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‘Garra’, y talento a las puertas de la NBA

Título original: Hustle

Año: 2022

Duración: 117 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Jeremiah Zagar

Guión: Taylor Materne, Will Fetters

Fotografía: Zak Mulligan

Música: Dan Deacon

Reparto: Adam Sandler, Juancho Hernángomez, Queen Latifah, Ben Foster, Robert Duvall, Lyon Beckwith, María Botto, Kenny Smith, Abraham Vasquez, Jordan Hull, Kevin D. Benton, Debbie Lay, Bob Leszczak, Jerry Lobrow, Ainhoa Pillet, Sonya Giddings, Setty Brosevelt

Productora: Happy Madison Productions, Kirschenbaum Productions, Roth Films, Spring Hill Productions

Distribuidora: Netflix

Género: Drama | Familia | Deportes

Ficha en Filmaffinity

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Esta es la vuelta de Adam Sandler a una película más bajo el amparo del universo Netflix, con algunas luces y sombras. También regresa al mundo del deporte.

La ocasión lo merece, aun cuando sea una más sobre baloncesto. Y es que la temática baloncestística es de recurrente actualidad: The Way Back (O’Connor, 2020)  El último baile (Hehir, 2020) o la serie de HBO de Tiempo de victoria: La dinastía de los Lakers.

Garra se ha concebido más para ensalzar este deporte, como fuente de grandes oportunidades y con una visión entusiasta de esa industria. En otras recientes de Netflix como High Flying Bird (Soderbergh, 2019) se era más crítico con el entorno NBA y su agresivo mercado laboral. O como en Amateur (Koo, 2018) donde se reflejaba la crueldad y el trato dispensado a los jóvenes talentos de secundaria. Aquí el punto de vista es de incondicional, más optimista y positivo.

Sobre esta nueva participación en el catálogo Netflix de Sandler, destacar que se muestra menos encasillado. Al parecer quiere ir alternando su rol de actor cómico y graciosín, con el de perfil dramático y profundo si el guión lo requiere. Lo cual es de celebrar. Ya hemos visto de lo que es capaz en otros registros como los de Diamantes en bruto o En algún lugar de la memoria (Binder, 2007).

Si bien aquí en Garra no se puede esperar una actuación dramática al nivel de las dos anteriores, tampoco estamos hablando de una comedia arquetípica de Sandler. Afortunadamente es más interesante que sus otras aventuras deportivas del estilo de El clan de los Rompehuesos  (Segal, 2005) o El aguador (Coraci, 1999).

Fotograma de ‘Garra’, con Adam Sandler en la oficina (Foto: Netflix)

Adam Sandler interpreta a un reclutador (‘scout’), un cazatalentos que trabaja en la franquicia NBA de los Philadelphia 76ers. Aspira a un puesto técnico superior, pero para ello debe dar con la tecla. La oportunidad de oro, se tiene que buscar y pelear. Meritocracia en estado puro. Nadie regala nada en EEUU, salvo para los hijos del dueño de la franquicia… El argumento tiene poco de original o novedoso. Así a bote pronto, recuerda a las urgencias de Kevin Bacon en Una tribu en la cancha (Glaser, 1994). Como cualquier historia de ex deportista fracasado o que se quedó a las puertas por la tan socorrida lesión inhabilitante. Es necesario un éxito muy notable en el próximo fichaje para revertir su suerte.

Así que es básicamente una historia sobre el sueño americano (deportivo). Sandler quiere resarcirse de sus errores del pasado convirtiendo a Bob ‘La Boa’ Cruz (Juancho Hernángomez, jugador español en activo de la NBA) en uno de los seleccionados para el draft. Algo exclusivamente reservado para portentos menores de 22 años, procedentes de universidades de élite deportiva, institutos o extranjeros con trayectoria de lo más acreditada. No es ninguno de los casos.

Este Sandler es un buen profesional, dedicado, observador de detalles, minucioso en todos los aspectos del juego. Más allá del instinto para el béisbol del Clint Eastwood de Golpe de efecto (Lorenz, 2012). Con fama de díscolo igualmente entre sus compañeros del comité técnico, eso sí. No obstante, Sandler tiene un poco más de esencia de Jerry Maguire (Crowe, 1996). Se la juega, en su última carta a la desesperada. Deja 76ers y va por libre, los estadounidenses son emprendedores por naturaleza. Creen en algo y perseveran, cueste lo que cueste. Al menos esa es la idea del emprendedurismo que nos venden.

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Fotograma con los dos protagonistas: Juancho Hernángomez y Adam Sandler

La faceta más interesante de la película está en la orientación psicológica y técnica que brinda Sandler a su descubrimiento. El ‘coaching’ bien entendido. La importancia del entrenamiento y la metodología para llegar a profesional. Qué relevante es la profesionalización y el nivel técnico de la NBA. Reclutadores, entrenadores, agentes, se valen de todo tipo de datos y redes sociales para su método de trabajo.

Lo que no acaba de funcionar es la existencia de algunos clichés como el de español barriobajero más parecido al hispano que suelen caracterizar en sus películas (las localizaciones e incluso los extras parecen rodados más bien en Centroamérica). Un poco más de detalle y precisión no estaría mal. También chirría bastante algunos entrenamientos y peroratas de Sandler a lo Rocky Balboa. Cierto que puede ser admisible si es a modo de homenaje a la ciudad de Philadelphia y a su mítico boxeador cinematográfico.

Esos matices negativos, se han contrarrestado muy bien con la presencia de cameos de máximo nivel. Estrellas del baloncesto estadounidense y otras figuras legendarias de la NBA aparecen en la cinta dándole credibilidad y bastante glamur deportivo.

El ambiente del draft, las pruebas de selección, los entrenamientos intensivos y tecnificados, y el baloncesto callejero son de lo mejor. Gracias a ello se compensa otros aspectos más flojos de la película, como la emotividad o la vida familiar bastante poco logradas.

En definitiva, es una producción sobre deporte con pocas novedades que aportar salvo una visión del draft interesante y motivadora. Más para amantes del deporte y en particular del baloncesto, que para un público más generalista que no encontrará una gran historia familiar o de superación. Simple entretenimiento, que no es poco.

Garra se encuentra en cines desde el 3 de junio. También disponible en la plataforma Netflix a partir del 8 de junio.

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Lo mejor: la visión entusiasta del entorno NBA, y el enfoque en la metodología para la gestión del talento.

Lo peor: la poca emotividad y algunos detalles nada trabajados.

Nota: 6/10