Términos como criptomonedas, Bitcoin, trading o tokens son cada vez más y más populares, incluso fuera del mundo financiero. Ante esta realidad y basándose en su propia experiencia, la cineasta española Ana Ramón Rubio ha decidido adentrarse en este «criptomundo» con Bull Run, su segundo largometraje. Un documental que se diferencia de otras producciones por haber conseguido su financiación al tokenizar su producción.
El hecho de tokenizar permite la fragmentación de la propiedad, haciendo que mediante criptomonedas puedas comprar activos en una blockchain, una tecnología que permite transferir valor o información sin intervención de terceros. Esto ha hecho que la ronda de inversión consiguiese el presupuesto marcado en menos de 24 horas. Juanjo Moscardó, productor de la película, manifiesta que «era algo obligado para acortar los tradicionales tiempos de producción del cine en España, donde conseguir la financiación para una película puede costar años».
Los responsables de la tokenización de la película recalcan que «permite participar activamente en las decisiones y el éxito de la película, es un cambio total en la industria del cine».
Una película sobre criptomonedas
El cine ya ha tratado temas financieros en otras ocasiones. Wall Street (Stone, 1987), La gran apuesta (McKay, 2014) o El lobo de Wall Street (Scorsese, 2013) son algunos de los largometrajes que se han sumergido en el mundo de las finanzas, haciendo de este mucho más asequible de entender para el público. Sin embargo, las criptomonedas aún no han sido un tema recurrente en el cine.
Ramón Rubio trata introducir al espectador el «criptomundo» mediante la comedia. Bull Run habla de la especulación que se genera con memecoins -criptomonedas basadas en memes- como Dogecoin, de los ciclos de mercado y de las consecuencias positivas y negativas de esta revolución financiera. Todo basado en la experiencia personal de la directora.
«Fue un poco como Alicia entrando en la madriguera. Cuando se decretó la cuarentena, comencé a invertir en criptomonedas por una cuestión de inercia, porque otros amigos lo estaban haciendo, pero comencé a descubrir el increíble universo que se estaba creando alrededor del ecosistema cripto y a obsesionarme con él», relata la cineasta.
La película empezó a grabarse este mes y tiene previsto su estreno para la primavera o verano de 2022.