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‘MaXXXine’: una superestrella supersangrienta

Título original: MaXXXine

Año: 2024

Duración: 103 minutos

País: Estados Unidos

Director: Ti West

Guion: Ti West

Fotografía: Eliot Rockett

Música: Tyler Bates

Producción: Coproducción Estados Unidos-Nueva Zelanda-Canadá; de las compañías A24, Bron Creative, Film New Zealand

Reparto: Mia Goth, Halsey, Elisabeth Debicki, Michelle Monaghan, Bobby Cannavale

Compañías: Fifth Element Productions, Frame Film. Distribuidora: Lionsgate International

Género: Terror, ‘slasher’

Ficha en Filmaffinitty

Ti West vuelve a retomar la salvaje Saga X con esta tercera entrega: ‘MaXXXine’ llega para atar los cabos sueltos que quedaron en la primera película y cerrar dicha historia por todo lo alto. Maxine Minsk (Mia Goth) es la única superviviente de un grupo de actores pornográficos que fueron brutalmente asesinados mientras estaban grabando una película y, tras los horribles hechos, intenta rehacer su vida en Los Ángeles mientras persigue su sueño: ser actriz.

Su tranquilidad durará más bien poco, ya que, mientras ella se busca un papel que le sirva como entrada para el cine (y como vía de escape del porno), un asesino en serie despierta su sed de sangre. A su alrededor, sin que ella siquiera repare en los hechos, comenzará la matanza del ‘Acechador Nocturno’, quien se dedica a asesinar personas aleatorias, dejando su firma con un pentagrama grabado en los rostros de sus víctimas. Sus motivos no parecen muy claros y menos aún su modus operandi, pero tiene la mira puesta en algo muy concreto…

Una historia de sangre y fama

El desarrollo de la película es tan rápido que 103 minutos saben a poco, tiene una acción con un ritmo acelerado aunque pase desapercibido. En realidad da la sensación de que estamos viendo un proceso que a medida que pasa el tiempo se acelera e intensifica.

Podríamos hablar de dos líneas discursivas distintas que luego convergen: por un lado, hasta poco antes de la primera mitad de la película, vemos el desarrollo de la vida actual de Maxine, cómo vive y cómo está buscando su salida de una profesión que le llevó a encasillarse en un estereotipo a los ojos de Hollywood y le cierra constantemente la puerta al cine; y, por otro lado, vamos observando la agravación de los asesinatos, los cuales cada vez están más cerca de la protagonista.

Maxine es consciente de lo que sucede a su alrededor, pero en primera instancia decide ignorarlo por su bien profesional, ya que logra conseguir una oportunidad única en la vida de actuar como protagonista en una película de terror. Poco a poco, el Acechador irá aproximándose a ella, acortando la distancia que los separa y haciendo evidente que está detrás de ella.

Para cualquier persona, esto supone una situación de lo más terrorífica. Los flashbacks fruto del estrés postraumático no tardarán en aparecer para advertirle de que algo malvado está cocinándose a sus espaldas, pero no puede permitirse acabar siendo presa del miedo y cometer un error fatal para su carrera, por lo que mantiene la cabeza fría… Hasta que llega su momento de actuar.

Las Mujeres de Hollywood

A pesar de su pasado, el cual nos describen por encima en la película, Maxine es un personaje que destaca por su perseverancia e implacabilidad. Con mente enfocada y nervios de acero, se mueve en la trama como si supiera que la película trata de ella.

A través de los ojos de la protagonista, West nos enseña los entresijos más oscuros de la Meca del Cinedesde las fiestas que recuerdan a las bacanales hasta ese elitismo latente que dificulta el acceso a sus producciones. Vemos una cara oculta del mundo del cine, como habíamos percibido en las otras dos películas de la saga.

Otro tema tratado es la presión que se ejerce sobre la mujer en esta industria. Por parte de Maxine, vivimos la tensión de saber que, si algo sale mal en el rodaje de la película, su carrera acabaría en ese mismo momento.

Por otro lado, otros personajes, como Elisabeth Bender (Elisabeth Debicki), la directora, sufren el peso de una forma más evolucionada o distinguida. A pesar de ser una directora de renombre, se encuentra en una posición inestable en la que debe hacer una grandísima producción para asegurarse el respeto de la propia industria para que pueda continuar la carrera. Numerosos diálogos de la película nos hacen reflexionar sobre la dificultad de ser una mujer en la industria del cine y de la necesidad de destacar para conseguir hasta lo más mediocre.

La narrativa de ‘MaXXXine’ es controversial, crítica y, lo más impactante, resulta muy realista. El personaje de Goth es la descripción de una persona sin nada que perder pero que se encuentra en lo que parece el pistoletazo de salida de una gran carrera. En este ‘todo o nada’, la joven actriz nos enseñará hasta dónde puede llegar una persona con tal de ganar y lo implacables que pueden ser las consecuencias. Realmente, es un personaje único, con mucho poder y personalidad que a cualquier persona le va a interesar por su complejidad.

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Maxine Minsk (Mia Goth) en la gala del estreno de la película que protagoniza. (Foto: Universal)

Una película pulida hasta el final

Por otro lado, las actuaciones en ‘MaXXXine’ son magníficas. Mia Goth encarna a la perfección a Maxine hasta el punto en que parece un personaje hecho a medida de sus puntos fuertes actorales. La expresión severa e imperturbable que mantiene en gran mayoría de la película es un aura difícil de conseguir, y más aún el ser capaz de transmitir el hambre de éxito de la protagonista.

En este filme encontramos una actriz que viene de otro mundillo, concretamente de la música. Hablamos nada más y nada menos que de Halsey. La cantante estadounidense da vida a una de las amigas de gremio de Maxine, haciendo un papel que encaja muy bien con su persona y con un resultado genial.

El punto fuerte de la película está tanto en la contundencia de su historia cómo en las imágenes que la acompañan. La estética muy cuidada y trabajada, junto a los increíbles efectos especiales y maquillajes, hacen que el cómputo total sea una pasada: con escenas realmente impactantes (no aptas para estómagos débiles), una fotografía descriptiva que plasma la esencia oscura de la película, diálogos y mucha reflexión sobre el mundo del cine y la feminidad. Por esa parte, personalmente recomendaría esta película a un público que disfrute las historias escabrosas y los personajes retorcidos.

Ahora bien, sí es cierto que de ningún modo es recomendable para todos los públicos: hay que mirar a través del velo turbio que tiene la historia (pornografía, prostitución, drogas, violencia extrema, excesos, etc.) para comenzar a empatizar. Por esto puede llegar a ser muy incómoda de ver para gente que no sepa entender que se está narrando una historia dentro de un mundo muy tabú. Son cosas que hay que obviar un poco para disfrutarla, lo mismo pasa con las escenas gore (las cuales son además bastante gore e incluso repulsivas).

Otra pega que se le puede sacar es que Maxine es muy propensa a ser malentendida: lo que yo puedo ver como un personaje femenino sin piedad y con un objetivo claro el cual va a conseguir cueste lo que cueste, otro público podría entenderla como una hoja movida por los acontecimientos, infantil, egoísta, fácil e incluso desagradable.

Como conclusión general, la película está muy bien. Cuidada, retorcida y oscura sería la descripción más acertada, con una historia que te engancha con facilidad y te atrapa en una espiral de caos y destrucción del mismo modo que a Maxine. Merece más que la pena darle una oportunidad, sobre todo para ver a una víctima cumplir su sueño de ser una superestrella.