Series que son un buen negocio (XL): ‘Los invencibles’

La miniserie nórdica Los Invencibles nos muestra la oscura realidad de la crisis financiera de la Finlandia de los años 1990.

Es una de esas producciones neutras, sin humor negro ni sátira, sin muchas exageraciones dramáticas. Sin embargo, la trama se adentra en un entorno de intrigas financieras, corrupción política y voracidad del mundo bancario.

La protagonista es una idealista con un doctorado en Economía que opta por un modesto puesto como inspectora bancaria. Por su afán de servicio público. Su visión academicista y progresista, muy típica de adeptos a la facultad de Económicas, es contraria al capitalismo y en particular a la voracidad de los ‘yuppies’ financieros. Presentados en esta serie de una manera más sobria y nórdica que los ejemplos hollywoodienses. Aunque no por ello menos dañina.

Desde su enfoque, se evidencian las consecuencias de una liberalización económica y apertura de los mercados financieros descontroladas. Criticando ese concepto de los clásicos como antónimo de progreso y crecimiento económico.

Así pues, el argumento se centra en esa tensión entre la liberalización del mercado y la intervención estatal. Obviamente, como ocurre en todo tipo de sociedades y economías, la apertura indiscriminada de empresas estatales al mercado libre conlleva siempre la entrada de tiburones financieros, despidos masivos y ajustes en busca de ganancias inmediatas.

En sociedades capitalistas son los tiburones financieros, el capitalismo clientelar (‘crony capitalism‘), y en las dictaduras comunistas o economías socialistas son los caciques o burócratas más próximos al poder del Partido los que se convierten en multimillonarios de la noche a la mañana. Una combinación de lo que sucede en este caso finlandés basado en la gestión de sus cajas de ahorro. Sorpresa: políticos involucrados en el sistema bancario, provocando crisis y corrupción. Inimaginable…

«No me importa el dinero, sólo de forma teórica»  (Fotograma: Filmin)

La historia se desarrolla en un contexto de intrigas financieras algo confusas. Sociedades en paraísos fiscales (‘offshore‘) y estrategias bancarias deshonestas para evadir las regulaciones de la Ley Bancaria y obtener beneficios a cualquier coste.

Como externalidad negativa más evidente, toda la inestabilidad financiera creada por políticos y banqueros. Implicando la vulnerabilidad de los ciudadanos de a pie que desprovistos de información financiera, se convierten en presa fácil de los bancos y de sus productos. Inevitablemente atrapados por las hipotecas, los grandes ‘consejos comerciales bancarios‘ y por los vaivenes macroeconómicos de los tipos de interés y las devaluaciones de las divisas.

Está claro que no era la Finlandia actual de impecables informes PISA. El sentido común dicta que ante «economías de casino» lo más recomendable es «vender cuando los taxistas empiezan a pedir consejos sobre inversiones», como expresa alguno de los personajes en algún episodio.

Las trabas a las que se enfrenta nuestra tecnócrata protagonista evidencia el poder los grupos de presión políticos y financieros. A pesar de que todo se desvele gracias a la curiosa colaboración entre esta inspectora y el director general (‘CEO‘) de uno de los bancos implicados.

En definitiva, una buena propuesta de pocos episodios para alertar de las consecuencias nefastas de un sistema bancario demasiado desregulado, y puesto en manos de los incapacitados y ambiciosos políticos de turno.

Invita a reflexionar sobre los impactos sociales y económicos no sólo de la liberalización financiera, sino de la efectividad de los modelos económicos extremos. La justicia social y la estabilidad económica necesitan de un equilibrio que promueva el crecimiento económico y que huya de los extremismos. Al final es la propia protagonista la que cae en la gran trampa política, y el banquero devorado por un libre mercado desbocado.