Título original: No hard feelings
Año: 2023
País: Estados Unidos
Dirección: Gene Stupnitsky
Guion: Gene Stupnitsky, John Phillips
Fotografía: Eigil Bryld
Reparto: Jennifer Lawrence, Andrew Barth Feldman, Matthew Broderick, Laura Benanti, Natalie Morales, Ebon Moss-Bachrach, Hasan Minhaj
Productora: Sony Pictures, Odenkirk Provissiero Entertainment, Excellent Cadaver
Género: Comedia
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Estoy tentado de empezar esto escribiendo algo como: «Llega la comedia subida de tono del verano» o «Jennifer Lawrence regresa más divertida e insolente que nunca en Sin malos rollos«. Pero no puedo. Primero, porque los críticos, aunque no lo parezcamos la mayoría de veces, intentamos no vender la burra (un saludo a los publicistas); y segundo, porque la nueva cinta que protagoniza la actriz de 32 años es una comedia que, en su conjunto, pertenece a esa inmensa mayoría de obras que, simplemente, están bien.
No obstante, su punto de partida si confiere uno de los pocos elementos extraordinarios de la historia. Pues esta No hard feelings nos presenta a una treintañera bastante desapegada con la gente y el compromiso, no así para con su casa en un pueblo costero, la cual intentará conservar a pesar de la incautación de su coche y un trabajo de camarera precario. La solución la encuentra en un anuncio online, en el que los padres de un joven virginal ofrecen un modesto automóvil a cambio de «salir» con dicho muchacho de 19 años.
Hasta aquí, esperamos que nadie se sienta ofendido. ¿Pero que digo? Si todos somos conscientes de que esto es una película. El caso es que no hay de que preocuparse querido espectador, su frágil ego está a salvo. Lo que sigue a lo largo de hora y media es una de esas producciones un tanto anodinas, pero que tristemente ya no se estilan. Una comedia que parece recuperar cierto espíritu descocado de los 80. Una cinta que resultaría anacrónica si no fuera por su ligerísimo y fútil trasfondo social actual. Aunque, lo más importante, es que es una película que ya no suele ir a salas.
Y quizás su no paso directo por plataformas venga de la mano de su protagonista (productora a la vez), esa Jennifer Lawrence que, admitámoslo, es la estrella de la función, por muy bien que lo pueda hacer Andrew Barth Feldman. Porque está hilarante o, mejor dicho, ella es graciosa de por sí y sin necesidad de cámaras. Encajando como un guante en este registro atrevido y franco, es el propio guion y dirección de un Gene Stupnitsky (que trae un buen currículum) el que no parece hacerle altura, mezclando los gags físicos más insulsos con algunos funcionales y otros magistrales. Así como ciertas líneas de diálogo tremendamente fallidas por tediosas.
El resultado pues se torna en un habitual quiero y no puedo. En una oportunidad desaprovechada en la que la película parece traicionarse a sí misma en su afán de gamberrismo e incorreción, rehuyendo frontalmente la rom-com de manual para luego terminar semi-abrazándola en su estructura (lo cual tampoco está mal). Aún así, yo seguiré estando a favor de estas chorradas que te apañan dignamente una tarde-noche. Que lo que lo que de verdad nos hace falta ahora es reírnos en comunión.
Lo mejor: La escena de playa, en la que Jennifer Lawrence se atreve con algo impensable y el resultado es divertidísimo
Lo peor: Independientemente de las calidades, es nefasto pensar que la mayoría de estas películas van directas al streaming
Nota: 6/10