Entrevista a Laura Mañá y Natalia Tena: el flechazo que hizo ‘Te quiero, imbécil’

“Te quiero a ti, tienes que ser tú”. Así fichó Laura Mañá a Natalia Tena para que protagonizase la comedia romántica Te quiero, imbécil, el largometraje que trae de vuelta a esta realizadora catalana a primera línea tras casi diez años de silencio cinematográfico. Algo extraño y maravilloso sucedió entre las dos, porque no se conocían de antes, pero fue un flechazo.

La misma Natalia Tena (Juego de Tronos, Harry Potter) nos cuenta como fue la propia figura de Laura la que le hizo aceptar el papel, aunque admite que se entusiasmó aún más al conocer que protagonizaría esta comedia sobre amores actuales y demás desvaríos del siglo XXI junto a Quim Gutiérrez. Entre ellos sí se conocían de antes. Habían rodado un corto publicitario de cerveza dirigido por Alejando Amenábar. La química estaba ya detrás de las cámaras desde antes; una conexión que según Natalia Tena es sencilla de lograr: “es saber contar historias y pasártelo bien. Y ser amigos. Es básicamente ser amigos”.

“Son actores como la copa de un pino”, coincide Maño sobre la pareja protagonista. “Saben sacar lo bueno y genuino el uno del otro. Saben quedarse con lo mejor. A la mínima indicación, han pillado al personaje”.

Y es que el flechazo entre Laura Mañá y Natalia Tena va más allá. La intérprete confiesa que “copió a Laura” para su dar vida a su personaje. “Soy una actriz muy física y usé mucho de sus gestos. Estando con Laura acabé chupando de ella. Y fue como ¡fuck estoy haciendo de Laura!”, explica entre risas Tena.

Esto quizá haya ayudado a que la interpretación de Natalia Tena sea uno de los aspectos más acertados de Te quiero, imbécil. “Natalia está que se sale”, alaba Laura Mañá. “Es poderosa y tiene una fuerza arrolladora. Representa muy bien lo que es una chica hoy en día”.

Pero, ¿qué es una chica hoy en día? O, ¿cómo deber serlo al menos en el cine? Gran parte de la película gira en torno a cómo debe comportarse un “hombre del siglo XXI”, con el personaje de Quim Gutiérrez en perpetua perplejidad ante la pérdida de referentes. Pero, ¿y la mujer del siglo XXI?

“El rol de la mujer ha cambiado, y como consecuencia, el rol del hombre ante ella ha cambiado al relacionarse. Hoy en día las chicas tienen mucha más libertad, se han empoderado y los hombres se han podido sentir más perdidos a la hora de abordar esto”, explica Laura Mañá, quien añade que “vivimos un momento en el que podemos escoger y vivir su sexualidad con mucha más libertad.

Laura Mañá rodando en ‘Te quiero, imbécil’ – Imagen: Academia de Cine

El personaje de Natalia Tena en Te quiero, imbécil, “no es una protagonista al uso”, en palabras de la directora. “Es una mujer independiente, fuerte, tatuadora, que canta descalza…”, expone Mañá, quien habla sobre como cuando le llega un guion necesita “ver con cada personaje lo que quiero contar”.

Cómo representar a la mujer en la ficción, y en concreto el cine, es algo que parece dar muchos quebraderos de cabeza a los grandes productores. Por suerte, Natalia Tena tiene un consejo tan sencillo como abrumadoramente útil: “Hay que quitarle mucha importancia a la belleza. Contar historias que no sean simplemente chicas de 20 tantos que son guapas y blancas. Siempre son guapas y blancas. Hay que romper todo eso. Salir a la calle. Es mirar a una mujer en la calle”.

Si bien, en manos de Laura, un personaje femenino no es ningún quebradero de cabeza, sí supone un reto mayor enfocar un subgénero nuevo para su filmografía como es la comedia romántica. Responsable de obras como Sexo por compasión (2000) o Ni Dios, ni patrón, ni marido (2010), Laura Maña admite que no es tan fácil dar con la tecla. “Lo más complicado es siempre encontrar el tono, que siempre estás en la cuerda floja. Para que no te quede una comedia histriónica, o un chiste que está demasiado arriba. Mantener el tono de una película es siempre lo más difícil en un rodaje”.

Esta complejidad suele pasar desapercibida, y Laura Mañá se vuelca en defender a la comedia como género mayor en el cine. En plena temporada de premios, la realizadora lamenta que este género se vea como si fuese menos importante. “La comedia pasa a segundo plano y a mí me parece que es un género tan importante y tan difícil que debería estar en primera línea”, opina. “Quiero poner a la comedia en su sitio. La comedia es necesaria”.

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