Título original: The last bus
Año: 2021
Duración: 86 min.
País: Reino Unido
Dirección: Gillies MacKinnon
Guión: Joe Ainsworth
Música: Nick Lloyd Webber
Fotografía: George Geddes
Reparto: Timothy Spall, Phyllis Logan, Grace Calder, Brian Pettifer, Colin McCredie, Celyn Jones, Garry Sweeney, Kevin Mains, Iain Robertson, Marianne McIvor, Marnie Baxter, Saskia Ashdown, Anne Kidd, Matt Costello, Olivia Fenton, Sheila Grier, Maryam Hamidi, Ciaron Kelly, Natalie Clark, Steven Duffy, Manjot Sumal, Lynn Kennedy, Keith Warwick, Finlay McLean, Ronan Doyle, Natalie Mitson, Andrew John Tait, Anthony Bowers
Productora: Hurricane Films, Head Gear Films, Metrol Technology, Kreo Films FZ
Distribuidora: APlaneta
Género: Drama | Familia | Vejez
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Más que un título para una película -El inglés que cogió la maleta y se fue al final del mundo- podría ser la sinopsis de la misma. En lugar de ‘El último bus’ o algo parecido, se ha optado por una fórmula que podría sugerir que estamos ante una comedia como la de Hugh Grant de El inglés que subió una colina pero bajó una montaña. Sin embargo sólo es comparable a aquella en cuanto a la extensión de caracteres del título, ya que de comedia escasea. Ni tan siquiera tiene momentos hilarantes como los de la sueca El abuelo que saltó por la ventana y se largó, con la cual también se exageró al denominarla.
Tom Harper (Timothy Spall) se embarca en una última aventura en autobús para reparar una deuda con su propio pasado, más bien una especie de promesa a su difunta esposa. Es el último viaje que queda en el bonobús…No es que se trate de las divertidas peripecias de un abuelo cebolleta como en la peli sueca. Aquí el tono es melancólico, ambientado en un entorno entre bucólico por la campiña y el litoral británico y el clásico panorama grisáceo inglés.
Enflaquecido y envejecido, hallamos a un buen Spall aunque no tanto como en The Damned United, Mr. Turner, El viaje o Negación. Resulta creíble en su papel de anciano obcecado en cumplir esa última promesa. Y menos mal, ya que el resto de actores y buena parte de las escenas de la película resultan excesivamente carentes de dramatismo o profesionalismo. Qué poco creíbles y qué insípidas e insulsas resultan la mayor parte de las situaciones que afronta el anciano en su travesía de autocar de norte a sur por la isla.
¿De verdad son tan impertinentes los británicos? Las minihistorias que tratan de contarnos sobre el racismo, la inmigración, la homosexualidad o la falta de consideración con los mayores son demasiado simples.
No es que sea excesivamente aburrida, pero salvo la superposición de recuerdos de la vida pasada en la presente del protagonista, y lo emotivo de su propósito; se puede concluir que el resto no sería más que un mal documental de viajes de interior de un canal cualquiera de la TDT.
Una cosa queda clara, a priori podría haber parecido que con la película se pretendía hacer apología de las bonanzas y virtudes del turismo de interior por las islas británicas. Pueden quedarse bien tranquilos en Benidorm, Torrevieja y las Baleares. Ni la postpandemia, ni el Brexit, ni mucho menos el recorrido de Timothy Spall por la Gran Bretaña deben amenazar el atractivo de las pernoctaciones ni estancias estivales. A pesar de los acantilados y la campiña, el turismo británico en nuestro país no se debería resentir por esta película.
El inglés que cogió la maleta y se fue al fin del mundo se estrena en cines este 18 de junio.
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Lo mejor: el emotivo propósito del anciano de resarcir una deuda con el pasado.
Lo peor: las minisituaciones a las que se enfrenta el protagonista durante el viaje resultan poco creíbles y demasiado sobreactuadas.
Nota: 5,5/10
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