El Rey León (2019) ha superado hace poco los 1000 millones de dólares de recaudación a nivel mundial. En España está a punto de traspasar los 30. No hay duda, el nuevo remake de Disney (esta vez animado), protagonizado por felinos generados por ordenador y en cuyo elenco encontramos gente famosa del mundo del espectáculo es un éxito rotundo. Sin embargo, este éxito parece algo injusto para el resto de películas. Concretamente, para una en concreto, otro musical protagonizado por felinos, con abundancia de efectos digitales y en cuyo elenco se cuentan numerosas personalidades del mundo del espectáculo.
Efectivamente, hablo de Cats, la adaptación del musical de Andrew Lloyd Weber que dirige Tom Hooper y llegará a las salas en diciembre de este año. El mismo día que la historia de Simba y Beyoncé aterrizaba en cines, una ola de terror invadió las redes sociales cuando los usuarios pudieron disfrutar por primera vez del esperpento de épicas proporciones creado en los laboratorios de Warner Bros. Y esas proporciones son literales: el primero de los datos que llama la atención sobre esta película es que está grabada en sets gigantes construidos específicamente para la ocasión (difícilmente iban a encontrar una mansión totalmente desproporcionada, todo sea dicho).
En el musical Cats, Taylor Swift interpreta a un gato llamado Bombalurina. El personaje de James Corden es Bustopher Jones. ¿Jason Derulo? Rum Tum Tugger. Para alguien como yo, que conocía el musical original de pasada, cada detalle sobre esta película es un paso en la escalera hacia la locura. Que un estudio se haya gastado más de 100 millones de dólares en la producción de una obra tan absurda, ridícula y estrafalaria, en una época en la que Timón y Pumba son incapaces de articular emociones, es… extrañamente positivo, y quizá un pequeño milagro.
No me malinterpretéis: estoy seguro de que Cats va a ser un descalabro monumental. Tom Hooper me parece un director limitado a la hora de hacer buenas películas, pero en sus esfuerzos de menor calidad totalmente desatado. Su estilo, si se lo puede llamar así, roza la parodia, independientemente de la temática de sus historias, y su habilidad como narrador es cuanto menos cuestionable. Pero son precisamente esas cualidades las que lo hacen idóneo para dirigir Cats.
En el musical Cats, en lugar de animar gatos reales, Tom Hooper y sus diseñadores de vestuario y maquillaje, los españoles Paco Delgado y Uxue Laguardia, han decidido mantenerse fieles al musical original, por lo que Judi Dench se va a ver así:
Utilizando una tecnología de animación de pelaje digital (no me lo invento, su nombre en inglés es digital fur technology y han hecho bastante hincapié en ella), estos gatos antropomórficos van a bailar y brincar y cantar por camas y mesas desproporcionadamente grandes; que una entrada para esto vaya a costar lo mismo que una para ver a un león, un jabalí y un lémur cantar sin cambiar su expresión es un verdadero triunfo del cine.