Título original: Blue Moon
Año: 2025
Duración: 100 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Richard Linklater
Guion: Robert Kaplow
Reparto: Ethan Hawke, Margaret Qualley, Bobby Cannavale, Andrew Scott, Patrick Kennedy, Simon Delaney
Música: Graham Reynolds
Fotografía: Shane F. Kelly
Género: Drama, Biográfico, Música
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Richard Linklater se ha convertido en uno de los grandes maestros del cine norteamericano de los últimos 30 años. Con algunos títulos a su espalda como su maravillosa trilogía Before y la entrañable Boyhood, Linklater está asentado como uno de los directores más prodigiosos en la singular capacidad de capturar y reflejar la realidad con una autenticidad inigualable. Un experto creador de atmósferas genuinas, que transforma sus películas en experiencias tan reales que dejan en el espectador una huella excepcional.
Blue Moon es un film que transcurre en tiempo real. Narra una tétrica noche para Lorenz Hart (Ethan Hawke), un legendario letrista cuyo compañero creativo ha triunfado como nunca en su primera representación musical separados. Linklater se mueve en el terreno que más le gusta, personas conversando constantemente sobre aspectos mundanos, que esconden ideas profundas sobre la vida. En este caso, es una historia sobre la más extrema melancolía, Lorenz Hart es un alcohólico insoportable que en ocasiones genera lástima y en otras asco. Quizás este es uno de los problemas del film, es un personaje cargante con el que empatizar no siempre es sencillo.
Todo aquello destacado en la filmografía de Linklater aparece: el duelo del paso del tiempo, el amor en la juventud y en la edad adulta, y esas reflexiones tan peculiares a las que acostumbra el cineasta de Texas. Sin embargo, no logra transmitir esa cercanía, ni esa naturalidad tan especial. Su comienzo es prometedor, con algunas conversaciones cinéfilas ingeniosas, no obstante, mediante avanza, se respira un bloqueo narrativo, posiblemente por culpa de su ritmo irregular, basado en conversaciones no tan brillantes como otras con las que nos ha deleitado Linklater anteriormente. La naturalidad emocional latente en toda la trayectoria del cineasta no aparece con solidez. Por eso, es cierto que hay momentos que sobresalen, pero la tónica general del film es irregular y tediosa.
Al guion de Robert Kaplow le cuesta avanzar entre los encuentros casuales de Lorenz Hart. Y eso que Ethan Hawke logra una actuación notable, en la que crea un personaje con una profundidad cautivadora. Blue Moon deja la impresión de que otra historia contada con los mismos personajes hubiera sido una gran obra, pero que en este caso no logra generar en el espectador esa empatía a la que Linklater acostumbra. En un film más alargado sobre el tiempo, posiblemente Lorenz Hart generaría algo más que compasión, quizás simpatía, conexión emocional, o algo más de entendimiento.
Otro problema en su estructura es la irregularidad de los personajes. La relación de Lorenz Hart con su excompañero Richard Rogers (Andrew Scott) es la más interesante, pero sus conversaciones se alargan hasta la saciedad, hasta llegar a generar algo de pereza. Hay otros personajes que llaman la atención, pero el amor central de Lorenz con Elizabeth Weiland (Margaret Qualley) es torpe y carece de desarrollo.
Blue Moon es un Linklater menor, que demuestra que incluso los maestros pueden tropezar en lo que mejor dominan. Quedará la gran actuación de Ethan Hawke y algunas escenas que brillan en un bar que se apaga poco a poco, como la vida de Lorenz Hart.