Título original: Maigret et la jeune norte
Año: 2022
Duración: 89 minutos
País: Francia
Director: Patrice Leconte
Guion: Jérôme Tonnerre, Patrice Leconte. Novela: Georges Simenon
Música: Bruno Coulais
Fotografía: Ives Angelo
Reparto: Gérard Depardieu, Aurore Clément, Mélanie Bernier, Anne Loiret, Clara Antoons, John Sehil, Norbert Ferrer, Jade Labeste, Bertrand Poncet, Hervé Pierre, Elizabeth Bourgine, Pierre Moure, André Wilms, Philippe du Janerand
Productora: Ciné@, F Comme Film, SND Films, Scope Pictures
Distribuidora: Selecta Visión
Género: Intriga | Policíaco. Crimen
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Jules Maigret es un comisario recurrente en las obras literarias de Georges Simenon. Desde que se llevó al cine por primera vez en 1932 gracias al director Jean Renoir con La noche de la encrucijada diversas adaptaciones han surgido a lo largo de los años tanto en televisión como en pantalla grande.
Este año el encargado de transmitir la esencia de ese tipo de novelas que se disfrutan frente al calor de una chimenea en los fríos días de invierno con café en mano es Patrice Leconte. Con una extensa carrera a sus espaldas en la que se encuentran las primorosas obras El marido de la peluquera (1990) o La chica del puente (1999), Leconte regresa a las salas con un film que consigue captar inmediatamente la atención del espectador en los títulos de créditos iniciales.
En las primeras escenas de Maigret aparece una delicada joven probándose un vestido para ir a una fiesta a la que no parece haber sido invitada ya que su mirada esconde el peligro de una tragedia ineludible. Tras su enigmático asesinato entra en acción Gérard Depardieu (aquí aprovecharía para recordar que siempre ha sido el mejor Cyrano) encarnando de forma excelsa al inspector Jules Maigret y comenzando así una serie de pesquisas que nos llevaran al desconcierto más absoluto de quién era aquella chica. En el camino, de un modo fortuito, se hallará con otra joven de sorprendentes similitudes que no solamente ayudará de manera inconsciente a crear un perfil preciso de la desaparecida, sino que su presencia también reabrirá indefectiblemente una dolorosa herida sin cicatrizar del pasado.
Alejada del género por su falta de imágenes explícitas o de largas e innecesarias escenas de persecución, Maigret está rodada al estilo más puramente clásico en donde el plácido y lento transcurrir de los sucesos construyen una narrativa de plácidas sensaciones en las cual se entrecruzan la intriga y el drama sin ninguna pretensión oculta. De hecho, el director se sustenta de un apartado técnico intachable para crear una atmósfera que le va a medida.
Y aunque en las descripciones de los personajes se intente huir del maniqueísmo, es hacia el final de la historia cuando precisamente ciertas actitudes secundarias hacen que la resolución del crimen no esté a la altura de la minuciosa y atrayente investigación previa. Pese a ello, el espectador empatizará al respirar el aire dramático que exuda el siempre magnífico Depardieu a través de una interpretación contenida y exenta de sensiblería.
En definitiva, qué placentero es poder disfrutar, en tiempos de tiros, del sabor de una pipa con la lentitud que no disponemos fuera de las salas. Pero Maigret no es únicamente ir en busca de intrincadas pistas, es también recordar unos años 50 en donde muchas mujeres buscaban una nueva vida que tristemente se quedaba en promesa porque el malvivir era injustamente un hecho normalizado.
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Lo mejor: Consigue convertirte en inspector durante todo su metraje.
Lo peor: El factor sorpresa se queda tibio.
Nota: 7/10