Desenterrando a John Williams

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Seguramente tan sólo al leer el nombre de John Williams, se reproduzca automáticamente en vuestras cabezas la imponente marcha imperial de El Imperio Contraataca, el ansioso tamborileo del acecho en Tiburón o a Indy montado a caballo persiguiendo nazis. John Williams ha vertebrado al cine de las últimas décadas con sus partituras. Auténticos iconos del cine quedarían huecos sin su música. Tal vez E.T no hubiese volado tan alto, o quizás Harry Potter no hubiese fascinado desde el primer momento de la manera en la que lo hizo. ¿Cómo hubiese quedado ese Brachiosaurio sin John Williams?

No hay duda entonces de que John Williams es uno de los compositores de bandas sonoras más reconocidos, y sus temas son iconos con vida y espíritu propio.  Y aún así, son muchas las piezas suyas que quedaron atrás en el olvido y que el tiempo ha enterrado. Es, en parte, comprensible; no podemos tatarear ni silbar todas y cada una de sus partituras. No obstante, nunca viene mal sacar a relucir a alguna de estas obras, que aun dentro de sus más conocidas películas y sagas, pasaron inadvertidas.

Leia´s Theme – Star Wars: Una nueva esperanza

John Williams es un experto a la hora de componer temas dedicados exclusivamente a un personaje. Sabe, mejor que ningún otro, hacer que una pieza musical no solo refleje la personalidad del mismo personaje, sino que la construya a su vez. Sin profundizar demasiado en esto, sí que es destacable el acierto del compositor para crear piezas únicas para personajes femeninos. Sí es memorable el tema que compuso para Marion en En busca del arca perdida; y no se puede negar que la música con la que nos presentan a Rey en El despertar de la Fuerza es inmejorable para ese personaje.

En esta misma línea, pero mucho anterior a esto, John Williams tuvo la responsabilidad de crear una pieza para otro personaje femenino: era 1977 y la princesa Leia estaba huérfana musicalmente. Williams le preparó un tema atrevido, con toques seductores pero, de alguna manera, majestuoso. Igual que la princesa que se convertiría en icono instantáneo de la cultura popular. La fórmula la repetiría en El Imperio Contraataca para Han y la misma Leia, una pieza mucho más conocida, pero este tema de Leia no volvería a hacer aparición.

Una ventana al pasado –  Harry Potter: El prisionero de Azkabán

La tercera entrega de Harry Potter supuso todo un reto para la saga. Sin Chris Columbus al frente y con Alfonso Cuarón en su lugar, este director quiso dejar bien marcada su huella personal y se optó por un cambio de estética generalizado. El prisionero de Azkabán no solo tendría una ambientación más tétrica, oscura y adulta. El propio universo mágico de la saga cambiaría, pero, curiosamente, tan sólo para esta entrega, dejando esta tercera parte como una curiosa anomalía dentro de la saga.

Con una modificación más que evidente en escenarios y localizaciones, se quiso dar una imagen mística de aquel mundo, con tintes de cultura céltica, menos majestuosa que las dos películas anteriores, y a cambio, la atmósfera parecía sacada de un cuento medieval. John Williams captó la indirecta y expuso este tema, una rareza dentro de la música de la saga, exclusivo para esta película que no deja de ser también una rareza.

https://www.youtube.com/watch?v=ULbed0sE1gY

La llamada del Cristal  – Indiana Jones: El reino de la calavera de cristal

Quizás la cuarta película de Indiana Jones no cumpliese con las expectativas. Toneladas de críticas negativas cayeron sobre los hombros de George Lucas y Steven Spielberg. Claro está, que no es culpa del bueno de John Williams, que expuso para esta cinta una excelente mezcla entre temas clásicos de la saga y más de uno de nueva partitura.

Ya hemos dicho que John Williams sabe como reflejar la personalidad de los personajes para los que compone en su música. En esta ocasión, su personaje no estaba vivo, pero era una pieza más de la historia. Williams le dedicaba así una pieza separada a la Calavera de Cristal. La partitura que presentó era fascinante e hipnótica, y repetía una y otra vez unas notas oníricas, misteriosas y suaves pero, siempre creciendo. Al igual que la propia Calavera en la película.