Título original: Saint Omer
Año: 2022
Duración: 122 min.
País: Francia
Dirección: Alice Diop
Guión: Alice Diop, Marie NDiaye, Amrita David
Fotografía: Claire Mathon
Reparto: Kayije Kagame, Guslagie Malanga, Valérie Dréville, Aurélia Petit, Xavier Maly, Robert Cantarella, Salimata Kamate, Thomas De Pourquery, Ege Güner, Atillahan Karagedik, Fatih Sahin, Salih Sigirci, Lionel Top
Productora: Srab Films
Género: Drama
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¿Se puede declarar a una madre inocente de haber matado a su hijo apoyándose en fuerzas superiores para justificarlo? Esa es la más que atractiva, provocadora e interesante premisa de la nueva obra de la cineasta francesa Alice Diop, Saint Omer, elegida por Francia para representar a su país en los Oscar, aunque finalmente se quedó en la shortlist de 15 títulos y no recibió la nominación para llevarse la estatuilla.
La película se vertebra en dos tramas principales unidas por un juicio en el que la primera personaje que se nos presenta como protagonista formará parte del público. Acude a un juzgado en el que se estudia el caso del asesinato de una bebé a manos de su madre, de origen senegalés. Basado en uno de los numerosos casos reales de madres de origen africano en suelo francés acusadas de acabar con la vida de sus hijos pero que explicaron haberlo hecho de forma no intencional y sí forzadas por una fuerza superior a ellas.
Por extraño que parezca, esto es algo más habitual de lo que podamos imaginar. Y sobre ello escribió Marguerite Duras un importantísimo texto que sobrevuela la película en todo momento. La película funciona como un sólido drama judicial, pero pero quizás falla en su intento de ser un reclamo político y reivindicativo de una realidad social y cultural, que parece lo más importante para Diop.
La cineasta y guionista crea en la mujer que asiste como público al juicio el papel de una audiencia que escucha perpleja un relato pero que, al compartir origen con la acusada, parece querer comprender (también por su situación vital) qué le ha llevado a dónde está.
Estamos ante una película que construye y reflexiona muy bien sobre las evoluciones sentimentales y psicológicas de sus dos mujeres protagonistas pero que excede su explicación y argumentación filosófico-cultural con una puesta en escena machacona, repetitiva y que entrega todo muy mascado.
La magia (en este caso negra) a la que hace referencia el filme no está presente en esa magia que gusta tanto en el cine de dejar que el público vaya captando matices y esencias de la trama a medida que está avance. Parece que el mensaje final de la directora busca ser imposible de contradecir o malentender, con lo importante que eso es en la experiencia como espectador de una obra cinematográfica.
Eso sí, apoyada en dos de las actuaciones más destacadas del cine europeo del año (sobre todo con una Guslagie Malanga superlativa) y en una sobria construcción a nivel sonoro y fotográfico, Saint Omer es una película altamente disfrutable y que pone sobre la mesa interesantes temas y realidad desconocidas por muchos y que da ganas de investigar sobre el tema.
Además, los diálogos y monólogos generados en torno a la sede judicial son uno de los puntos fuertes de un guion que fuera del proceso en sí flojea por momentos. Cuenta con uno de los discursos finales más emocionantes de los últimos tiempos, que levantará muchas emociones al público.
Saint Omer estará disponible en salas de nuestro país desde el 3 de marzo de la mano de Surtsey Films.
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Lo mejor: La actuación de Guslagie Malanga y el interesante tema que propone.
Lo peor: La sobreexplicación de su mensaje y reflexión final que resta autoridad a la interpretación del espectador.
Nota: 7/10