Cara y cruz de las terceras temporadas en Netflix

A lo largo de este último año se ha levantado un gran revuelo en redes alrededor de la política de cancelación de series que lleva a cabo Netflix. El gigante del streaming, que invierte miles de millones de dólares en contenido original cada año, se ha desecho a lo largo de los últimos meses de series como Santa Clarita Diet, American Vandal, House of Cards y todo el set de aventuras de personajes Marvel, cuyas próximas apariciones serán en Disney+.

Aunque las cancelaciones son naturales, dado que Netflix es un negocio como cualquier otro, resulta doloroso para los fans de estas series. Recientemente, impulsado por la cancelación de The OA, salió a la luz un reportaje que esclarecía, aunque no de forma definitiva, por qué muchas series de la plataforma terminaban con su segunda temporada. El algoritmo entendía que a partir de esta, una serie no atraía nuevo público, y se limitaba a perder lentamente a los que tenía a lo largo de su futuro recorrido.

Dear White People Netflix
Logan Browning y John Patrick Amedori en la tercera temporada de ‘Dear White People’

Es por esto que la tercera temporada de las series del servicio VOD son, habitualmente, algunas de las más arriesgadas (y, por qué no decirlo, bastante raras en comparación con las anteriores). Este verano, escondidas en el catálogo, dos de las series más únicas, especiales y de mayor calidad de Netflix estrenaban sus terceras temporadas, apostando por caminos radicalmente diferentes y dando resultado a productos rompedores.

La primera de ellas, Dear White People, entraba en esta nueva etapa después de una segunda temporada notable pero inferior a su tremendo debut. La serie, basada en la película de Justin Simien, comenzó siendo una apuesta vanguardista, interesante, concienciada y divertida, pero parece ir perdiendo fuelle con cada capítulo. Su tercera temporada sigue falta de ideas, y recurre a chistes meta en los que critica “las terceras temporadas de las series de Netflix”. Aunque los personajes, antiguos y nuevos, ganan bastante con respecto a su segunda entrega, falta una idea común como la que existía en aquel maravilloso primer volumen.

Glow
Alison Brie, Betty Gilpin, Jackie Tohn y Ellen Wong en la tercera temporada de ‘Glow»

Por otra parte, la tercera temporada de Glow, la serie sobre lucha libre femenina en la que la mayor parte de la lucha pasa fuera del ring, es un verdadero soplo de aire fresco. Después de encerrarse en un callejón sin salida al final de su segunda temporada, la serie liderada por Alison Brie, Betty Gilpin y Marc Maron se reinventa y aprovecha su nueva localización para ofrecer un producto emocionante y lleno de sinceridad.

Cada conflicto tiene en cuenta las dinámicas a lo largo de toda la serie, y el desarrollo de las tramas es más que satisfactorio. Los problemas siguen ahí, pero Glow ha evolucionado más allá de su narrativa para convertirse en una historia prácticamente coral, donde lo que importa son las personas y cómo esos conflictos les afectan. Y el resultado es espectacular.