Título original: Pawn sacrifice
Año: 2014
País: Estados Unidos
Género: Drama, biografía
Dirección: Edward Zwick
Guión: Steven Knight, Stephen J. Rivele, Christopher Wilkinson
Reparto: Tobey Maguire, Leiv Schreiver, Michael Stuhlbarg, Peter Sarsgaard
Fotografía: Bradford Young
Música: James Newton Howard
Producción: Lionsgate
Duración: 1 h y 55 min
Estreno: 12 agosto
Ficha técnica: http://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-178973/
Durante la Guerra Fría, la relación entre Estados Unidos y Rusia no era nada cordial. Con la amenaza permanente de las armas de destrucción masiva, un joven genio ambicioso de Brooklyn llamado Bobby Fischer, quiso retar al campeón del mundo de ajedrez Boris Spassky, en un duelo mental y político que pasó a la historia como la mejor partida de ajedrez jamás vista.
El conocido productor y director Edward Zwick, que dirigió ‘Leyendas de pasión’ (1994) ‘El último samurai’ (2003) o ‘diamante de sangre’ (2006) entre otras, fue finalmente el elegido para firmar el biopic de la interesante vida del ajedrecista Bobby Fischer (Tobey Maguire) , y en concreto su magistral encuentro con Boris Spassky (Leiv Schreiver), recordado ahora como una auténtica leyenda.
Interpretar al joven Fischer no es una tarea fácil, y sin duda es un desafío para cualquier actor. Tobey Maguire ha participado de forma muy activa en el proyecto, formando parte de la producción y llevando el mayor peso interpretativo de la película. En muchas ocasiones, se puede advertir el entusiasmo y la pasión que Maguire ha puesto en su papel, pero según transcurre la cinta, surge una cierta sensación de que la película está realizada por y para el lucimiento del actor, sin dejar que sus compañeros tengan un lugar junto a él. La actuación de Leiv Schreiver como el maestro Spassky es breve y poco profunda, cuando interpreta al otro lado de la balanza, un ajedrecista que merece la misma atención que Fischer.
Centrándose en los pensamientos del joven Fischer y su evolución hasta llegar a la cima del ajedrez, la producción deja de lado algunos aspectos cruciales a la hora de entender el duelo de titanes que se vivió en aquel momento. Una de las partidas fue calificada como la mejor de la Historia, pero el espectador no va a ser capaz de entender por qué es la mejor de la Historia si no se lo muestran. Debe dejarse llevar por lo que se dice en la película, ya que esa partida legendaria es anecdótica en el desarrollo de la historia.
Locura y genialidad, genialidad y locura, se mezclan dentro de una paranoia política que se hace pesada en ocasiones y que deja al público con muchas dudas sobre la personalidad de Fischer, casi elevando su figura a un altar de genio con una historia triste, sin entrar en los motivos o los resultados. La película se limita a ser un simple testigo de una vida complicada , a la que admirar pero también temer. Parece que la genialidad siempre tiene un alto precio.
Un trabajo que no está a la altura de anteriores cintas del director, con un la sensación de no querer mojarse ni en el pensamiento de Fischer, ni en el conflicto de la Guerra Fría, ni en la partida de ajedrez. Con una premisa muy interesante, la partida prodigiosa queda ensombrecida por el ansia de atesorar una gran interpretación y convertirse más en una carta de presentación para el actor, que el relato de una buena historia.