‘Sintiéndolo mucho’, un embriagado repaso a una vida torera

Título original: Sintiéndolo mucho

Año: 2022

Duración: 120 min.

País: España

Dirección: Fernando León de Aranoa

Guión: Fernando León de Aranoa

Música: Leiva

Fotografía: Mariano Agudo

Reparto: Joaquín Sabina, Fernando León de Aranoa, Leiva, Antonio García de Diego, Pancho Varona

Productora: BTF Media, Reposado Producciones, Sony Music España

Distribuidora: Avalon

Género: Documental

Ficha en Filmaffinity

Acompañados de un ‘whisky on the rocks’ eterno parece la mejor manera de aproximarse a conocer los entresijos más profundos y reales de un personaje como Joaquín Sabina, uno de los cantautores más legendarios de la historia de nuestro país. Eso es lo que hace Fernando León de Aranoa en Sintiéndolo Mucho, llamado a ser uno de los documentales españoles mejor recibidos del año.

Estamos ante una cinta que recoge material grabado durante más de una década siguiendo al ya mítico Sabina. Un retrato que aspira a mostrar con realidad los pensamientos, las reflexiones acerca de su propia trayectoria y los vicios y manías de esa voz rasgada que ha dejado ya clásicos innegables de la canción española.

El personaje ‘sabinesco’ se presta totalmente a hacer un largometraje documental centrado en su figura. Un hombre con mil historias que contar, que se ha codeado con lo mejor y lo peor de cada extracto del show business nacional desde hace más de 40 años y que ha conseguido plasmar todas sus vivencias a lo largo de sus álbumes. Más de dos lustros ha estado León de Aranoa, quien adquiere un protagonismo innecesario a la par que narcisista en una historia en la que le honraría quedarse a un lado, recopilando momentos, entrevistas y declaraciones del cantante en sus mejores y peores momentos.

Sintiéndolo mucho es un producto dirigido a fans de Sabina, lo cual no es un error ya que no son pocos los que hay repartidos por todo el mundo, pero no es desde luego una obra pensada para personas que no admiren o al menos conozcan de antemano al de Úbeda.

Durante las dos horas de metraje se tocan casi todos los temas que comprenden la vida de casi cualquier mortal. Su infancia, sus primeros años en la actividad laboral que ha marcado su vida, sus influencias, sus ídolos, sus aficiones (entre las que se destaca principalmente la taurina, de forma acertada aunque esto haya sido criticado por muchos)… Quizás se echen en falta más momentos dedicados a conocer sus amores, en los que tanto ahonda en sus canciones, o de esos vicios de los que el director parece querer hablar de pasada pese a que el protagonista no se sienta incómodo hablando de ellos.

Fernando León de Aranoa (izquierda) junto a Joaquín Sabina (derecha) en una escena de ‘Sintiéndolo mucho’. (Foto: Avalon)

Varias veces a lo largo de la película asalta la sensación de que Sabina quería contar algo más de lo que se muestra finalmente, aunque la complicidad entre él y el cineasta parece latente. Y eso se demuestra en lo cómodo que está siempre, copa de whisky en mano, una de las voces más especiales de nuestra música, pronunciando alguna de las frases más sagaces, puntiagudas y geniales del cine patrio de este curso.

Joaquín parece en ocasiones un toro que quiere seguir envistiendo a Aranoa, mientras que este busca terminar la faena cuanto antes y salir airoso. Sabina es fiero y arriesgado, como habla él mismo sobre José Tomás en el documental, mientras que Fernando (y es malo, repito, que le mencione casi como coprotagonista en un producto así) intenta salir del paso sin importar si es por la puerta grande o acompañado por avisos de trompeta para que abandone el ruedo.

Es un documental disfrutable para ‘sabineros’, entre los que me incluyo, pero quizás no esté suficientemente a la altura de las expectativas. Estará disponible en salas de nuestro país a partir del 17 de noviembre de la mano de Avalon y está llamado a llevarse los principales premios de documental y canción original de la próxima campaña de premios nacional.

Lo mejor: Las salidas imaginativas y reflexiones de Sabina, whisky en mano.

Lo peor: El exceso de relevancia del director de la obra, que acaba perjudicando al verdadero protagonista.

Nota: 7/10