Título original: Priscilla
Año: 2023
Duración: 110 min
País: Estados Unidos
Dirección: Sofia Coppola
Guion: Sofia Coppola (Memorias: Priscilla Presley)
Fotografía: Philippe Le Sourd
Música: Phoenix
Reparto: Cailee Spaeny, Jacob Elordi, Dagmara Dominczyk, Ari Cohen y Tim Post.
Productoras: A24, American Zoetrope, Stage 6 Films, The Apartment.
Género: Drama
Ficha completa en FilmAffinity
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Baz Luhrmann consiguió en 2022 que se despertara de nuevo la «Elvismanía«: el mundo volvía a hablar de Elvis, una nueva generación conoció a «el rey del rock and roll» y sus canciones volvían a ser escuchadas.
No es de extrañar que Sofia Coppola viera ahí la oportunidad de narrar la historia de Elvis desde el punto de vista de su mujer, o mejor dicho, narrar la historia de la propia Priscilla.
Dicen que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, y el cine ha bebido muchísimo de esta frase. Recientemente lo hemos visto en nuestro cine con Saben aquell (Trueba, 2023) o en el cine americano con Jackie (Larraín, 2016). Películas que no solo complementaban la figura del hombre (siguiendo el ejemplo, Eugenio o JFK); sino que daban forma, importancia y peso a la mujer que había detrás de este (siguiendo el ejemplo, Conchita o Jackie Kennedy).
Entiendo que este era el objetivo de Priscilla, acabar de dar los últimos trazos a la figura de Elvis y dar fuerza y voz a la figura de Priscilla, pero no consigue ni lo uno ni lo otro.
El principal problema que tiene la cinta es Elvis, el cual está tratado como si de una parodia se tratara, ni Jacob Elordi está reconocible como él ni sus aportaciones a la historia son nada significativas. De la misma manera que sí que hay un buen trabajo por parte de Cailee Spaeny, el trabajo de Elordi es dantesco.
Según palabras del propio actor en El Show de Jimmy Fallon, el actor confesó que lo único que sabía de Elvis antes de conseguir el papel era gracias a la película de Disney Lilo y Stich (Sanders, DeBlois, 2002). No solo eso, sino que explico que encaró el proyecto como si se tratara de Blue Valentine (Cianfrance, 2010) , como «un drama entre una relación heterosexual, sin Elvis ni Priscilla, para Sofia Coppola«.
Todo esto puede llegar a explicar que no veamos ni un atisbo de Elvis en él, haciendo que cualquier parodia vista anteriormente sea mejor representación del mito que la suya. A su vez, las líneas de guion estrechamente relacionadas con él son ridículas. Cada vez que aparece Elvis en pantalla es para entablar conversaciones con Priscilla prototípicas, que no aportan nada y que son previsibles y simples.
Lo que llega a salvar la película, aunque tampoco esté bien trabajado del todo, es cuando la historia que gira alrededor de Priscilla. Mejor dicho, cuando la película se centra en la adolescencia de esta.
En el momento en que arranca la película vemos a una joven Priscilla viviendo en una Base Militar de Alemania (debido a que su padre fue destinado allí) sola y sin ganas de esta nueva etapa. Justo en ese momento de su vida, acaba conociendo a Elvis y empieza a formarse una relación entre ellos.
Estos primeros años en los que ella sale con él, en los que los padres están en contra de dicha relación, en los que él acaba volviendo a Estados Unidos dejando a Priscilla en Alemania,… Estos son los aspectos de su vida realmente interesantes que sirven para acabar de concretar como empezó y avanzo la relación de ambos.
Pero una vez Priscilla coge las maletas y se va a Graceland, cuando se empiezan a plasmar momentos que ya conocemos, es cuando la película va cuesta abajo y sin frenos hasta un final que hace preguntar al espectador «¿ya está?«.
De la misma manera que me gusta mucho como narra el inicio en forma de «esta era Priscilla antes de conocer a Elvis», me hubiera gustado que su final hubiera está más centrado en «esta fue la vida de Priscilla después de Elvis»; por el contrario, decide quedarse anclada a una época que conocemos de memoria.
Como decía, Spaeny está realmente bien, y Coppola sigue siendo solvente en la dirección, pero el relato que plantea no da para más.
Conclusión
El punto de partida de Priscilla era bueno: Una «expansión» del Elvis de Luhrmann donde se narra la historia de «el rey del rock and roll» desde el punto de vista de la persona que lo acompañó en su vida. ¿El problema? Que no tiene mucho que contar.