La ciencia ficción es uno de los géneros que más adolece de inmovilismo conceptual. Una paradoja que la lleva lastrando desde sus inicios, y que se empeña en limitar sus propias capacidades ilimitadas. Un atrofiamiento que insiste en revolver, sí o sí, lo fantástico con la ciencia ficción, como si la imaginación humana no fuese suficiente para sostenerse por sí sola, como si lo humano y lo extraordinario no se pudieran abrazar. Menos mal que ha llegado Tales from the Loop.
La nueva serie de Amazon tiene tremendamente claro lo que quiere ser, y, sobre todo, y casi más importante, sabe cómo lo quiere transmitir. Tales from the Loop teje una potente fábula donde lo cotidiano se inyecta en lo extraordinario. Así viven los habitantes de un pequeño pueblo construido encima de encima de The Loop, unas instalaciones científicas “donde lo imposible se hace posible”, zambulléndose en los misterios del universo, y en el que la física se disfraza de alquimia, y la tecnología de magia.
La clave del acierto de Tales from the Loop es su firme convicción de sobreponer lo humano a lo mágico. Los personajes de esta serie no son simples testigos de lo inexplicable, sino que conviven con ello, sin dejar de ser humanos. Las historias que se relatan son puras y universales, basadas en emociones primarias: la soledad, la pérdida de la identidad, la asimilación de la muerte, la madurez y el paso del tiempo.
La empatía va directa a la médula, y en cada episodio el espectador se sumerge un poco más en este extraño pueblo, y siente que va conociendo más y mejor a sus habitantes. Sin embargo, con esta premisa hay demasiadas cosas que podrían fallar. Por eso la serie introduce su elemento más característico: la evocación.
Tales from the Loop se alimenta de un costumbrismo fantástico donde lo segundo juega un papel estratégico a la hora de abrir nuestra imaginación. No es sorpresa que la serie esté inspirada en las ilustraciones del sueco Simon Stålenhag. Un mundo rural con pinceladas mágicas, cuyas imágenes y planos recuerdan a menudo también a los conocidos trabajos de Ralph McQuarrie para George Lucas, o a la notable Annihilation (2018).
Pero para que este ingrediente funcione necesita de un apoyo que vaya más allá de lo visual. Aquí la serie aporta una banda sonora que traspasa el mero acompañamiento estilístico. La partitura de Tales from the Loop se fija como un aspecto esencial en la historia, ya que no va a remolque de la misma, sino que tira de ella, y es quien marca del ritmo. Porque antes hablábamos de realismo mágico, del enlace entre historias humanas y la ciencia ficción: la música es quien lo hace posible. Las notas de Paul Leonard-Morgan y Philip Glass crean una bruma mística presente en cada episodio que no nos deja ver del todo lo que hay tras cada historia, pero que sí nos permite intuir, sentir, y de nuevo, evocar antes que contar.
Tales from the Loop es una apuesta decidida y coherente consigo misma por la ciencia ficción. La nueva serie de Amazon invita a viajar por lo desconocido con una madurez que no hace deslucir lo fantástico, sino que lo potencia. Y más importante: demuestra que hay mucho de mágico en nuestras emociones más humanas.