Título original: Las paredes hablan
Año: 2022
Duración: 75 min.
País: España
Dirección: Carlos Saura
Guion: José Morillas, Carlos Saura
Música: Alfonso G. Aguilar
Fotografía: Juana Jiménez, Rita Noriega
Productora: Malvalanda.
Género: Documental | Pintura
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«Me veo a mí mismo reflejado como una estrella errante en la inmensidad del cosmos». Con estas palabras decía adiós Carlos Saura tras más de seis décadas de cine. A través de su compañera, Eulàlia Ramón, el director se despedía en la 37ª gala de los Premios Goya.
El cineasta ha abandonado la Tierra regalándonos una última obra: Las paredes hablan. Este documental de 75 minutos invita a la reflexión final más redonda que Saura pudo haber urdido. El despertar humano, entendiéndose este como el momento en que el homo sapiens adquiere consciencia de sí mismo, es el motor que fundamenta su última película.
Altamira y nuestra sociedad actual se presentan como caras de una misma moneda, en la que el arte surge como una pulsión vital infranqueable. De un modo sutil, ameno y cargado de esperanza, el director empuja a aquel que observa a cuestionarse hasta qué punto los miles de años que nos separan de la Cueva de Chauvet pueden sentirse tan solo como unos minutos. Intercalando planos de graffitis urbanos con pinturas rupestres, acompañado de entrevistas a grandes historiadores y antropólogos, Saura reconstruye la historia del arte mural buscando una raíz común.
Con su cine ha logrado impresionar a varias generaciones. En una labor comprometida de memoria histórica, la obra de Saura apela siempre al germen de lo humano. En el «arte» de sacudir, este director es un verdadero maestro. Carlos Saura ha demostrado talento pellizcándole las entrañas a sus espectadores, su última obra no iba a ser para menos.
No puedo evitar interpretar Las paredes hablan en clave de un sabio consejo; es más, no quiero hacerlo de otra forma. Como buen observador y retratista -acudía a todas partes con su pequeña cámara de fotos-, Saura se ha dado cuenta del mal que nos afecta a día de hoy como sociedad. El arte se muere. El arte, entendido como esa pulsión vital incontrolable, implacable, incomprensible, perece en los rincones de un mundo de papel que se vacía de significado a cada instante. Un mundo donde los pilares antes firmes, ahora se licuan y caen derretidos a un suelo que los desprecia sin piedad. Vivimos en ciudades donde el individuo es tragado por una masa gris informe que lo arrastra a un letargo parecido al de antes de ser. En este contexto, Saura presenta el arte como salvavidas, como un rayo de esperanza al que aferrarse, que se esconde a plena vista porque nosotras ya no estamos mirando.
Saura abandona el mundo consciente de que hay esperanza. Mientras exista imaginación, esa que es más rápida que la velocidad de la luz, vivirá el arte y con él, el ser humano. Si las paredes hablasen… y hablan, el maestro lo tiene claro. Las paredes hablan y nos recuerdan quiénes somos. Puede que este documental no sea la gran obra final que muchos tengan en mente para un director tan grande como ha sido Carlos Saura; pero a mí no se me ocurre mejor broche para una personalidad tan ilustre. Indudablemente esta película es fruto de su pulsión, es querer hablar de algo que le inquietaba y removía por dentro; y como obra nacida de una pasión, conmueve a aquella que la ve.