Título original: Adiós
Año: 2019
Duración: 111 min.
País: España
Dirección: Paco Cabezas
Guion: José Rodríguez, Carmen Jimenez, Paco Cabezas
Música: Zeltia Montes
Fotografía: Pau Esteve Birba
Reparto: Mario Casas, Natalia de Molina, Ruth Díaz, Carlos Bardem, Vicente Romero, Mona Martínez
Productora: Apache Films / La Claqueta PC / Sony Pictures Entertainment (SPE) / Movistar+ / TVE / ICAA / Junta de Andalucía
Género: Thriller
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Contaba Paco Cabezas en la presentación de su nueva película en el Festival de Cine de Sevilla que poder mirar hacia arriba en un rodaje y ver la ventana del cuarto donde te criaste es una experiencia maravillosa. No hay duda de que sí, efectivamente, Adiós es una película muy sevillana, muy de barrio, concretamente del suyo. El director ha decidido poner en pausa varios proyectos en Estados Unidos para volver a casa y dirigir una película que uniese todo su potencial como realizador con un homenaje al lugar que lo vio crecer. El resultado final es un thriller potente, pero sin embargo algo cojo.
La historia empieza cuando Juan, interpretado por un descolocadísimo Mario Casas, obtiene un permiso para salir de la cárcel y poder celebrar la comunión de su hija. Tras un trágico y confuso accidente de coche, la niña muere y a Juan y su mujer no les queda más que la rabia y el dolor para lidiar con la perdida. Cuando Juan intente tomarse la justicia por su mano, empezará a desentramar un caso lleno de corrupción policial, cuentas pendientes y muchos secretos.
Partimos del hecho de que Paco Cabezas es un gran director. Su trabajo es solvente y siempre se ajusta a lo que pide el guion sin perder su sello personal. El principal problema de Adiós, en realidad, no lo tiene él sino su reparto, sobreactuado, forzoso y muy artificial. Aunque Cabezas intenta meternos de lleno en los entresijos de algunos de los barrios más marginales de la capital andaluza, ciertos detalles en los intérpretes, en la ambientación y en el guion acaban por sacarte continuamente de la historia.
No creo que el problema esté en Mario Casas y su fingido acento andaluz, algo muy valorado eso de ser versátil con los acentos en los actores anglosajones que sin embargo en España llega incluso a estar mal visto. Lo que de verdad no funciona al final es su interpretación en general, ni es creíble y ni está en el mismo tono que el film de Cabezas. Lo mismo ocurre con Natalia de Molina (552: Un gato, un chino y mi padre) o el elenco de secundarios, ninguno parece vivir en las 3000 porque es probable que ninguno las hubiese pisado antes de formar parte de esta película.
El resultado final es un thriller policial que roza el cine de gangsters y que aún estando bien dirigido y teniendo un ritmo medianamente bueno, es incapaz de sorprender o parecer natural. Una película, en definitiva, cumplida pero tan banal en su forma como mediocre en su conclusión.
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Lo mejor: La dirección de Paco Cabezas.
Lo peor: Sus interpretaciones y la poca naturalidad que desprende toda la película.
Nota: 6/10.