Otro mes más volvemos con el cine de terror y sus características, en esta sesión hablaremos del cine de terror estadounidense. Como el cine estadounidense es bastante amplio, se va a dividir el análisis en tres grandes pilares: slasher, thrillery terror sobrenatural.
En este artículo vamos a hablar del slasher y cómo EE.UU. marcó un antes y un después en el género.
Primero y ante todo, ¿qué es el slasher? Slasher viene de slash, que en inglés significa cortar. Es por ello que se denomina así, ya que la raíz de este cine se basa en el slash, en algo que es cortado. Para proporcionar terror al espectador, todo eso que es «cortado», viene desde lo más sangriento posible.
A ninguno de nosotros nos gustaría que un maníaco con un arma afilada viniese a por nosotros, ¿no? Y aunque ahí puede residir el terror, no se quiere apelar al miedo a lo sobrenatural. El miedo que se busca es a la muerte y a la soledad. Porque si no eres tu la víctima, puede que lo sea tu amigo, pareja o familiar.
El género slasher ha tenido sus altos y sus bajos. Cuando se originó el concepto, allá por los 70, la gente sintió como una oleada de aire fresco ese nuevo concepto de películas. Esos títulos frescos fueron algunos como La matanza de Texas o La noche de Halloween. La gente estaba emocionada, expectante en pos de averiguar qué era lo que estaba pasando, al igual que quién iba a sobrevivir.
Durante los años ochenta, llegaron títulos como Viernes 13 o Pesadilla en Elm Street, estableciendo esa edad de oro de los slashers. La gente ciertamente tenía miedo a quedar con sus amigos, tenían miedo a encontrarse de cara con Jason o con Freddy Crueger. Es más, adía de hoy se sigue explotando estas películas: haciendo remakes, haciendo Jason Vs. Freddy, haciendo pasajes del terror…
Pero, ¿por qué a finales de los 80 y principio de los 90 no se hacía cine de este tipo, si era tan bueno? Habían explotado el concepto. No es solo de nuestra sociedad actual lo de saturar a la gente de X contenido hasta que se aburra. Es algo que está ya en nuestros genes y se hace desde antaño. Con el éxito de las películas ya mencionadas, Hollywood vio su gallina de los huevos de oro. Como era de esperar, empezaron a sacar película tras película, saturando al público y condenando al subgénero.
Afortunadamente, en 1996 llega a los cines Scream, película slasher que proporciona al público una oleada de aire fresco. Gracias a ella, esa decadencia comienza subir brevemente.
Scream, a día de hoy, sigue sacando entregas, pecando un poco de esa sobreexplotación que se menciona en el párrafo anterior. Aunque es cierto, que sigue innovando y explorando las posibilidades del género.
Gracias a Scream, el género no ha muerto, teniendo actualmente títulos destacables como puede ser Hush, Feliz día de tu muerte, la saga Calle del terror, Maligno… Y no solo en el cine, el slasher ha llegado a la televisión a modo de series, y la verdad, es que hay propuestas interesantes. Es por ello que me gustaría que profundizásemos en la raíz narrativa del slasher y ver qué es lo que la hace tan interesante de consumir.
Más allá de ese asesino con arma homicida cortante, tenemos otros ingredientes que marcan la seña de identidad de este maravilloso subgénero:
La gran mayoría de películas de antaño, tienen a un grupo de adolescentes, donde cada uno de ellos encarna a un estereotipo. Tenemos a la rubia tonta y pija, el chulo ricachón, el empollón… También, por desgracia, y como muestra de lo racista que era el cine, también estaba el negro, quien siempre era el primero, o de los primeros, en morir.
Otro rasgo definitorio, que sí se sigue aplicando a día de hoy en los slashers, es el antagonista. El asesino va a por sus víctimas movido por la venganza, ya que en su pasado ocurrió un evento traumático y necesita darle un cierre de la forma más violenta posible. Otro rasgo definitorio del antagonista es la máscara, todos llevan ocultas sus caras, precisamente, para mantener el suspense de quién puede ser el o la que está detrás. Todos conocemos la mítica máscara de Scream, la de Jason, la de Michael Myers… En títulos más actuales tenemos casos como la cara de bebé de Feliz día de tu muerte, la que usa el asesino en Hush, incluso en casos como Los Extraños.
Finalmente, hay que mencionar el rasgo más característico, el de la «Final girl». Este concepto habla sobre la superviviente, que suele ser una chica, pero esa chica no es una cualquiera, es una chica cargada de pureza, capaz de acabar con todo ser villano que se aproxime.
Este concepto nace desde la necesidad de dar una lección a los pecadores. Durante los 80, hubo grandes campañas en pos de las buenas chicas cristianas y puras. Había muchas drogas y muchos embarazos no deseados, pero ese activismo fue en vano. Es por ello que decidieron intervenir en el cine, el medio de masas que más público tenía en esa la época. Aprovecharon este nuevo género cargado de sangre y dolor, para dar una lección de moral.
¿Os acordáis de cuando hablábamos sobre el grupo de adolescentes que se enfrentaba a ese ser hostil? ¿Y de los estereotipos marcados? Eso viene de esa necesidad de dar un mensaje en contra del pecado. A la rubia tonta y pija se la representa como materialista, además con esa necesidad constante de acostarse con el chulo. Así demuestran cómo es una pecadora y debe ser erradicada por el asesino, siendo ella de las primeras en morir.
Lo mismo ocurre con el resto. El chulo está todo el día pensando en el sexo, además de ser arrogante, por lo que es otro pecador que debe morir. El empollón, aunque parezca que no merece ser castigado, desde sus pensamientos, se debe acabar con él porque, internamente, lo que busca es mancillar a la final girl o aspirar a tener algo con la pija. Es evitar el pecado antes de que ocurra. Y así con todos los estereotipos que se nos vayan ocurriendo.
Entonces, ¿por qué la final girl es la que sobrevive? Es una chica atormentada, esta sociedad pecadora ha intentado corromper su alma pura, pero ella es impenetrable, y es por eso que es la única que puede derrotar al villano, la clásica dicotomía de bien contra mal.
Todo esto nos lleva a pararnos a pensar la cantidad de slasher, sobre todo antiguos, que repiten este patrón. Es por ello que los espectadores perdieron el interés. Ya hacían apuestas para decir: «¿Será de nuevo la pura y atormentada la que gane o por fin nos encontraremos ante un nuevo giro de guion?«. Y así el tiempo pasó hasta que, por fin, decidieron romper con ese patrón que estaba condenando al cine.
A día de hoy, el slasher no es el tipo de cine más consumido, pero sí que es cierto que es un género interesante de consumir y que, por tal de romper con ese paradigma de lo ya visto, de vez en cuando, se puede ver en la gran pantalla una nueva revisión del género que deja muy buen sabor de boca.
Como cierre, comentar que mi slasher favorito es Feliz día de tu muerte, por cómo juega con mis queridísimos bucles temporales, y el concepto de buscar al asesino enmascarado muriendo una y otra vez. También rompe con el concepto de final girl y rompe con ese deseo de buscar a la chica pura. Demasiado tener que lidiar con alguien que te mata como para encima tener una catarsis sobre la castidad.
Dicho esto, ahora es vuestro turno. Decidme…