Título original: Lux Æterna
Año: 2019
Duración: 50 min.
País: Francia
Dirección: Gaspar Noé
Guion: Gaspar Noé
Fotografía: Benoît Debie
Reparto: Béatrice Dalle, Charlotte Gainsbourg, Abbey Lee, Karl Glusman, Félix Maritaud, Paul Hameline, Luka Isaac
Productora: Vixens Films
Género: Drama, Metacine
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Gaspar Noé lo volvía a hacer. Nos sorprendía de nuevo en el pasado festival de Cannes. Lo que empezó como un cortometraje para la campaña SELF de Saint Laurent se convirtió en otra de sus películas que no dejan indiferente a nadie.
Lux Aeterna cuenta los entresijos de un rodaje. Un rodaje caótico como la filmografía del argentino y su modus operandi. La narración rompe totalmente la arquitrama. Como narración lineal que se mantiene en todo el film tenemos el rodaje. A ello se le suman las historias individuales de los distintos componentes que lo conforman. Personajes que a su vez se debaten entre sus temas personales y los problemas que surgen en el set.
Para dar ritmo al film, Noé hace uso de distintos dispositivos. Es capaz de dividir la pantalla en dos, mostrarnos la misma acción desde diferentes ángulos y hacernos partícipes de la película pudiendo escoger con la mirada en que parte del rodaje queremos estar.
El cineasta consigue en tan solo cincuenta minutos perfilar unos personajes complejos, que tienen las ideas claras y con los que es muy fácil identificarse. Las actrices principales, Béatrice Dalle y Charlotte Gainsbourg, rozan la excelencia haciendo monólogos largos en un periodo de filmación sin cortes.
El artista afincado en Francia vuelve a confiar en su gran director de fotografía. Benoît Debie consigue que la luz tome significado y que el espectador se embriague con ella. Además, es el propio nombre de la película la que la dota de majestuosidad Lux Aeterna como proceso de captación de la luz, es decir, la fotografía en su estado más puro.
En cuanto a la música, es el sonido directo del rodaje lo que inunda las escenas. Además de un pitido constante que juega al ritmo de las luces cegadoras de neón.
Uno de los grandes temas de la película es el ego y la gestión de este. Karl Glusman repite con el director y vuelve a encarnar a su alter ego. La película nos muestra las luchas de superioridad y las debilidades del mundo cinematográfico, pero sin dejar de ser una carta de amor al cine con referencias a los grandes como Jean Luc-Godard y Carl Theodor Dreyer.
Otro de los temas que impregnan la película y su fin último es “el triunfo”. Noé, recibió en su día malas críticas por la controvertida Love, no quiso perder su esencia y luchó por seguir en el lugar en el que le había dejado Irreversible. El año pasado nos incitaba al baile con Clímax y este simplemente quiere recordarnos que es ese tipo que director que en su día triunfó y que lo puede volver a hacer.
Realmente lo consigue, porque esta película permanecerá en la memoria del espectador y será muy difícil de olvidar.
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Lo mejor: El poder pensar que hemos estado en un rodaje del director.
Lo peor: La pretenciosidad en boca de algunos personajes.
Nota: 7/10