‘Las cosas que decimos, las cosas que hacemos’ , deconstruyendo el amor

Título original: Les choses qu’on dit, les choses qu’on fait

Año: 2020

Duración: 122 min.

País: Francia

Dirección: Emmanuel Mouret

Guión: Emmanuel Mouret

Fotografía: Laurent Desmet

Reparto: Camélia Jordana,Niels Schneider, Vincent Macaigne, Jenna Thiam, Émilie Dequenne, Guillaume Gouix, Julia Piaton, Jean-Baptiste Anoumon, Fanny Gatibelza, Claude Pommereau, Louis-Do de Lencquesaing, Milla Savarese, Lise Lomi

Productora: Moby Dick Films, Canal+, Ciné+

Distribuidora: La Aventura Audiovisual

Género:  Drama romántico

Ficha en Filmaffinity 

Monogamia, ¿mito o realidad? Emmanuel Mouret deja clara su posición en su nueva película, Las cosas que decimos, las cosas que hacemos. Para el realizador francés, muy prodigado en este tipo de temática, el ser humano moderno tiende a la poligamia y así lo muestran los personajes de su nueva obra.

Cuando se empieza a ver esta cinta uno puede llegar a pensar que está delante de una nueva comedia romántica francesa de esas que ‘ya se han visto mil veces’, pero a medida que el metraje avanza ese pensamiento se disipa hasta desaparecer por completo. En cambio, la historia va sumiendo al espectador en un clima de desconfianza con respecto a todos y cada uno de los personajes, que funcionan casi como una sátira de la falta de compromiso y respeto que se percibe en muchas relaciones personales (tanto amorosas como de amistad) actuales.

La historia parte del encuentro de la novia de François, Daphné, con el primo de este, Maxime. Estarán unos días solos en una casa en la campiña francesa ya que François ha tenido que ir a París por motivos de trabajo. Su novia y su primo, que no se conocían previamente, pronto entablarán una relación de confianza plena a raíz de la puesta en común de sus traumas y experiencias en torno al amor.

A través de flashbacks y vueltas al presente vamos conociendo las personalidades de todos los personajes que conforman la historia. Todos ellos, más pronto que tarde, demuestran su condición de infieles por naturaleza. A pesar de ello, todo está enmascarado por un aura de inteligencia bastante próxima en ocasiones a la superioridad moral  que hace que la lectura de lo que se ve en pantalla se vaya haciendo más bizarra y, en algunas ocasiones pesada, con el paso de los minutos.

Fotograma de la película Las cosas que decimos, las cosa que hacemos.

Las cosas que decimos, las cosas que hacemos cuenta con secuencias y escenas concretas dignas de admirar, tanto por su composición visual como por su trasfondo filosófico. Pese a ello, el hecho de que todos los personajes, cada uno a su manera, representen la misma idea, hace que sea realmente difícil identificarse con uno de los personajes. Si puede uno identificarse con todos los personajes de una historia pero, a la vez, con ninguno, la película afronta entonces un problema serio.

Estos personajes están interpretados por un elenco de muy alto nivel, destacando sobre todo las interpretaciones de Vincent Macaigne (en una nueva visión del arquetípico ‘nice guy’), Neil Schneider (actor fetiche de Xavier Dolan) y Camélia Jordana, que lleva la voz cantante en todas las escenas en las que aparece.

El filme deja a las claras la habilidad y el gusto de Mouret por las temáticas que reflexionan acerca de las relaciones amorosas en la actualidad (algo que ya ha tratado en obras anteriores como El Arte de Amar). Muchas de sus tramas dan rienda suelta al espectador para que este vaya respondiendo preguntas como ¿qué haría yo entonces? ¿Podría irme tranquilo a dormir por la noche después de algo así? Es ahí donde reside gran parte del atractivo de esta película, en esa capacidad de interpelación al espectador para que se plantee dudas alojadas y existentes en su mente pero que quizás llevaban tiempo sin aflorar.

Las cosas que decimos, las cosas que hacemos es, en definitiva, una película distinta y que desde luego merece la pena ver. Estará disponible en cines en España a partir del 2 de julio gracias a La Aventura Audiovisual tras haber formado parte de la selección oficial del Festival de Cannes 2020 y haberse hecho con un premio César (mejor actriz de reparto para Émilie Dequenne).

Lo mejor: Su capacidad de generar debates en los fueros internos del espectador constantemente.

Lo peor: Su tono de superioridad moral ocasional y la dificultad de identificarse con alguno de los personajes que vemos en pantalla.

Nota: 6,5/10

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