Tras su estreno en Estados Unidos en octubre del año pasado, Freeheld, un amor incondicional llega esta misma semana a las taquillas españolas y lo hace de la mano de Julianne Moore y Ellen Page, cara y cruz de dos trayectorias cinematográficas muy dispares. Mientras la segunda parece haber nacido con el éxito bajo el brazo, la notoriedad de Moore ha llegado con el paso de muchos años y como recompensa a una carrera verdaderamente prolífica.
Tanto es así, que puede decirse sin temor a equivocación que la actriz está viviendo actualmente una segunda juventud, acaparando la atención de crítica y público como nunca antes lo había hecho. Por ello hemos querido honrar en este artículo su vida profesional, que hoy pasa por su mejor momento.
Primeros años alejada de Hollywood
Nacida en Fayetteville, Carolina del Norte, el 3 de diciembre de 1960, Julie Ann Smith, más conocida por su nombre artístico Julianne Moore, ha estado acostumbrada desde pequeña a vivir en lugares muy diferentes. Esto se debía al trabajo de su padre, juez militar y Coronel de la Armada, por lo que cambiar de vivienda fue algo habitual en la infancia de la actriz, no solo dentro de Estados Unidos sino también en el extranjero.
De hecho, a sus 16 años, Julianne ingresó en el Instituto Americano de Frankfurt, en donde comenzó poco a poco a interesarse por la interpretación, aunque sin aspiración de alcanzar el estrellato. Sus padres le animaron a seguir estudiando, por lo que unos años más tarde, concretamente en 1983, Julianne se licenció en Bellas Artes por la Boston University. Después se mudó a Nueva York, en donde estuvo trabajando de camarera a la espera de su oportunidad en el mundo del arte dramático.
Ejemplo de perseverancia
Sus primeros pasos como actriz vendrían de la mano de diversas obras teatrales, llegando a debutar en Broadway, hasta su debut televisivo en The Edge of Night en 1984. No obstante, su éxito llegaría un año más tarde, en el que su papel en As the World Turns le permitiría conseguir un Emmy en 1988. Durante estos años, la actriz seguiría alternando papeles televisivos con obras de teatro, así como apariciones eventuales en películas de televisión.
Su salto a la gran pantalla llegaría en la década posterior, con un primer papel importante en La mano que mece la cuna, en 1992, en la que su interpretación llamó la atención de la crítica. A partir de ese entonces, Moore alternaría roles secundarios en películas como El Fugitivo, Nueve Meses o El Gran Lebowski con otros papeles protagonistas, como es el caso de Vania en la calle 42 o Safe. Como curiosidad, cabe mencionar que en esta última Moore se vio obligada a perder tal cantidad de peso que terminó cayendo enferma, lo que le llevó a decidir que nunca volvería a cambiar su cuerpo para ninguna película.
Consolidación en Hollywood
A lo largo de su trayectoria, Julianne Moore se ha mostrado solvente y versátil en cualquier tipo de personaje, aportando un trasfondo y profundidad muy característicos en sus interpretaciones. En los últimos 10 años ha participado en más de 25 películas, ya sea rescatando comedias románticas sin rumbo fijo, como es el caso de Don Jon, de 2013, o culminando el reparto de Crazy, Stupid, Love, uno de los más hilarantes que hemos podido disfrutar recientemente.
Con todo, 2014 fue sin duda el mejor año de toda su carrera, participando en hasta 5 producciones de mayor o menor éxito, desde la acción de Non-Stop hasta la oscura sátira social que es Maps to the Stars. También fue el año que conseguiría su primer Óscar por su papel protagonista en Siempre Alice, en donde su elegante y eficiente interpretación de una mujer con Alzheimer le permitiría llevarse la estatuilla a Mejor Actriz tras cinco nominaciones (tres como actriz principal y dos como actriz de reparto).
En el mejor momento de su carrera
Ciudadana europea desde el año 2011 y madre de dos hijos, Julianne Moore pasa a sus 55 años por un estado de forma inmejorable. Tras haber participado en más de medio centenar de producciones cinematográficas, y haber sido galardonada con un Óscar y dos Globos de Oro, entre decenas de condecoraciones, pocas actrices hay que, hoy por hoy, alcancen el nivel profesional y dramático de la actriz estadounidense.
Echando la vista atrás, hay un factor común a la filmografía de Moore que ciertamente consiguen diferenciarle del resto de actrices de su generación: su enorme acierto y versatilidad a la hora de elegir sus trabajos. La hemos visto protagonizando auténticos blockbusters y siendo nombre propio de decenas de producciones de cine independiente, huyendo del estancamiento y la desidia cinematográfica. A Julianne le gustan los retos, le gusta superarse a sí misma y no repetir con lo mismo una y otra vez. Y esto lo ha confirmado, una vez más, con el estreno de Freeheld, por lo que no debéis perderos la oportunidad de disfrutar de su último trabajo.
Un artículo de Javier Castro Bugarín Mooby’s)