Título original: Corporate
Año: 2017
Duración: 95 min.
País: Francia
Dirección: Nicolas Silhol
Guión: Nicolas Silhol y Nicolas Fleureau
Música: Mike Kourtzer
Fotografía: Nicolas Gaurin
Reparto: Céline Sallette, Lambert Wilson, Violaine Fumeau, Stéphane De Groodt, Yun Lai, Hyam Zaytoun,, Antoine Levannier, Nathalie Sportiello, Alice de Lencquesaing, Camille Japy, Xavier De Guillebon, Arnaud Bedouët, Charlie Anson
Productora: Canal+, Ciné+ y Kazak Productions
Género: Drama
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Cualquiera que haya tenido una experiencia profesional por breve que haya sido, se hace cargo de lo complejas que pueden llegar a ser las relaciones en el ámbito laboral. Éstas pueden ser excelentes o pésimas, es difícil que sean neutras. Por lo general, todo lo que implican las relaciones entre empleados y/o empleadores da bastante juego cinematográfico: los recursos humanos, los procesos de selección, promociones, despidos…
Este es uno de esos casos: un ambiente tóxico en una oficina a consecuencia del acoso laboral psicológico (‘mobbing‘) al que se ven sometidos algunos empleados por parte de la responsable del departamento de RRHH de la empresa.
Aunque la película no llegue a mostrar con muchos detalles ese acoso, cosa que sí sucede en su análoga española de La punta del Iceberg de Maribel Verdú y Carmelo Gómez, queda manifiestamente claro que es algo sibilino y deleznable que no es del agrado de ninguno de los compañeros y que trae consecuencias desastrosas. La historia se narra de manera algo sobria, quizá con menos tensión de la que exigiría algo tan trágico, pero consigue atraer por tratarse de un tema lamentablemente bastante frecuente en lo relativo al acoso.
No es descabellado ponerse en la situación de un ambiente de trabajo enrarecido entre compañeros con relaciones inexistentes o difíciles, ni tampoco con unos superiores que fomentan tales malas praxis por falta de escrúpulos y carencia de moralidad.
El hecho de que esté inspirada en un caso real tan mediático y reciente, aumenta notablemente su valía. Se refiere al caso del acoso moral extremo por el que se produjeron casi una veintena de suicidios en la antigua France Télécom (hoy integrada en Orange). Resulta indiferente que esta película utilice referencias ficticias. Igualmente pone el foco en el sector financiero, un sector bastante estigmatizado por este y otro tipo de cuestiones de dudosa legalidad y falta de ética profesional.
Lambert Wilson hace el papel de un cínico director ejecutivo que no tiene miramiento alguno ya que sólo contempla conseguir sus objetivos financieros. Como comentaba al inicio, cualquiera puede tener en mente a un individuo de estas características. No dejan de ser personas realmente egoístas y ambiciosas; un rasgo sociopático ya visto en el clásico ‘yuppie’.
¿¡De qué les sirve a ciertas empresas ese tan socorrido marketing interno y el esfuerzo por crear una cultura corporativa para intentar encandilar a sus empleados!? Llevar a cabo prácticas artificiosas como implantar filosofías orientales extravagantes o metodologías extraídas del ‘coaching‘ y los libros de autoyuda de bolsillo de aeropuerto, no puede suplantar el trato humanizado que los empleados necesitan. Las oficinas de diseño con sofás, pingpong, frutas y cafés variados… no pueden reemplazar la debida atención por las inquietudes y preocupaciones que los trabajadores merecen.
Pero lo verdaderamente bueno de esta historia es que retrata a los personajes principales bajo el prisma de un crudo realismo, como seres egoístas e interesados. No sólo es Lambert Wilson, la propia protagonista (Céline Sallette, de RRHH) no repara en el daño moral y psicológico que inflige deliberadamente a sus subordinados hasta que teme que la tragedia de uno de ellos le pueda suponer serios problemas legales a título personal. De no ser por esas implicaciones penales no hubiera llegado a sentir ni el más mínimo remordimiento. Estaba entrenada, aleccionada y bien remunerada para que así fuera. Al fin y al cabo su ego, la vanidad del poder y cómo no el sustancioso salario de ejecutiva, le reconfortaban enormemente.
Es una cuestión propia de nuestros días, las empresas por diferentes motivaciones tratan de amortizar empleados con el menor coste posible. La táctica de llevarles al hartazgo, el hastío y a la renuncia es la más extrema de las prácticas. Para nada ficticia, y que muchos empleadores utilizan para evitar esa temida y costosa indemnización por despido, máxime si se trata de empleados con antigüedades considerables.
Por desgracia, tragedias como la abordada en esta cinta suelen despertar tardíamente conciencias. Todos se vuelven más moralistas y surge la voluntad de elaborar protocolos y compromisos éticos para evitar que se repita en el futuro. Eso mismo debió pensar el director al rodar esta película. Si la directora del departamento de RRHH (Céline Sallette) y la inspectora de Trabajo (Violaine Fumeau) que la investiga rigurosamente, pudieran llegar a entenderse es que hay esperanza y sería una buena muestra de humanidad en un ámbito laboral tan complejo.
Corporate está actualmente disponible en Amazon Prime Video.
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Lo mejor: visibiliza el acoso laboral psicológico y la deshumanización de algunas malas prácticas de RRHH.
Lo peor: que se haya ahondado más en las consecuencias jurídicas de los culpables, que desde la perspectiva de las víctimas.
Nota: 7/10