El chico y la garza
Hayao Miyazaki estrena su última película 'El chico y la garza'. Vía: Fotogramas

‘El chico y la garza’, el último cuento de Miyazaki

Título original: Kimitachi wa dô ikiru ka

Año: 2023

Duración: 124 min

País: Japón

Dirección: Hayao Miyazaki

Guion: Hayao Miyazaki. Novela: Genzaburô Yoshino

Música: Joe Hisaishi

Reparto: Animación

Compañías: Studios Ghibli

Género: Animación. Drama Fantástico

Ficha en FilmAffinity

Si hay un artista que ha sido atravesado por las consecuencias de una guerra, por encima de todos los mortales, ha sido (y sigue siendo) el japonés Hayao Miyazaki. Con tan solo cuatro años (nació en 1941), vivió uno de los acontecimientos más terribles en la historia del mundo: los lanzamientos de las dos bombas atómicas en Hiroshima y Nakasaki. El después, fatal, marcó una honda herida en la vida japonesa, y una falla inconmensurable en la psique del pequeño, adolescente Hayao que dedicaría el groso de su obra cinematográfica a explorar la Guerra en sus mundos de fantasía.

Para hablar de El chico y la garza, la nueva y posiblemente última película de Miyazaki (recordemos que en la fecha de su estreno en Occidente el director tendrá 82 años), hay que echar la vista atrás a toda su filmografía porque recuerda en esencia, aspecto y espíritu a la mitad de sus películas. Es imposible no encontrar similitudes con, por ejemplo, El castillo ambulante (2004) donde, al igual que en su nueva película, se doraba la crueldad de la guerra con personajes de fantasía y una trama parabólica que se alejaba del corazón de la historia por momentos.

El chico y la garza se estrenó en el pasado Festival de Cine Internacional de San Sebastián y recibió críticas positivas, aunque no fueron pocos los que suspiraron de aburrimiento durante la proyección. Cuenta la historia de un chico que se ve obligado a mudarse al campo con la nueva pareja de su padre después de que su madre muriese en un incendio. Allí es acosado por una garza con un comportamiento fuera de lo habitual que le introducirá en un mundo oculto, detrás de este que desafía todos los preceptos de su vida y de la de sus padres.

El chico y la garza
Fotograma de ‘El chico y la garza’ (Foto: Vertigo Films)

A nivel narrativo, la historia presente un camino del héroe marcado y con los elementos que disfruta incluir el director en sus películas. Aparecen figuras que desde Occidente podrían verse como referencias a la cultura japonesa. Sin embargo, son el fruto de la imaginación de Miyazaki que con su extrema sensibilidad es capaz de convertir sus ideas en iconos culturales. Si algo hay que valorarle al director es esa capacidad de imaginar otros mundos, de crear cosmogonías desde las que hablar de los problemas de nuestro presente.

No obstante, Hayao cojea en El chico y la garza en el discurso que elabora. Su narración es irregular. Tiene un ritmo lento y monótono; los avances (los cambios que se suceden respecto al objetivo del protagonista) son predecibles. Recuerdan demasiado a otras películas de su filmografía. La expectación que se siente al estar sentado en otra (y quizá la última) película del antológico director japonés no se ve satisfecha. Los defensores y amantes de Miyazaki la disfrutarán, ya que pese a sus errores, la película es disfrutable, pero para el espectador profano resulta aburrida y repetitiva.

Respecto a la animación, tiene un estilo similar a sus anteriores trabajos. El autor se resiste hasta el final de sus días a no utilizar modelos digitales. El proceso debe ser manual, artesano. Y debe ser así como lo recordemos, como un artista de otra época, un visionario que desde su jubilación sigue regalándonos sus sueños. Más allá de las percepciones técnicas y los juicios de valor que podamos hacer de El chico y la garza, intentar disfrutar de la película como lo que es (el último cuento de Miyazaki), es una cuestión de respeto a uno de los mejores -sino el mejor- directores de animación de la Historia.

Nota: 7/10

Lo mejor: cómo construye el mundo de fantasía.

Lo peor: su ritmo, lento y monótono, y sus imperfecciones narrativas.

Lo mejor: Cómo construye el mundo de fantasía.
Lo peor: Su ritmo, lento y monótono, y sus imperfecciones narrativas.
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