En la sombra

Crítica – ‘En la sombra’

En la sombra

Título original: Aus dem Nichts

Año: 2017

Duración: 100 min

País: Alemania

Dirección: Fatih Akin

Guion: Fatih Akin

Música: Josh Homme

Fotografía: Rainer Klausmann

Reparto: Diane Kruger, Numan Acar, Ulrich Tukur, Johannes Krisch, Siir Eloglu,Denis Moschitto, Jessica McIntyre, Ulrich Brandhoff, Samia Muriel Chancrin.

Productora: Coproducción Alemania-Francia; Bombero International / Macassar Productions

Género: Drama

Ficha en Sensacine

El cine de Fatih Akin podrá gustar más o menos, pero hay algo innegable: no deja indiferente a nadie. Y eso es porque el director alemán de origen turco sabe muy bien cómo tocar sensibilidades. Esta vez la excusa es la muerte de un marido y un hijo que sume en una absoluta caída en picado a Katja (Diane Kruger), mujer y madre que no solo busca encontrarle un sentido a seguir viviendo, sino también justicia y, por qué no, venganza.

Separada en tres bloques claramente marcados, la historia nos lleva junto con Katja por esa ruleta rusa emocional que es perder a dos seres queridos en estas circunstancias. Desde la negación, la incredulidad, la ira, la rabia, el desconcierto, la duda, la aceptación… Todo ello y mucho más se expresa con fuerza en la mirada de Diane Kruger, eje fundamental de la película en una interpretación que bien podría estar nominada a más premios (y no han sido pocos ni nimios). La actriz demuestra, una vez más, todo un potencial interpretativo que se convierte en un torbellino por el que parece hasta imposible fijarse en el buen hacer del resto del reparto. Soberbio su viaje interior en cada uno de los actos, pero especialmente magistral en los primeros minutos de película.

En la sombra

Un viaje en el que no podemos evitar vernos envueltos con las eternas preguntas: ¿qué habríamos hecho nosotros? ¿Dónde está el límite? ¿Qué barreras merece la pena traspasar? Con todo ello Akin prepara un acto final por el que sales del cine intentado asimilar lo que has visto y con todas las dudas morales del mundo en la cabeza.

Una historia que no viene exenta, como viene siendo habitual en el director, de un claro mensaje social y una denuncia ante una realidad discriminatoria que tristemente no parece tener fin. En eso Akin es un maestro. Planta cada línea de su mensaje con cuidado, elegancia y sin medias tintas.

El resultado, una película dura, turbia y sincera que explora un viaje por el que nadie quiere pasar, pero ante el que empatizar hasta el último suspiro resulta inevitable.

Lo mejor: La interpretación de Diane Kruger, simplemente excelente.

Lo peor: Esa ira vengativa de la que no puedes evitar sentirte cómplice.

Nota: 7/10