Título original: Becky
Año: 2020
Duración: 93 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Cary Murnion, John Miliott
Guión: Ruckus Skye, Lane Skye, Nick Morris
Fotografía: Greta Zozula
Reparto: Lulu Wilson, Kevin James, Joel McHale, Amanda Brugel, Robert Maillet, Ryan McDonald, Michael Dara, Chandra Michaels, James McDougall, Gage Graham-Arbuthnot, John D. Hickman, Isaiah Rockcliffe
Productora: Yale Productions, BoulderLight Pictures, BondIt, Buffalo 8 Productions, SSS Entertainment, SSS Film Capital, United Talent Agency (UTA)
Distribuidora: Movistar+
Género: Comedia, terror
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No estaba del todo seguro de si Becky, la nueva película del dúo de directores que forman Cary Murnion y Jonathan Milott, iba a gustarme; el gore estadounidense tiende a ser un territorio domesticado, y esta película en la que la heroína es una chavala adolescente que se enfrenta a un grupo de presidiarios fugados no resulta tan original como para vivir solo de su premisa.
Y, sin embargo… Becky ofrece bastante más. Murnion y Milott ya demostraron que tenían habilidad de sobra para combinar la comedia y el terror en Dulces criaturas, y la capacidad de manejar proyectos ambiciosos en Bushwick, pero esta nueva entrega del dúo es una película más comedida, si no por ello menos compleja de realizar.
Y el resultado es realmente bueno: el guion va al grano, es endiablado y divertido y, sobre todo, no da tregua a los nazis; la acción es muy buena, cada golpe duele, cada vez que alguien se clava algo… se siente el dolor. Lo minimalista de su premisa hace que la inclusión de nuevos elementos en el “juego”, una pistola, una llave, una… ¿regla? tenga peso en la trama, y nuestro cariño y apego por los personajes da varios giros y vaivenes a causa de esto.
Pero es que, ¿cuál es la trama? En Becky, un grupo de presos (nazis, como la enorme esvástica en la cabeza de Kevin James, el líder del grupo, señala de forma sutil) está siendo transportado por una zona suburbana cuando escapan del furgón y llega a una casa. Esa misma casa resulta ser el destino de la escapada de fin de semana de Jeff (Joel McHale) y su hija adolescente Becky (Lulu Wilson), donde van a intentar reparar su relación después de la muerte de la madre de Becky, pero donde Jeff también tiene pensado contarle a su hija que va a casarse con su nueva novia, Kayla (Amanda Brugel).
Con todos los elementos dispuestos, Becky sale disparada a una cabaña apartada de la casa después de la revelación de su padre, y es entonces cuando comienza la acción. Se ha hablado de la película como una fusión de Solo en casa y Jungla de cristal, y en cierto modo, sí, pero creo que tiene suficiente identidad como para convertirse en algo distinto, mucho más exagerado en el gore, más cercano al terror, y más imperfecto que aquellas pero no por ello necesariamente algo peor. Es diferente, es divertida y no decepcionará a quien busque pasar un rato entretenido con una comedia de terror sangrienta y una protagonista magnética. Además, el final es una sobrada genial.
Nota: 7/10
Lo mejor: va directa al grano, es divertida y no se corta en sus escenas gore.
Lo peor: no tiene ambición de ser más de lo que puede leerse en su sinopsis.