Una sonriente Xinyi Ye nos atiende en la planta superior de los Cines Verdi en Madrid. Chinas es su debut en la gran pantalla y confiesa que ha sido un placer trabajar en ella.
Su personaje en la película, Claudia, es el reflejo de una chica que se siente alejada de sus padres y que no encuentra su lugar dentro de su grupo de amigas, ya que en el fondo no es como ellas.
P: Antes de empezar, me has dicho que te da más miedo hacer una entrevista delante de una cámara que actuar en frente de ella.
XY: Sí. Es que siempre tengo miedo escénico y hablar en público me mata. Tampoco puedo posar delante de una cámara. Siempre me dicen que cómo me puede pasar esto, si he hecho una película. Pero para mí es completamente diferente, en el rodaje no tienes que mirar a la cámara. Así que, lo que creo es que me cuesta mirar a la cámara. (Risas)
En estas entrevistas sin cámaras me siento mucho más relajada.
P: ¿Qué es lo que has aprendido al hacer esta película?
XY: Cómo es este mundo del cine, los rodajes, muy guay todo en mi primera vez. Pero lo que más me ha llegado han sido algunas cosas que me ha enseñado la directora, sobre cómo se relacionan estos tipos de familias, los niños entre ellos, el descubrimiento de la sexualidad en la actualidad.
P: ¿Crees que las identidades se pueden imponer?
XY: Depende de las personas, de lo que piensen. A mí, por ejemplo, me pasaba igual que Claudia en el tema de búsqueda de identidad. Llegaba a casa y me decían mis padres que no fuese como los españoles. Me estaban criando aquí, si estaba yendo al colegio aquí, recibiendo educación española, pero no querían que fuese como los españoles. Entonces, ¿qué soy? ¿De dónde soy?
P: ¿Puede que esta falta de identidad conlleve una falta de personalidad?
XY: Puede ser. Aunque, como decía antes, depende de la persona y de cómo lo lleves. A mí me pasaba antes, pero ahora estoy bien. Sí, es verdad que hay muchos niños que en esta situación tienden a aislarse, a no salir de casa, a no relacionarse.
P: En la película se muestran las diferencias entre ser hijo de padres chinos en el extranjero y ser chino adoptado.
XY: Hay mucha diferencia. Los niños adoptados reciben desde pequeños la educación española. Incluso, a muchos de ellos no les llega a importar tener rasgos asiáticos y que sus padres adoptivos no, a pesar de que en la película a Xian sí le afecte que le llamen china.
P: También en la película hay un momento en dónde un marroquí te dice algo al respecto de vuestras procedencias. ¿Sientes que si alguien te dice china te lo tomas directamente mal o depende del tono?
XY: Depende del tono. Alguna vez me lo han dicho por la calle y me ha sentado mal. Aun así, si me lo dice alguien con el que estoy hablando, normalmente me lo tomo bien. Me siento orgullosa de donde soy. Sí, es verdad que de pequeña siempre decía que yo había nacido en España, pero ya no me molesta, porque es que lo soy.
P: El otro tema de la película es la sexualidad. ¿Qué poder crees que tienen las redes sociales?
XY: Los niños cada vez tienen los móviles más temprano y conocen estos temas antes. Yo, personalmente, lo veo un poco peligroso.
P: ¿Crees que el impacto de las redes sociales en edades tan tempranas puede influenciar en el desarrollo de la personalidad? En la película, hay un momento que una niña busca en internet ¿Qué hacer para ser…?
XY: Es normal que los niños y los adolescentes busquen integrarse en su grupo de amigos y que intenten ser igual que ellos para ser de los populares. Pero, el problema es que las redes difunden muy rápidamente tanto las cosas buenas como las malas y eso puede ser peligroso
P: ¿Sientes despectiva la expresión ‘voy a un chino’ para referirse que vas a un bazar?
XY: También depende. Mis amigos, cuando decían ‘vamos al chino’, siempre se disculpaban conmigo por si me ofendía. Yo lo entendía porque no venía con maldad, es su costumbre decirlo así. Aun así, quedaría mejor que dijeran tienda. Yo siempre lo he llamado tienda de alimentación.
P: ¿Es muy diferente la cultura que os enseñan vuestros padres a la que hay entre los españoles?
XY: Sí. Por ejemplo, yo tenía que ayudar a mis padres en su bar. No sé si es muy normal, puesto que mis amigos no tenían esa situación. También el cuidado de la familia es mucho mayor, ya que mis padres se hacen cargo de mis abuelos, de mis hermanos y de mí. Sin embargo, me he dado cuenta de que aquí no es tan normal eso. En China eso es lo que se debe hacer. Siempre una parte de su dinero ha ido para mis abuelos.
P: ¿Te provocó un impacto al hacer amigas españolas, teniendo en cuenta los valores chinos y los nuestros?
XY: Sí. A mis padres muchas cosas que hacemos los adolescentes no les parece bien, no les gusta.
P: ¿Crees que esta película va a ser importante para la comunidad china de España?
XY: Es lo que nos gustaría. Que aprendamos cosas tanto de cómo relacionarnos con los padres como de la convivencia entre nuestra comunidad, o cualquier otra nacionalidad, con los españoles.
A mis padres, de hecho, les ha gustado mucho. Hicimos un pase privado con la comunidad china y les ha encantado a la mayoría. Se han sentido muy identificados con la película. Porque hay mucho de documental.
Por ejemplo, hay una escena con unas cervezas en donde la tensión escala mucho. A mis padres eso les ha pasado cuando tenían el bazar, las peleas o los robos. Muchas veces venían los clientes simplemente buscando bronca y borrachos, sobre todo, porque nos hacen su objeto de burla. Yo he estado presente en algunas de ellas y solo te entraban ganas de llorar.
Aun así, creo que va a ser importante también para casi todos los que son inmigrantes. El otro día una mujer marroquí se le acercó a Arantxa y le comentó lo que le había gustado, porque también se sentía identificada. Al final, son unos valores universales.
P: Arantxa en San Sebastián habló de que había más que convivir, que integrar. ¿Ves que se os exige integraros, pero, por parte del país que os recibe, no intenta entenderos?
XY: Sí. Ahí sí que hay un poco de rechazo. Lo importante es la convivencia y no solo aceptar a los que vienen de fuera o que nos integremos los extranjeros, sino poner los dos de nuestra parte. Esto lo deberíamos practicar todos.
Incluso a veces queremos entender otras realidades cuando no la conocemos mucho. Mis amigos me dicen, por ejemplo, que los chinos gritan mucho en los bazares cuando entran. Y yo les respondo que casi todos venimos de pueblo y, tanto allí como aquí, suelen hablar más alto. Por eso es tan importante conocer más de los demás, para comprenderlos y aceptarlos.
P: ¿Cómo fue trabajar con las otras niñas chicas?
XY: Ha sido muy agradable. Parecíamos hermanas de verdad. Había escenas que las habíamos ensayado tanto con Arantxa, que ya teníamos un feeling especial. También hemos hecho cosas con ellas fuera del rodaje, como ir al parque de atracciones, a tomar algo. Formar el vínculo, en realidad, no ha costado nada.
P: En la película tu personaje tiene que salir con un chico chino porque así lo quieren tus padres. ¿Es una cosa común que suceda esto dentro de la comunidad china?
XY: La verdad que no. No es una cosa que te obliguen a hacer. Personalmente, mis padres no me lo han impuesto.
P: Para terminar, ¿por qué deberían ver la película los lectores de 35 Milímetros?
XY: Es una película muy bonita y creo que los jóvenes podemos aprender un montón de cosas con ellas. Os va a encantar.