Crítica – ‘Día de lluvia en Nueva York’

Título original: A Rainy Day in New York

Año: 2019

Duración: 92 min

País: Estados Unidos

Dirección: Woody Allen

Guion: Woody Allen

Fotografía: Vittorio Storaro

Reparto: Timothée Chalamet, Elle Fanning, Selena Gomez, Jude Law, Annaleigh Ashford, Rebecca Hall, Diego Luna, Liev Schreiber, Cherry Jones, Will Rogers.

Productora: Gravier Productions / Perdido Productions

Género: Comedia. Romance

Ficha en Sensacine

Día de lluvia en Nueva York. Es quizá uno de los títulos que más evocan a Woody Allen y su cine: lluvia, depresión, nostalgia, Nueva York. Falta un chiste sobre judíos para acabar de rematar un título que llama a lo más puro del trabajo del neoyorquino pero que, en realidad, da nombre a una película que acaba reflejando un enorme hartazgo en las ideas del cineasta.

Quedan ya pocos cineastas que, con su solo nombre en el cartel, consigan mover y remover al público para acudir a las salas a ver “su nueva película”. Con el permiso de Tarantino y de Scorsese, es quizá Woody Allen uno de esos autores que, con sus más y sus menos, sus aciertos y sus hartazgos, continúa creando cita con su público año tras año desde hace décadas. Y, sin embargo, con Día de lluvia en Nueva York, el neoyorquino ha conseguido cargar de argumentos a aquellos detractores de su trabajo que afirman que su filmografía lleva años creativamente exhausta y sus temas irritablemente manidos. Y esto tiene parte de razón, aunque no toda.

Sí, es cierto que Woody Allen es un director tremendamente irregular. Siempre lo ha sido, no es algo de “su última etapa”, en la que se incluyen algunos de sus mejores títulos: Match Point (2005), Medianoche en París (2011), o Blue Jasmie (2013). Ha llovido, nunca mejor dicho, ya mucho desde esas obras, y Día de lluvia en Nueva York parecía el momento idóneo para sacar lo mejor de su trabajo. Pero no ha sido así.

Con un reparto más que prometedor, y que, por cierto, cumple en casi todos los ámbitos – destacando a Timothée Chalamet y Elle Fanning, pero también Selena Gomez y hasta el breve de Jude Law – la cinta supone un desperdicio de buenas premisas. Que la trama se despliegue durante un único día lluvioso en Nueva York, con sus protagonistas desperdigados por la ciudad, perdidos – física y emocionalmente – supone un enfoque muy goloso para la mente de Woody Allen, que podría haber sacado una película brillante. Pero no ha sido así.

Día de lluvia en Nueva York puede ser una experiencia tremendamente entretenida para un recién llegado al cine de Woody Allen. Pero tras casi cincuenta años de filmografía – algo que, guste más o menos, es una auténtica barbaridad muy meritoria -, uno no puede evitar poner los ojos en blanco ante el reciclaje de los mismos mensajes y resoluciones.

Día de lluvia en Nueva York tampoco engaña. La cinta es un compendio de los ingredientes fundamentales que caracterizan de forma superficial al cine de Woody Allen. Pero a la vez, está vaciada de sus elementos más trascendentales. Porque sí, hay chistes de judíos. Sí, hay una voz en off cargada de frases ocurrentes.  Sí, hay mordaces críticas a esa élite liberal e hipócrita estadounidense. Y sí, está Nueva York. Pero al mismo tiempo estos ingredientes caen en saco roto al carecer de su esencia, de su núcleo duro.

Y es que, en su conjunto, da la sensación de que es Día de lluvia en Nueva York es una película realizada por un fan muy fan de Woody Allen, conocedor y disfrutón de sus ocurrencias y de su libro de estilo, que ha decidido lanzarse a hacer un fan-film y ha tratado por todos los medios que no faltase ninguno de sus elementos reconocibles.

Al final, Día de lluvia en Nueva York, como su título, falla por, al querer ser su película más “Woodyalliana”, resulta ser la menos de todas.

Lo mejor: Woody Allen siempre entretiene, aunque sea a base de chascarrillos ingeniosos.

Lo peor: Lo anterior no es suficiente para tapar la ausencia casi total de nuevas ideas.

Nota: 6/10