Hoy el día parecía alterado en Berlín. Se sentía como una especie de emoción contenida que dibujaba sonrisas en cada una de las caras de los periodistas que cruzaban por el Berlinale Palast. Y es que había comenzado a aflorar el lado más fanático de todos los presentes. Todos lo esperaban y él no se ha hecho rogar, humilde y desenfadado Steven Spielberg ha recibido el Oso de Oro de Honor de la 73 edición de la Berlinale.
El festival llega a su ecuador y los premios ya comienzan a hacerse presentes. Hoy ha sido el turno para el maestro de maestros como según muchos lo califican. El certamen alemán ha aprovechado el estreno del último largometraje del director estadounidense, Los Fabelman, para otorgarle el preciado galardón que homenajea toda una carrera.
A pocas horas previas de la puesta de largo en el auditorio principal, Spielberg ha atendido a los medios en una rueda de prensa que ha resultado ser de lo más conmemorativa. «Truffaut me dijo que tenía un niño en su corazón y él me convenció que yo también lo tenía», explicaba el director apelando al origen de E.T. el extraterrestre. Durante la charla no ha dudado también en citar su admiración hacia grandes figuras de la historia del cine como John Ford, el que le echó de su despacho, o Stanley Kubrick. Y recordando la anécdota de Ford, ha aprovechado para recomendar algunos consejos a futuros directores: «No penséis en el todo, pensad en que cada escena tenga un significado concreto».
A sus 76 años el cineasta estrena su película más personal por sus tintes autobiográficos. Hace unos días ya recogió el Globo de Oro a mejor película de drama y dirección, y además parte como una de los favoritas en los próximos Oscar con siete nominaciones. Pero Steven Spielberg asegura «Tengo la misma excitación por el cine que cuando hace décadas era un chaval«, aunque añada «No tengo ni idea de qué voy a hacer ahora». Pues haga lo que haga no hace falta asegurarle que todos aquellos que hoy han sonreído al verle seguirán disfrutando con cada una de sus películas.