Quedan exactamente 76 días para el lanzamiento de las segunda temporada de Sense 8. Y para sus seguidores, la vuelta de la ficción de Netflix se está haciendo eterno. Probablemente sea porqué en su estreno, habrán pasado 23 meses del estreno de la primera. También hay la posibilidad que esta espera sea más larga sea culpa del especial de Navidad emitido hace casi dos meses, dónde brilló cada elemento que recordó al público porqué se enamoró de Sense 8 en su día.
Sin duda, el capítulo especial de dos horas fue brillante. La única nota negativa y que vale la pena resaltar fue la poca delicadeza con la que trataron el cambio de actor que interpreta el personaje de Capheus. Con todos los recursos que tiene una serie como Sense 8 para superar un revés de esta forma, su ingenio se quedó un poco corto: «Aunque cambie la cara, seguimos teniendo la misma alma». Cierto, pero con poca potencia.
Pero salvo esta excepción, el episodio superó con un excelente su vuelta en pantalla. La conexión con el público resultó satisfactoria, ya que no se percibió ninguna distancia incómoda debido al tiempo que no se veía ningún fragmento nuevo de Sense 8. Esto tuvo un claro ‘culpable’: los acontecimiento del final de temporada no han cambiado en exceso el rumbo de la serie, cosa que permite mantener intacta la cercanía con aquél que te está dando audiencia. Sense 8 volvió más Sense 8 que nunca, siendo aquella serie que cautivó en junio de 2014 y sin perder ni un ápice de brillantez.
No podemos olvidarnos tampoco de aquellas escenas ‘marca de la casa’ que se quedan grabadas en la retina y por las que sin duda, vale la pena esperar estos dos años entre una temporada y la otra para que en otras cosas, el reparto de la serie pueda recorrerse medio mundo para grabar cada plano con el realismo y impacto necesario. Si en la primera temporada una de las escenas de más impacto fue el momento en que los senseates conectaron teniendo relaciones sexuales, este capítulo especial no se ha quedado atrás. Una segunda secuencia del mismo momento, pero mucho más cuidada en referencia a los planos y a la sensualidad, le hace la competencia. Pero no es la única escena memorable de las dos horas de Sense 8 que vivimos en Navidad. Con unos ocho protagonistas que ahora se conocen más que nunca, tuvimos la oportunidad de celebrar su aniversario: «Compartimos nuestro primer aliento, ahora vamos a celebrarlo». Una escena de emoción y festividad, repartida en 7 lugares del mundo, con unos planos y unos colores capaces de deleitar la mirada del espectador.
¿Y nuestros protagonistas? ¿Qué ha sido de ellos y que les espera a partir del mes de Mayo?
Will y Riley, a la merced de Whispers
Sin duda, la historia del estadounidense y de la islandesa resalta por encima de las otras, porqué en algún punto de la ficción será la trama de todos. Will (Brian J. Smith) miró directamente a los ojos a Whispers (Terrence Man), con lo que el policía (o ex policía) está en constante peligro. El archienemigo de él y del resto de sus compañeros puede encontrarle con demasiada facilidad. Y ahí entra el plan de Riley (Tuppence Middelton): esconder a Will en algún sitio del mundo que no conoce ni siquiera él; cohibirse de conectar con los otros seis sensates y eliminar las pesadillas dónde Whispers se va acercando a él a base de droga.
Will era el personaje menos ‘oscuro’. Con un pasado por explorar y con su carácter, se había hecho con el liderazgo del grupo y se había propuesto proteger a Riley. Ahora, todo ha cambiado. Sin duda, es el que vive su etapa más oscura, alejándose de ser él mismo. Ahora es ella su protectora, a todas horas. Este cambio de roles y la transformación de la trama de Will (de las más ‘planas’ a la más oscuras es uno de los alicientes más importantes (también para el resto del elenco) de cara a esta segunda temporada.
Lito, soportando la presión de los homófobos
Las fotos de Lito (Miguel Ángel Silvestre) intimando con Hernando (Alfonso Herrera) han salido a la luz pública, y los diarios mejicanos han hecho revuelo de ellas con un tono claramente despectivo. La pareja sigue más fuerte que nunca, pero el mejicano tiene que soportar la presión de una masa de seguidores que parece dispuesta a dificultarle su carrera profesional por el hecho de acostarse con un hombre. Aún con eso, la máxima preocupación de Lito es cuál va a ser la reacción de su madre. Su progenitora no encuentra otra palabra más que «valiente» para definir, con orgullo, la salida del armario de su hijo. De cara a la segunda temporada, faltará ver hasta que punto es presionado y atacado por su homosexualidad.
Sun, una molestia para su hermano
Un hermano que asesinó a su padre para encubrir su delito (por el cual su hermana está en prisión). Y des de allí, Sun (Bae Doona) sigue siendo su máxima amenaza, siendo la única que sabe con certeza sobre su crimen. La coreana no está pasando sus mejores días entre rejas. Constantemente la vemos en la celda de aislamiento, rebelándose contra las fuerzas de la ley. A pensar de su calma y de sus pocas palabras, a su manera, no puede más. Quién nos deja claro que tampoco puede más con ella es su hermano, que sin ningún tipo de miramiento, manda a unos sicarios que su hermana acabe muerta. ¿El resultado? Probablemente una de las ‘escenas’ más «tiernas» de la serie, dónde los ocho sensates se reúnen en la sala de visitas de la cárcel con Sun y acaban con la vida de aquellos que querían acabar con una integrante de su «familia».
Kala, ¿en su luna de miel?
Después de que Wolfgang (Max Rimelt) cosiera a balazos a su ya fallecido tío sólo para advertirle a Kala (Tina Densai) que su prometido era mucho mejor influencia que él, la hindú parece haber hecho al alemán y se ha casado, aunque no se la ve excesivamente feliz. En los primeros minutos del episodio se revelan los problemas sexuales de la pareja. En cierto modo, ella no se siente preparada para intimar con su marido y le pesa la etiqueta de virgen. Viéndolo con esta perspectiva, al ficción revela una vez más su compromiso de narrar la sexualidad en todas sus facetas y con la máxima justicia posible. A grandes hechos, la trama de Kala resulta ser la más cómica del capítulo y a medida que éste avanza, se puede visualizar su latente relación con Wolfgang y algún indicio que, de alguna manera, su marido no es el príncipe que parecía en la primera temporada.
Wolfang, el epicentro de una guerra en Berlín
La decisión del ladrón alemán de poner fin a la vida de su tío para salvar la suya ha desencadenado problemas en algunos círculos de influencia de Berlín. La muerte de su familiar ha dejado un vacío de poder en un barrio de Berlín que Wolfgang parece estar destinado a heredar, pero que él rehúsa con vehemencia. Sabe que habrá consecuencias, ya las ha visto y está dispuesto a enfrentarlas. Pero no todo han sido malas noticias para el ‘rebelde’ de Sense 8. Su amigo Felix (Max Mauff) ha despertado del coma. Y su relación con Kala, está lejos de estar muerta. Aunque ella esté casada, aunque él parezca preferir citas esporádicas y aunque ahora su relación tenga una dinámica de tira y afloja, este quiero y no puedo será otro de los pilares de la temporada entrante.
Nomi, con el FBI respirando en su nunca
Nomi (Jamie Clayton) sigue la estela de la temporada pasada, siendo una fugitiva por haber huido del hospital. En este capítulo se ha visto su vida de fugitivas con Amanita (Freema Agyeman). Es la que tiene una trama más parecida a la temporada pasada, y sus incógnita esta temporada es saber si la policía será capaz de atraparla.
Capheus, distinta cara, misma alama
Lo más emocionante que le ha pasado Capheus es el cambio de actor, y su famosa frase: «Aunque cambie la cara, seguimos teniendo la misma alma». No sabremos si esto tendrá más relevancia el resto de la temporada, pero por ahora, su trama no ha avanzado mucho más que dónde la dejamos.