‘Godzilla vs Kong’, hasta las inflamadas gónadas

Título original: Godzilla vs Kong

Año: 2021

Duración: 113 min

País: Estados Unidos

Dirección: Adam Wingard

Guion: Eric Pearson, Max Borenstein

Música: Junkie XL

Fotografía: Ben Seresin

Reparto: Alexander Skarsgård, Millie Bobby Brown, Rebecca Hall, Kyle Chandler, Eiza González, Shun Oguri, Demian Bichir, Julian Dennison

Ficha en IMDb

ALERTA: ESTA CRÍTICA CONTIENE SPOILERS Y MUCHA MALA LECHE

Después de aquel ejercicio de interesante formalismo que fue Kong: Skull Island, algún Julián iluminado decidió que era buena idea coger a nuestro gigante simiesco favorito y lanzarlo sin misericordia a este refrito de lagartijas cansinas y robots caraculos que es Godzilla vs Kong. Estoy hasta las inflamadas gónadas de este pozo infecto de clickbait amarillista que se ha formado en torno a los crossovers.

Mentiría si dijera que no me lo olía. En cuanto supe del estreno de esta mierdosa película me dije a mí mismo: «estos fulanos nos van a colar una payasada en forma de empate técnico». Y así ha sido. Mis peores augurios se han hecho realidad. Todos los memes, los acalorados coloquios entre defensores del mono y defensores de la lagartija radioactiva, y los hastags en Twitter han sido en vano. Al final, como siempre, se ha impuesto el relatito petardo-hollywoodiense. Yo, que fui al cine con la cándida ilusión de ver un combate a muerte entre titanes, tuve que ver como estos dos bichejos se hacían amigos y se perdonaban la vida mutuamente. Injusticia total. Que se vayan al cuerno.

Me niego a entrar en valoraciones más profundas sobre el producto. Los personajes humanos son todos prescindibles y sus diálogos una ristra de muletillas bochornosas, pero es que a mí los patéticos homo-sapiens me daban igual. Cada segundo que se entretenían en tratar de darle justificación a una trama injustificable era un minuto que no estaban empleando en enseñar los puñetazos y las patadas del gorila gigante. Por lo tanto, no reprocho en absoluto que la trama de esta película sea más frágil que un papel de fumar mojado. Por mí, podrían haber suprimido de la cinta cualquier forma de vida de menos de seis metros.

Lo que no perdono es el marketing engañoso. Las campañas de publicidad y las películas que nos toman a todos por imbéciles (que quizás lo seamos, pero ese es otro debate). Y es que este bochornoso ejercicio de conservador inmovilismo cinematográfico eligió el lema «One will fall» (Uno caerá) para publicitarse. Bueno, eso es verdad. Algo cayó. Cayó para siempre mi interés en cualquier pseudosecuela que se estrene de esta franquicia filistea.                               

Lo mejor: Algún puñetazo hay…

Lo peor: Nos toma por imbéciles

Nota: 3/10

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