Al sonido de la Cavalleria rusticana, encerrado en las jaulas del ring, Toro Salvaje (Scorsese, 1980) cumple 43 años. Ganadora de dos premios de la Academia: al Mejor actor protagonista (Robert de Niro, también Globo de Oro) y al Mejor montaje (Thelma Schoonmaker), la cinta narra la epopeya pugilística del mítico boxeador Jake LaMotta en su alza y caída como deportista, marido, hermano y persona pública.
La película se cernió sobre Scorsese en el que, con toda seguridad, fue el momento más siniestro de su vida: adicciones, hospitalización por sobredosis, crisis creativa… Hasta que Robert de Niro le pidió que leyera la autobiografía de LaMotta. El director rehusó dirigir una potencial cinta dada su aversión al boxeo y a los eventos deportivos en general, pero un viaje a la isla de San Martín en el Caribe y la incorporación de Paul Schrader -guionista de Taxi Driver (Scorsese, 1976) en la escritura de los borradores insufló al realizador del motor artístico para hacer frente a la petición de su amigo.
Desde 35 Milímetros hemos podido charla con Víctor Paz, responsable de Lost & Found, distribuidora de cine restaurado que, en colaboración con Park Circus, devuelve a las salas de cine a partir de este 2 de junio la copia restaurada en 4K de una de las cintas capitales de la primera etapa de madurez de Martin Scorsese.
PREGUNTA: ¿Por qué Toro Salvaje y no otra cualquier película dentro de la filmografía de Martin Scorsese?
VICTOR PAZ: Bueno, podrían haberse escogido muchas. Lo que ocurre es que esta es una restauración magnífica procedente del negativo original de cámara, que no es habitual tenerlo. ‘Negativo original de cámara’ quiere decir que se ha realizado el escaneado directamente desde el celuloide con el que filmó Scorsese. Es muy difícil encontrar películas que estén tan bien conservadas, por lo tanto, aquí se ha partido de un original muy bueno y el resultado es excelente.
A mí Toro Salvaje me gusta tanto como muchas otras películas de Scorsese, soy un grandísimo fan, pero esta es la restauración más reciente que existe en 4K. Nosotros somos una compañía que, al fin y al cabo, le damos mucha importancia a las restauraciones y tiene todo el sentido del mundo poder recuperarla, además, en sala.
P: ¿Cómo ha sido el proceso ya no sólo de la remasterización, sino en la obtención de los derechos para su distribución y reestreno?
VP: La restauración parte de la Metro Goldwyn Mayer. Aquí en Europa trabajan con Park Circus, que es de quien nosotros hemos adquirido los derechos. La restauración en sí ha sido un proceso relativamente sencillo con respecto a lo que puede ocurrir en otras restauraciones, porque lo único que tenían que hacer era básicamente un nuevo máster desde este original, que ha tenido la supervisión del propio director Martin Scorsese y de la montadora Telma Schoonmaker para asegurarse de que había ciertas cuestiones de tonalidades que fueran correctas.
El director de fotografía, Michael Chapman, ya estaba fallecido, por lo tanto era una referencia con la que desgraciadamente no podíamos contar. Ha sido un proceso de restauración relativamente sencillo, pero con un resultado magnífico.
P: ¿Qué especificaciones técnicas presenta esta remasterización?
VP: Con el tema del digital tienden a mezclarse las cosas y creo que es importante explicar un poco cómo funciona el antiguo formato fílmico (por eso existen tantísimos museos a nivel internacional, filmotecas, archivos y demás que se dedican a esto). Las grandes empresas como la MGM tienen sus propios archivos e insisto: la copia se conserva bien, lo único que hay que hacer es un escaneado digital (un nuevo máster) para que esté a la altura de lo que son los requisitos técnicos de los cines de hoy en día.
Por lo tanto, lo que se ha tratado es de recuperar la película en todo su esplendor, tal como pudo verse en su momento, ser lo más fieles posibles al original. No es un nuevo montaje, como a veces hacen otros directores ni nada parecido.
P: Una particularidad con la que cuenta la fotografía de esta cinta es que está rodada en blanco y negro por una serie de decisiones creativas de Scorsese. ¿Cómo cree que recibirán esa imagen en blanco y negro tan a típica hoy día las audiencias actuales?
VP: Pues yo espero que bien. Ya era atípica en 1980. De hecho, hay varios motivos de porqué la rodó en blanco y negro. Como tú bien dices, es atípico ahora y en aquel momento tenemos que recordar que Rocky (Avildsen, 1976) acababa de ser un hit. Había otras películas de boxeo que se estaban haciendo y Scorsese quería de alguna manera distanciarse un poco de ellas. Entre otros motivos, estaban los que se llaman en inglés las double features, aquí llamados pases dobles, muy habituales también en España. En esa época solían poner un combate de boxeo entre ambas películas, un poco como aquí nos metían el No-Do, allí te incluían un noticiero de boxeo.
Él cuando estaba haciendo la película se dio cuenta de alguna forma tenía que remitir a eso, tenía que conectar con la forma en la que se retransmitían los combates de los años 40 y 50, época en la que LaMotta fue campeón. Otra razón tiene que ver directamente con la restauración de esta película y de muchas otras que están a cargo de Martin Scorsese. Como sabrás Scorsese está a cargo de una iniciativa que se llama de The Film Foundation, dedicada a restaurar películas de todo el mundo.
Tomó conciencia de lo importante que era conservar de forma adecuada precisamente cuando realizaba Toro Salvaje. Le hicieron un homenaje en retrospectiva (él ya contaba con una filmografía no tan extensa como la de hoy, pero importante) para revisar sus primeros cortometrajes rodados en color y se dio cuenta de que ya estaban empezando a perder la paleta y ni siquiera los había rodado hace tanto tiempo. Se dio cuenta de que debía conservar bien su obra y recuperar la de otros.
Esto motivó el blanco y negro de Toro Salvaje dado que existe un deterioro menor en estos celuloides. Yo creo que el público de hoy la va a apreciar perfectamente. Al fin y al cabo, vivimos en una época en la que se cambian formatos continuamente; el blanco y negro en el digital se usa también mucho en diversas secuencias. A lo mejor no en una película completa, pero sí en segmentos.
P: Esta labor de Scorsese en materia de conservación del cine, es una labor y una filosofía que comparte con la dedicación de Lost & Found en la restauración, remasterización y reestreno de muchas cintas que comparten este legado cinematográfico.
VP: Sin duda, para nosotros The Film Foundation es una referencia. Obviamente no tenemos los medios de Martin Scorsese para poder financiar la restauración de películas, pero lo que sí que estamos intentando hacer es precisamente traer a España ese estilo de películas que él restaura en colaboración con otras filmotecas muy importantes.
Scorsese está en el comité del en el festival Cinema Ritrovato de Bolonia, que es el más importante en este campo. La cineteca de allí realiza muchas restauraciones, así como la UCLA en Los Ángeles, con la que también colabora. No es él sólo, sino una especie como de gran alianza internacional. Nosotros no tenemos los recursos para hacer restauraciones, pero sí tenemos la voluntad de estrenar films que muchas veces lamentablemente no llegan aquí.
P: Scorsese acepta el proyecto un poco a regañadientes y en un momento muy convulso de su vida. Él no es especialmente un gran amante del deporte (casi rechaza el proyecto por esta razón). ¿Qué efecto cree que tiene en la dirección de película el hecho de que su responsable máximo no siente atracción por el boxeo?
VP: Se ha dicho muchas veces que Toro Salvaje no es una película sobre boxeo, es una película en la que hay escenas de boxeo. Justo antes de hablar contigo tuve la oportunidad de ver la restauración, la cual no había podido visionar en sala todavía, y me ha sorprendido mucho cómo están rodadas esas escenas precisamente. Se ha escrito mucho sobre ellas y te das cuenta de la cantidad de detalles y recursos que utilizó teniendo en cuenta que ocupan apenas unos minutos en la película.
La cinta es sobre todo intimista, sobre la vida de LaMotta, de sus fantasmas. Las pocas escenas que hay son de una violencia truculenta impresionante. Las rodó con una única cámara… ¡adrede! Normalmente en los combates de boxeo que se veían en la tele se rodaban a doble cámara, no había un plano/contraplano. Aquí no, aquí las rodó muy, muy cerca siempre de los protagonistas. No vamos a meternos en todos los recursos que utiliza porque creo que no habría tiempo, pero una constante es que filma muy próximo a los cuerpos y con mucho movimiento. Hay ralentíes, hay algunas técnicas que ha utilizado a nivel fotográfico para crear una especie de flujo en la imagen que no acabe de verse con una nitidez perfecta para crear ciertos efectos psicológicos en lo que es el personaje de LaMotta.
A Scorsese no le interesaba filmar esto como si se tratase de un evento deportivo, le interesaba cómo repercutían los combates en el propio personaje no teniendo en absoluto en cuenta el deporte. De hecho lo odiaba, como tú bien dices; sentía una repulsión tremenda. Y esta película es sobre él de alguna forma, pues trata los pecados de un hombre desde una vertiente muy espiritual, por momentos con un marcado poso católico. Toro Salvaje va sobre muchas cosas, pero desde luego no sobre el boxeo.
P: De hecho, las escenas de boxeo casi no están rodadas desde un enfoque deportivo como usted decía, sino más próximo la escena de la ducha de Psicosis (Hitchcock, 1960): un ataque violento, virulento, con cortes literales y de montaje.
VP: Por completo. De hecho, es muy interesante que cites a Psicosis porque no es una referencia que yo habría tenido en mente, pero hay que reconocer que en cómo están montadas… Si recuerdas un combate en que él pierde de forma muy violenta (el último) la montadora, Telma Schoonmaker, dice (y vuelvo a la mentalidad del analógico y no a la digital) que tuvieron que montar esa secuencia literalmente pulgada por pulgada.
¿Qué quiere decir esto, que va rápido? No, que tenían que contar el celuloide en trozos absolutamente ridículos para poder transmitir después esto en la pantalla. Aquí el montaje juega un papel muy importante. Yo creo que hay sin duda Psicosis en la gran maestría del nivel de montaje de Toro Salvaje.
P: Hace unos días, Scorsese presentaba en el Festival de Cannes una nueva película que vuelva a recibir el aplauso del público y de la crítica. ¿Cómo es posible este éxito constante después de más de 50 años de su debut direccional?
VP: No lo sé y me gustaría poder hablar de esta película. Leí en su momento el ensayo en el que se basa. Se está diciendo mucho que es una novela; en realidad es un ensayo ficcionado. Tengo unas ganas enormes de verla. Está de nuevo uno de sus actores fetiches, Robert de Niro, el cual ganó su único Oscar como actor protagonista precisamente por Toro Salvaje.
¿Y, por qué se mantiene Scorsese? Bueno, yo creo que es una persona que siempre ha rehuido bastante de la parte más comercial, digamos. Otros del Hollywood han querido ir por otros sitio: Francis Ford Coppola, obviamente George Lucas o el propio Steven Spielberg, Brian de Palma. Han hecho todos grandes películas, pero yo creo que Scorsese ha sido “el más anticomercial” de ellos. Cuando ha coincidido que una película suya ha obtenido el beneplácito del público, pues perfecto, pero si no lo obtenía, pues tampoco pasaba nada. Siempre ha tenido esa capacidad, de alguna forma, de convencer a los productores de que su cine tenía que hacerse. Killers of the Flower Moon (2023) es una película atípica como lo fue El irlandés (2019).
A mí personalmente su último cine me gusta mucho, creo que posiblemente soy una rara avis en ese sentido. Scorsese ya tiene 80 años, no tiene la edad que tenía cuando hizo Toro Salvaje, pero insisto, ha tenido una evolución como tú bien dices enorme en su filmografía en los últimos 50 años y es alucinante que siga siendo relevante y yo creo que ese es el motivo. Siempre se ha mantenido fiel a sus temas, a cómo quería hacer las películas y a pesar de estar metido en un sistema completamente industrial, nunca ha hecho concesiones artísticas; eso es muy importante en un director.
P: ¿Qué otros proyectos o deseos podemos esperar en el futuro de Lost & Found?
VP: Bueno, de proyectos cercanos no puedo todavía dar muchos detalles, puedo decirte lo que ahora mismo estamos haciendo en otras áreas, citaba hace un momento el festival Cinema Ritrovato. Se anunciará en unos días, pero bueno, se puede airear públicamente: la película Érase una vez... (Cirici Pellicer, Escobar, 1950) es una película de animación de 1950 restaurada por Filmoteca de Catalunya y que llevamos nosotros a este festival. Ya tuvo su estreno hace unos meses y ahora estamos trabajando en publicarla también en mercado del vídeo doméstico.
Asimismo, contamos ahora mismo en Filmin con un ciclo de 12 películas de la realizadora Márta Mészáros, mucho menos conocida que Scorsese, pero yo creo que igual de importante en el cine europeo.
En este caso, ella fue la primera mujer en ganar el Oso de Oro en la Berlinale en 1975 y fue toda una verdadera pionera, se le conoce poco y su cine es magnífico, y si tienen, si tenéis ocasión de ver algunas de sus películas están todas en Filmin. Yo empezaría quizás por Adopción (1975)o Nueve Meses (1976), que son algunas de sus películas más destacables, pero realmente recomiendo las doce del ciclo porque son todas excelentes.