en el imaginario médico popular y muy cercano a esa figura de claroscuros que últimamente pueblan a sus anchas las series de televisión de éxito (aunque lejana, la comparación con House es inevitable). Esa ambición desbocada por el éxito, por la fama, que obnubila todo a su paso se retrata en la película a través de un personaje arrollador, al que la humildad parece haber abandonado por completo.
Y es entonces cuándo surge las preguntas: ¿el fin justifica los medios? ¿todo vale por alcanzar un ideal? ¿dónde está el límite? o… ¿hasta qué punto se puede jugar a ser dios? Palkowski usa la cirugía más extrema, la de poner el corazón de una persona a otra, para plantearlas. Y lo hace notablemente bien.
Lo mejor: El papelón que se marca Tomasz Kot en la piel de Religa.
Lo peor: Que el personaje central es tan magnético que hasta te da rabia que haya escenas en las que no aparezca.
Nota: 7,5/10