Crítica – ‘El ciudadano ilustre’

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Título original: El ciudadano Ilustre

Año: 2016

País: Argentina

Dirección: Gastón Duprat, Mariano Cohn

Ayudante de dirección: Martín Bustos

Producción: Fernando Sokolowicz, Victoria Aizenstat, Eduardo Escudero, Manuel Monzón, Fernando Riera

Guión: Andrés Duprat

Música: Toni M. Mir

Sonido: Adrián De Michele

Fotografía: Mariano Cohn, Gastón Duprat

Protagonistas: Oscar Martínez, Dady Brieva, Andrea Frigerio

Simple y concisa, pero a la vez subversiva y perturbadora. Esta definición, que aparece en una de las escenas de la misma película, es la mejor descripción de ‘El ciudadano ilustre’, el nuevo filme de la siempre prolífica factoría argentina que llega a España con ánimos de conquistar las salas de todo el país gracias a la deconstrucción de una de las personalidades del mundo de la literatura sudamericana.

El nuevo largometraje de los directores Gastón Duprot y Mariano Cohn, que ya estuvieron al frente de otras obras de éxito como ‘El hombre de al lado’, presenta una historia que en teoría resulta fácil de entender para el espectador, pero que a medida que avanza va percutiendo en la mente de los mismos hasta producir una sensación de aturdimiento, de entrañeza, por una realidad que se muestra tan surrealista como real. Una película de esas que hace pensar en el camino de vuelta a casa tras ir al cine a verla.

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Óscar Martínez encabeza y es el catalizador a lo largo del filme de un reparto variopinto y bien elegido

La historia de Daniel Mantovani, el ilustre escritor argentino al que da vida un excelso Óscar Martínez se torna en extraordinaria con el paso de los minutos. Este escritor ficticio, que decide volver a su pueblo natal 40 años después merced a una invitación para convertirle en hijo predilecto del mismo, acaba siendo el centro de una historia que mezcla situaciones muy divertidas en las que se lleva al extremo el estereotipo rural y se hace reír al espectador y otros momentos en los que se hace una dura crítica de la sociedad en la que vivimos, llena de intereses e hipocresía.

En este aspecto no hay distinción, pues en una misma escena podemos encontrarnos toques de las dos tendencias, la cómica y la dramática, lo que le da a la película un sabor agridulce que hace que resulte aún más interesante de descifrar para el espectador. Nunca sabes qué te vas a encontrar, lo que hace que sea poco previsible.

La película, que tiene una duración cercana a las dos horas, se caracteriza en lo que al apartado técnico se refiere por un encuadrado en teoría descuidado, que da sensación de ruralidad y amateurismo, de simpleza a la hora de realizarla, aunque esté muy calculado. Además, los largos planos fijos son una constante. En dichos planos se les da mucha fuerza a los discursos y monólogos de los actores, que se producen continuamente a lo largo y ancho de la obra, haciendo también que los espectadores se sientan dentro de la escena, sin artificios, de una forma sencilla, una consigna que se repite muchas veces en el largometraje.

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A lo largo de la película se viven situaciones bastante surrealistas

Tras contar una historia previa, la película se centra en la llegada de Mantovani a su pueblo natal, un sitio en el que se verá envuelto en una serie de reconocimientos hacia su persona que acaban tornando en un juego de intereses que pilla de por medio al protagonista y que hará reflexionar al espectador de manera profunda sobre muchos aspectos de nuestro día a día.

El entorno, el ambiente y la forma de grabación de las escenas invitarán a los que visionen la película a acompañar al protagonista en una disertación profunda sobre todo lo que rodea a las relaciones interpersonales y el tratamiento a los mitos, un tema que se trata de forma especialmente cuidada en la película. De la misma forma, la vuelta a los orígenes con el fin de encontrarse a uno mismo es otro de los pilares argumentales del filme argentino.

Con un final intrigante, complejo y bien cuidado, el espectador saldrá del cine con la sensación de haber presenciado una obra que no es una película más, sino que aportará algo al ente reflexivo de cada una de las personas que se sienten durante dos horas a verla.

Esta obra, protagonista en el Festival de Venecia, donde se alzó con el premio al mejor actor y el premio del jurado joven, además de estar nominado al León de Oro a mejor película, hará las delicias de todo aquel al que le guste el cine de autor, el cine reflexivo y profundo. Una auténtica maravilla made in Argentina.

Lo mejor: Con una apariencia simple, la película aporta mucho a nivel reflexivo y se torna en muy profunda.

Lo peor: Algunas situaciones parecen demasiado surrealistas en una película que pretende reflejar la realidad.

Puntuación: 8/10