Heartstopper es una serie de Netflix estrenada el pasado 22 de abril. La serie es una adaptación de los cómics de Alice Oseman, quien también se encarga de llevar a la pantalla esta tierna historia. Por ahora tiene una temporada que consta de 8 capítulos de una duración aproximada de 30 minutos.
Esta serie nos presenta a Charlie (Joe Locke), un estudiante abiertamente homosexual que tiene que lidiar con los comentarios y las burlas de sus compañeros. Mantiene una relación en secreto con otro chico, quien se avergüenza de la situación y, siempre que puede, hace miserable al chico. Más allá de las burlas y el estigma creado por la ignorancia de sus compañeros, Charlie no destaca como el chico más popular del instituto. Su grupo de amigos es reducido, contando con Tao (William Gao), Isaac (Tobie Donovan) y Elle (Yasmin Finney). Es por ello que, cuando Nick (Kit Connor), uno de los populares y del equipo de rugby, se sienta junto a él en clase y lo trata tan amigablemente, Charlie no pueda evitar caer prendido de sus encantos.
A lo largo de los capítulos iremos viendo como la amistad entre Charlie y Nick se irá afianzando. Dando pie a una bonita historia que llenará nuestros corazones de ternura, cariño y paz. Además de la trama principal de Charlie, contaremos con la trama de la escuela para chicas de Elle, junto con sus aventuras y desventuras al toparse con una pareja de chicas: Tara (Corinna Brown) y Darcy (Kizzy Edgell).
Más allá de su contenido enternecedor con mensajes muy alentadores, me gustaría hablar de cómo trata la adolescencia. Quienes me conozcan o estén acostumbrados a leer mis artículos, sabrá que soy una gran consumidora de contenido adolescente. Me he tragado la gran mayoría de series de ese nicho y, sinceramente, hacía tiempo que no veía una serie que se asemejase a mi experiencia en el instituto como Heartstopper. Es cierto que nunca he sido un chico británico de 15 años que se enamora de su compañero de pupitre, pero la experiencia que muestran estos personajes es una experiencia mucho más realista a la que se suele presentar en Élite, quienes, os recuerdo, se suponen que rondan los 16 años.
La gran mayoría de series sobre adolescentes romantizan el alcohol y las drogas en edades muy tempranas, poniéndoles como objetos sexuales y de deseo para el espectador (recordemos que, por muy adultos que sean los actores siguen encarnando a menores). Pero Heartstopper, no, tenemos adolescentes con conflicto de adolescente, que lo máximo a lo que sale es al cine o a las recreativas. Y no hablo solo de Charlie, quien supuestamente lo venden como “el pringado”, los populares también hacen planes de cine, ir a cenar fuera y demás. Es cierto que por motivo de un cumpleaños se muestra una macrofiesta, la típica en la que en series como Ginny & Georgia ya estarían poniéndose hasta el culo de alcohol, pero aquí beben refrescos. Porque series sobre adolescentes que se creen los guays ya tenemos demasiadas, aquí lo que importa es el amor y superar el instituto, que no es poco.
Y no solo quiero destacar esta serie como contenido positivo hacia los adolescentes sin inculcar ni romantizar “cosas de adultos”, hay algo más importante que quiero destacar: La representación LGBTI+. El poder que ha tenido esta serie para el colectivo es importantísimo. La gran mayoría de historias LGBTI+ las tratan desde el «megadramón». Donde no hay cabida a la felicidad para un gay, una lesbiana o una persona trans. Mientras que, en Heartstopper, a lo largo de los capítulos, se demuestra cuán válido es identificarte como te sientas tú de verdad. Siempre habrá alguien ahí que te apoye.
Recuerdo cuando era adolescente que la representación LGBTI+ era prácticamente nula, si acaso teníamos a Fer y David de FoQ y Fernando y Mauri de ANHQV, al igual que Bea con Rosa o Inga. Y, aunque debo sentirme afortunada porque ya eso es más representación que la de otras generaciones, no era una representación del todo positiva. Constantemente había drama y conflictos, apenas había momentos de paz y felicidad para los personajes. Y bueno, ya ni hablemos de la representación de las personas trans. Que literalmente creo que la primera que vi en televisión, de forma no irónica o satírica, fue en Glee. Además, que el personaje trans aparecía ya en temporadas más avanzadas cuando casi ya rozaba yo la edad adulta.
Aunque también digo, Glee fue muy rompedora para los adolescentes LGBTI+. Por fin empezaron a mostrar una realidad que nadie se atrevía a contar. Así que debo añadirla como referente positivo que ayudo a que series como Heartstopper ahora puedan caminar.
Pero, ¿cuántos años han pasado desde Glee? Bastantes, sí, pues todo ese tiempo ha pasado sin haber una serie adolescente en el que ponga un foco positivo y alentador para los chavales del colectivo. Aunque es cierto que últimamente vemos cada vez más series con personajes del colectivo. Y muchos con historias que nos tocan la patata, como con las chicas de Todo es una mierda. Pero en la mayoría de casos, los personajes gays, lesbianas, trans, bi o no binaries, suelen ser de tramas secundarias o, incluso de tramas de relleno. No se les ha puesto suficiente foco, ni voz para poder representar todo lo que ha hecho esta serie.
Heartstopper no solo te presenta una historia cargada de personajes LGBTI+, sino que te lo representa de forma alentadora. Es capaz de demostrar que también hay felicidad para las personas del colectivo.
Espero que todos esos pequeños adolescentes, que todavía no hayan podido tener el personal debate sobre su identidad sexual y de género, les aliente esta historia a reafirmar su cisheterosexualidad o a sentirse cómodo o cómoda o cómode a identificarse con la etiqueta que se adecue más a su ser. Esta serie enseña a tratar tu identidad desde el respeto y muestra que una historia bonita de amor puede ser real. No todo será fácil, como vemos con Tara y Darcy, pero nunca estarás solo.
Y ya cambiando radicalemente de tema, en cuanto al futuro de la serie, todavía no está anunciada ni su continuación ni una segunda temporada. La historia, tal y como se comentó al inicio, es la adaptación de unos comics de Alice Oseman. Ya tiene escritos varios tomos, por lo que la historia de Charlie y Nick continúa. Según tengo entendido, los siguientes tomos muestran unas historias un poco más dramáticas. Por lo que, en vista de lo comentado sobre su historia tan positiva con un mensaje potente, no sé si realmente deseo que la continúen por un camino más dramático y con mensaje, tal vez, negativo.
Ya que no soy vidente y que no sé qué pasará en el futuro, solo me queda comentar las evidencias y lo que tenemos delante. Lo que sí sé a ciencia cierta es que Heartstopper es una magnífica serie que, seas LGBTI+ o no, deberías verla. Es la serie ideal para esos momentos en los que no quieres dramas, solo paz, tranquilidad y ternura.