Asian Film Festival Barcelona 2021 – Críticas (Parte 2)

Después del primer artículo, desde 35 milímetros os traemos la segunda parte del viaje por el Asian Film Festival Barcelona 2021 de las colaboradoras Celia Sales y Gisela Giralt.

  • ​​The Great Indian Kitchen (Jeo Baby, 2021)
Asian Film Festival
Fotograma de ‘The Great Indian Kitchen’

Cuando hablamos de la cocina india, inmediatamente pensamos en esos platos cuando menos abundantes, que atraen por sus aromas especiados y cautivan por su colorido. No obstante, tras cada uno de ellos hay un laborioso trabajo efectuado en su mayor parte -por no decir en su totalidad- por mujeres. 

El director Jeo Baby se reapropia de la expresión “la gran cocina india” para hablar de una realidad que afecta a millones de mujeres en la India -y no sólo en la India-. Por eso las y los protagonistas de su película no tienen nombre. The Great Indian Kitchen cuenta la historia de una mujer recién casada (Nimisha Sajayan) cuyo matrimonio concertado la introduce en una familia religiosa que sigue costumbres ultraconservadoras y en cómo su vida pasa a estar al servicio de los hombres de la casa. 

Levantarse, cocinar, poner la mesa, servir la comida a los hombres, limpiar la cocina, volver a cocinar, servir la comida, limpiar y acostarse. Levantarse, cocinar, poner la mesa, servir la comida a los hombres, limpiar la cocina, volver a cocinar, servir la comida, limpiar, acostarse… Y así van pasando las horas y sucediéndose los días. Baby consigue captar esa angustia, ese agotamiento físico y mental que convierten las cuatro paredes de la cocina en una prisión.

  • Wind (Dandren Wanggyal, 2020)
Asian Film Festival
Fotograma de ‘Wind’

Samdan y su hija ilegítima Gelak viven en la aldea tibetana de JiCun, donde son marginadas por la comunidad e, incluso, se las considera brujas. A medida que Gelak va creciendo, empieza a cuestionarse todo lo que la rodea y decide luchar contra ese estigma, así como contra las tradiciones machistas arraigadas en su poblado. 

El director tibetano Dandren Wanggyal en su primer largometraje adapta la aclamada y valiente novela Dog Boy Gera del escritor A Lai. Sin duda, lo que más llama la atención de Wind es su fotografía: esos paisajes impresionantes de la región del Tíbet, el gusto con que se trata el contraste de colores y, en definitiva, la proyección de cada escena como si fuera una pintura. No obstante, el problema de esta producción china es que el guion queda pobre, y eso que tras el texto encontramos al renombrado guionista Lu Wei (Adiós a mi concubina, 1993; ¡Vivir!, 1994). No se llega a empatizar con ninguno de los personajes y la película se acaba haciendo bola. Además, el uso excesivo del fundido a negro a modo de transición consigue sacarte de la historia continuamente. 

  • Not Today (Aditya Kripalani, 2021)
Asian Film Festival
Fotograma de ‘Not today’

Aliah Rupawala (Rucha Inamadar), una joven musulmana bohri, empieza a trabajar como consejera en la línea de teléfono de Prevención del Suicidio. En su primer día, Aliah atiende la llamada de un hombre de mediana edad (Harsh Chhaya) que está a punto de saltar de la azotea de un edificio. Ella intentará por todos los medios salvarle y, en una noche, ambos compartirán sus historias. Su soledad, dolor y tristeza.   

Construir una película en torno a una sola conversación telefónica puede salir o muy bien o estrepitosamente mal. Pero siendo una apuesta arriesgada y echando mano de escasos recursos, Not Today es una película acertada en todos los sentidos: desde su reparto, donde ambos protagonistas brillan, hasta su guion y fotografía, pero, sobre todo, por la sensibilidad con la que está contada la historia. Su director, Aditya Kripalani, quería tratar el tema del suicidio desde el punto de vista de los consejeros que trabajan en las líneas de prevención porque “no tener éxito no significa un cliente infeliz, significa la muerte del cliente”. De cómo una llamada puede o no marcar la diferencia.

  • Borderlands (Samarth Mahajan, 2021)
Asian Film Festival
Fotograma de ‘Borderlands’

En las fronteras se definen los otros y el nosotros, los extranjeros y los ciudadanos. En las fronteras se entrelazan culturas, se construyen las identidades y se delimitan los conflictos. Con el documental Borderlands, Samarth Mahajan pone el foco en los pasos fronterizos de la India con sus países vecinos a través de seis historias, contadas en cinco idiomas diferentes, en poco más de sesenta y cinco minutos. De una manera u otra, las vidas de sus protagonistas han quedado marcadas por estas grietas. Se trata de un documental intimista y sobrecogedor, que pone sobre la mesa cuestiones como el tráfico de personas, los conflictos entre países limítrofes y sus consecuencias, el patriotismo, el miedo, la discriminación… Porque las fronteras nunca son sólo físicas. 

  • Malu (Edmund Yeo, 2020)

Hong (Mayjune Tan) y Lan (Sherlyn Seo) son dos hermanas que viven en un pequeño pueblo de pescadores en Malasia. Su infancia no es fácil y está muy marcada por el estado mental de su madre, que tiene tendencias suicidas. Sus vidas se separan cuando la abuela de ambas decide llevarse a Hong y educarla ella sola. Al cabo de 20 años, después de la muerte de su madre, las hermanas se reencuentran por un día. Un seguido de flashbacks inconexos nos muestran qué ha sido de sus vidas hasta entonces y la historia continúa un tiempo después, en Japón, cuando Hong recibe una llamada que la lleva a Japón, donde conoce a dos personas que la ayudan a comprender a la que mucho tiempo atrás fue su hermana. 

Así como el resto de su filmografía, Malu está muy marcada por la visión panasiática de Edmund Yeo, que nació en Singapur, se crió en Malasia y reside en Japón. Pero esos puntos de vista tan distintos se funden con la historia de una forma natural y orgánica. Sucede lo mismo con el juego cronológico que hace el director. Pasado y presente se mezclan de un modo casi surrealista, rozando el sueño. A veces confuso, a veces demasiado real. Hay recuerdos que es mejor olvidar. Hay verdades que nos duele imaginar. 

  • Our Midnight (Jung-eun Lim, 2020)
Asian Film Festival
Fotograma de ‘Our Midnight’

Lim Jung-eun tiene una sensibilidad especial para mostrar las emociones de los personajes más allá de un diálogo. Rodada en un blanco y negro metafórico, Our Midnight es la historia de dos almas solitarias, incomprendidas, al borde de la desesperación, que encuentran el uno en el otro el color de la esperanza. 

Ji-hoon (Lee Seung-hun) es un actor que no consigue avanzar en su carrera y Eun-yeong (Park Seo-eun) está pensando en suicidarse tras ser marginada en el trabajo por denunciar la violencia de su compañero y ex-pareja. Su encuentro nocturno en el río Han los lleva a pasear durante dos noches por Seúl abriéndose, compartiendo y proyectando sus sombras en las paredes de la ciudad. Después de mucho tiempo encerrados en ellos mismos, al fin son capaces de expresar todo lo que llevan dentro, aunque sea en forma de teatrillo (casualmente, de un modo muy similar a la película de apertura del festival, La rueda de la fortuna y la fantasía). 

Más allá de la crítica social hacia una sociedad individualista y anclada en la tradición – el problema del suicidio, el machismo y la idea del éxito asociada al dinero y a un trabajo estable – Our Midnight se centra en mostrar la soledad y el abismo que rodea a los personajes. Quizás no necesitan una solución a sus problemas, sino conectar, poderse respaldar en alguien y mirar hacia adelante. El primer largometraje de Lim Jung-eun es bello, tanto en contenido como en forma. 

  • Children of the Night (Behrouz Nouranipour, 2020)

 

El excepcionalmente bien documentado metraje documental de Behrouz Nouranipour pone al espectador frente a un grupo de adolescentes que nunca han sido niños y le propone una desgarradora pregunta: ¿sientes empatía? A la vez que te repite una y otra vez que ellos no la sentirían por ti. La empatía es debilidad y esta debe ser exterminada. 

Originalmente de Pakistan, los “niños de la noche” fueron convertidos por el Estado Islámico en bombas andantes, en pequeñas máquinas de matar. A la vez víctimas y perpetuantes de la guerra, estos chicos viven en un limbo de incertidumbre y caos mientras son refugiados en un campamento turco en el 2017. ¿Qué se puede hacer con ellos? ¿Qué riesgo real supone dejarlos en “libertad”? Su futuro no se presenta como esperanzador. 

El visionado de Children of the Night es tan duro y terrorífico como necesario. El documental alterna irónicas animaciones que explican el funcionamiento del “lavado de mentes” de los niños por parte de ISIS con sus crudos testimonios. Su primer contacto con un arma, el orgullo que sienten por sus asesinatos o un silencio acompañado de una mirada perdida. A veces no son capaces de comprender las preguntas. Y algunas desgarradoras escenas de juegos infantiles dejan entrever brevemente aquello que podrían haber sido y difícilmente llegarán a ser algún día.