Con motivo del Atlántida Mallorca Film Fest 2023, el certamen que acoge la plataforma Filmin, es amplio el catálogo de cine independiente que nos llega a nuestras casas. Entre las muchas joyas escondidas que nos deja siempre este festival, hemos dado con la enternecedora Sueños y pan, una película de cine quinqui que se aproxima a la realidad de los barrios marginales desde una visión contemplativa y humana.
Javi y Dani roban un cuadro con el propósito de ayudar a contribuir con los gastos de su piso en Madrid, en el que viven junto a su amiga Sara y su hijo. Esta historia de amistad se verá puesta a prueba frente a los distintas piedras en el camino que irán encontrando nuestros protagonistas a lo largo de su historia.
Luis «Soto» Muñoz, director de la película, nos ha brindado la oportunidad de conocer un poco mejor su obra a través de una entrevista. Soto nos cuenta qué sintió al legar a Madrid desde un pueblo de Córdoba, la nostalgia y el rechazo a la ciudad, pero también de lo necesario de vivir conectados.
PREGUNTA: ¿Cómo nació «Sueños y pan»?
LUIS (SOTO) MUÑOZ: Yo estudiaba en una universidad en Madrid, y junto a mi amigo Joaquín, el director de fotografía de la película, comenzamos a darle vueltas a la idea de hacer un largometraje, aprovechando que teníamos tiempo. Entonces comenzamos a pasear. Nos dedicamos a deambular por los exteriores de Madrid, buscando sitios sobre los que poder escribir una historia, pero tampoco teníamos nada esclarecedor. También comenzamos a consumir cine que retrataba el urbanismo del umbral madrileño, como Los golfos, de Carlos Saura. Entonces, con el mismo paseo y la propia reflexión, empezamos a encontrar la historia.
P: Con relación a esto que comentas sobre la identidad madrileña, queda claramente reflejada en la película hasta tal punto que parece un personaje más, ¿cuál es la importancia de esta ciudad en la película?
J.M: Toda. Lo poco que hemos rodado fuera de Madrid ha sido por necesidades de producción, pero no por una clara intención propia. La película, a nivel personal, tiene un poco del síndrome del escapista. Por ejemplo, yo que no soy de Madrid, cuando llegué, estaba fascinado por la altura de los edificios y lo grande que era todo. Pero al tiempo acabas deseando escapar de la ciudad. Por eso, al comienzo de la película, hay una cita de Pavese que viene a recoger esa sensación de estar en un sitio pero desear estar en otro.
P: Ya que has mencionado la película de Saura, a pesar de la temática quinqui, noté un poso más contemplativo y un ritmo más pausado, incluso la decisión de que fuese en blanco y negro me sumerge en esa atmósfera. Por momentos me recuerda a películas como «Extraños en el Paraíso», de Jim Jarmusch. ¿Qué referentes teníais además de los que ya me has mencionado?
J.M.: Haciendo un poco de análisis, como empezamos a hacer la película hace tres años, recuerdo que ver una película de Bresson por aquel entonces era la hostia. O ver una película de la nouvele vague era algo nuevo. De hecho, la escena de la galería es una referencia muy clara de Pickpocket. Entonces sí que hemos trabajado una macedonia de referencias, que nos han venido precedidas por todo lo que íbamos consumiendo en la universidad. Todo lo que descubríamos era para nosotros una ilusión y queríamos meterlo como fuera. Sobre todo, la primera mitad de la película , que es lo primero que empezamos a rodar, recuerdo que queríamos llenarlo de referencias.
P: Ya que la película ha sido rodada entre amigos, según se aclara al comienzo de la película, y que ha tardado tres años en realizarse, ¿cómo ha sido el trabajo con los actores?
J.M.: Justamente en el momento que empezamos, los actores eran de los menos cercanos. Nos conocíamos, pero de habernos tomado un par de cervezas; sin embargo, a día de hoy son de las personas más cercanas en mi vida. Fue un trabajo divertido, porque nos lo tomábamos con calma. Le teníamos muy poco respeto al guion. En los ensayos siempre nos dábamos cuenta que preferíamos apostar por que fuese algo más natural y fresco. Entonces íbamos a rodar con los ensayos hechos, pero tampoco sin seguir la escena a rajatabla. Siempre teníamos los ensayos para buscar la naturalidad. En set echábamos siempre escenas de más, probábamos cosas nuevas.
P: ¿Cómo nació la idea de que el protagonista robase un cuadro? ¿Por qué un cuadro?
J.M: Nos llamaba mucho la atención que una persona, que no tuviese demasiados recursos y viniese de un barrio muy humilde, robase algo de mucho valor. Y que a la hora de querer venderlo, el propio hecho de que él lo portase, y debido a sus circunstancias, lo devaluaba por completo. Nos ponemos en la situación y es una persona sin conocimiento del mercado del arte, que puede acabar vendiendo un cuadro en un rastro por poco dinero. No es que sea una crítica al mundo del arte, pero sí que nos parecía un comentario interesante. Esa era la idea base, aunque luego la historia desvaría mucho.
P: Saliéndonos un poco de la película, ¿cuál es la realidad quinqui de Madrid?
J.M: Es complicado. Yo creo que el cine quinqui está supeditado a una época. Yo siempre la encasillo fuera del cine quinqui, aunque luego hay gente que la encasilla en ese género. Realidad quinqui hoy en día no creo que exista como tal, porque falta un contexto muy concreto de la época. Existen cordones de delincuencia y pueden darse ciertos paralelismos, pero tampoco sabría hacer una crítica social sobre la iconografía de ambas épocas.
P: Tú como director, después de ver terminado un proyecto de tres años, ¿sientes ahora más ganas de seguir trabajando?
J.M: A mí me está alegrando mucho la crítica de la película. Yo no sabía por dónde iba a salir, de verdad. Hay gente que sabe leer mejor eso. Pero nosotros sabíamos que era algo muy de nicho. Pero ahora me pillas en un momento en el que no he parado, y estreno una nueva película en octubre, entonces no he notado aún esa pausa.
P: ¿Por qué recomendarías Sueños y pan?
J.M: Es una película que me gustaría ver. Trata una serie de temáticas muy humanas, es muy dinámica y se trabaja dese un prisma muy natural. Pienso que plantea un diálogo muy interesante, aborda temáticas relacionadas con las circunstancias que pienso que son muy necesarias.