Título original: The other side of the door
Año: 2015
País: Estados Unidos
Género: Terror
Dirección: Johannes Roberts
Guión: Johannes Roberts, Ernest Riera
Reparto: Sarah Wayne Callies, Jeremy Sisto, Sofía Rosinsky, Logan Creran
Fotografía: Maxime Alexandre
Música: Joseph Bishara
Producción: 20th Century Fox, Kriti Productions
Duración: 1 h y 36 min
Estreno: 6 mayo
Ficha técnica: http://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-241343/
Primera película de gran presupuesto para el director inglés Johannes Roberts, en la que trasladan al espectador hasta el lado más siniestro de la cultura india.
Maria (Sarah Wayne Callies) y Michael (Jeremy Sisto) son un matrimonio que vive en la India junto a su hija Lucy (Sofia Rosinsky), pero María aún conserva el dolor de haber perdido en un accidente a su hijo Oliver ( Logan Creran). Debido a su desesperación, María se dirige a un templo olvidado en medio de la selva, del que se dice tener la posibilidad de hablar con un ser querido ya fallecido, a través de la puerta.
Muchas son las culturas que se han relacionado con el terror en el cine, pero la cultura india ha estado un poco alejada del horror, más acostumbrada a su luz y su positividad con la gran industria de Bollywood. Aquí muestra su cara más oscura al sacar a la luz una tribu casi olvidada llamada Aghori, que se alimenta de la carne humana de los ya fallecidos y se aplican cenizas humanas en el rostro. Algo siniestro que sirve para introducir un relato de terror que promete pero que no cumple.
Con el ya muy trillado concepto de ‘no hagas‘ pero el protagonista obviamente ‘hace‘, la película repite y mezcla muchos recursos exitosos de otras cintas, aunque se estrella contra el suelo de manera estrepitosa. Uniendo detalles de películas como ‘El orfanato’ (2007), u otras tan carismáticas como ‘El espinazo del diablo’ (2001), la producción parece un refrito de sobras, con la intención de utilizar lo mejor de cada casa.
La protagonista Maria, se mete en un jardín de la manera más absurda y poco creíble que se haya visto en los últimos años en una producción de terror. Es simplemente comidilla para chistes y parodias, llena de reacciones artificiales, diálogos de besugos y un terror que se limita a los sobresaltos gracias al talento del técnico de sonido y a la siempre aterradora visión pero talentosa aparición del español Javier Botet, recordado por su mítico papel en ‘Rec’ (2007), ‘Mamá’ (2013) o ‘La cumbre escarlata’ (2015).
El guión desde luego no se puede considerar uno de los mejores de los últimos tiempos, pero visualmente la cinta tampoco ofrece gran cosa. Un par de detalles aquí y allá que se ven ensombrecidos con unos fallos de racord alarmantes, fácilmente visibles en la pantalla grande. Incluso para el público más palomitero, que sólo va al cine de terror a que le hagan saltar de la silla, podrá coincidir en que más que una historia de sucesos paranormales, es casi la comedia del año.
Un terror que no hay quien se lo crea, que hace reír más que otra cosa y que a la fuerza hace que los protagonistas parezcan personas con muy pocas luces. La película perfecta para perder una hora y media de tu vida en el más oscuro de los abismos. Mejor no abrir la puerta.