El mes pasado el Parlamento andaluz aprobó una ley histórica: la del cine. Analizamos qué implicará esto para un sector con tantas dificultades.
Andalucía se convirtió el mes pasado en una de las primeras Comunidades Autónomas en tener su propia ‘Ley del Cine’. Ahora, tres semanas más tarde, el texto legal ha llegado al Boletín Oficial del Estado (BOE) y entrará por fin en vigor. Pero, ¿qué implica eso? La nueva legislación es ambiciosa y promete buenos frutos en los espacios dedicados a la mujer en el sector y a géneros como el documental o a las coproducciones internacionales. En líneas generales, consigue suavizar en los requisitos para acceder a las ayudas. Sin embargo, se vuelve a atascar en los cortometrajes y en la distribución, sin apenas cambios.
Rebajas de ocasión.
Uno de los problemas más comunes a la hora de producir un largometraje es el nivel en el que se han puesto los requisitos para acceder a las ayudas, que obliga a que la película tenga un alto coste mínimo para tener derecho a recibirlas. La nueva ley reduce ese «precio de entrada» que pasará de 400.000 a 300.000 € en el caso de los documentales y de 700.000 a 300.000 € en el de las coproducciones con Iberoamérica.
Esta relajación en los requisitos no quedará ahí. El texto legal tocará otra de las patas cojas del cine; la exhibición. Así, se flexibilizará el requisito del estreno del largometraje en salas. Y de nuevo se lleva aquí el premio los documentales; ya que se reducirá el número de salas de proyección exigidas para recibir las ayudas, que pasa a un mínimo de cinco salas requeridas. Este beneficio lo compartirán los largometrajes con versión original en lenguas cooficiales distintas del castellano, que de 20 salas se pasa a 12 y tan sólo se precisará que 6 exhiban en versión original).
Más mujeres; más beneficios.
Un pilar fundamental para la nueva ley será el fortalecimiento de la mujer dentro del sector. Así, ahora el contar con la presencia de mujeres en la producción tendrá más beneficios, ya que aumentará de 4 a 7 el número de puntos que obtiene una película para acceder a las ayudas.
La fórmula se repetirá con más eficacia en los cortometrajes. La participación de la mujer en la producción, y en especial, si tienen un papel relevante como estar al frente de distintos departamentos del largometraje como la dirección o el guión puntuará más a la hora de recibir las prestaciones.
El nuevo cine.
La ley tiene una clara apuesta por el cine menos comercial. Así, los largometrajes de carácter cultural o social, (de nuevo) los documentales y el cine experimental recibirán ayudas extras. Pero casi más importante. Los proyectos que incorporen a nuevos realizadores las recibirán también. Aunque todo lo anterior se condiciona a que estos proyectos no superen un presupuesto de 1,8 millones de euros.
La animación gana peso
Los proyectos de animación también aumentarán sus puntos a la hora de pedir ayudas. Si antes suponían un punto,con la nueva ley una película animada equivaldrá a 3 puntos.
Este cine también cogerá aire, ya que aumenta el techo de gasto y presupuesto máximo requerido hasta los 2,5 millones de euros de la cinta para pedir ayudas. La presencia relevante de la mujer también bonificará a la animación con una mayor puntuación.
«¿Cine comercial? Ahí tenéis dinero».
La ley incluirá ayudas generales a la producción de largometrajes sobre proyecto, destinadas a produccionesque poseen un carácter «más comercial e industrial», es decir, superiores a 1,3 millones de euros.
La fama tiene su recompensa
Al menos para las coproducciones internacionales, que si tienen participación mayoritaria española, y «director español de reconocido prestigio», se elimina el límite de tener un presupuesto máximo para tener ayudas.
Recompensa también por atrapar al pirata
En el apartado de ayudas a la distribución, se incluye como gasto subvencionable las medidas adoptadas contra la piratería, como: sistemas de prevención y protección contra accesos y descargas ilegales o no autorizados, seguimiento y vigilancia en redes sociales, etc.