La Maternal, la nueva película de Pilar Palomero tras su aclamada Las Niñas, era una de las obras españolas más esperadas de final de año y ha llegado ya a salas de nuestro país. Salió reforzada del Festival de San Sebastián después de que su protagonista, Carla Quílez, se convirtiese en la Concha de Plata a la Mejor Interpretación Protagonista más joven de la historia, con tan solo 14 años. Ahí es nada.
35 Milímetros ha tenido la oportunidad de charlar con ella y con Ángela Cervantes, su madre en la ficción y una de las actrices jóvenes que más están creciendo en el panorama cinematográfico español reciente (Chavalas, Fuimos Canciones…).
Pregunta: Para empezar, ¿qué fue lo primero que pensó cada una cuando leyó el guion de la película?
Carla: Lo mío es breve (risas). Yo no vi ni el primer guion ni el definitivo. Lo que ocurrió es que Pilar no quería que yo interpretase a la Carla de la película, sino que fuese la Carla de la película la que se metiese en mí y pudiera ser yo al natural. Como la película ha sido y ha quedado tan bonita, no quiero leer jamás el guion y ver cómo estaba previsto.
Ángela: Cuando a mí me llega la separata para el casting me emocioné mucho. Me daba respeto meterme en una historia así, pero al ver que estaba tan bien escrito y que una mujer como Pilar iba a capitanear el proyecto, estuve convencida desde un primer momento. Me siento muy afortunada de haber podido participar en La Maternal.
P: ¿Cómo es un día normal de rodaje con Pilar Palomero?
A: Muy divertido. A pesar de que tratábamos temas muy serios y muy duros, Pilar tiene un sentido del humor muy especial, es muy cariñosa y cercana y crea un ambiente muy bueno en el set. Siempre prioriza que las actrices y el equipo esté bien. Es una genia, tiene una sensibilidad única y creo que somos afortunados como industria de tener a una cineasta como ella.
P: ¿Sabíais de la existencia de centros de ayuda a madres menores de edad, como en el que se desarrolla la película, antes de iniciar el proyecto?
C: Yo no sabía nada del tema. Me cogieron para hacer la película con 13 años y no estaba nada familiarizada con este tipo de casos y centros, pero con todo el equipo detrás fue sencillo enterarme de cómo funcionaban.
A: Yo tengo amigos que son trabajadores sociales pero que se dedican sobre todo al ámbito de los centros de menores, pero sí sabía que existían porque algunos de ellos habían trabajado en este tipo de instituciones en el pasado. De hecho, una de mis amigas trabajó en el mismo centro en el que estuvieron algunas de las chicas que salen en la película. Es una de esas cosas que, desgraciadamente, prefieres mirar un poco para otro lado pero que deberían estar más presentes y valoradas.
P: Hay una escena muy potente al final de la película a través de una conversación telefónica entre ambas. ¿Cómo fue preparar y rodar esa escena?
C: Es una de las escenas que más suele gustar a la gente. Interpretar esa escena después de todo el recorrido de mi personaje fue muy exigente, pero tener a Ángela al otro lado del teléfono en todo momento, aunque Carla necesitase tenerla al lado físicamente, fue muy reconfortante e hizo todo mucho más sencillo. Es una escena muy bonita y emocionante.
A: Esa escena, con la canción de Estopa ‘Tu Calorro’, es muy especial. Para Pilar esa canción significaba la unión entre madre e hija y funcionaba a modo de nana. Tuve que ir a clases de canto porque lo de cantar es un tema que me cuesta (risas) y recuerdo que además pasé un poco de apuro porque estaba ahí cantándole a un móvil delante de todo el equipo, pero fue en definitiva un momento súper sentido.
P: ¿Cómo fue el proceso de preparación de esa relación madre-hija tan llena de altibajos y momentos de tensión?
C: Cuando ya estábamos las dos seleccionadas para este proyecto, nos fuimos una semana a Cardedeu con Pilar, Jordan (mi novio en la película) y Rubén Martínez, tutor del centro de ayuda en la vida real y en la película. Estuvimos una semana conviviendo, haciendo actividades como concursos de cocina con el fin de forjar una relación y trabajando la interpretación, sobre todo a base de improvisaciones. Nos centramos sobre todo en interpretar lo que había pasado antes de los hechos que salen en la película, para entender cómo se había llegado a ese momento.
A: En esa semana el objetivo era generar una relación que pareciera creíble. Al fin y al cabo éramos dos desconocidas que en poco tiempo teníamos que parecer madre e hija, con todo lo que eso implica. Nos hicimos muy amigas en la vida real y creo que eso se nota en el resultado final. Hay mucho amor en esa relación y en vida real también nos queremos mucho.
P: Carla, tú te has convertido en la Concha de Plata más joven de la historia pese a que no sabías muy bien en un primer momento lo que significaba un festival como el de Donosti, ¿qué significó este premio cuando te enteraste?
C: Yo no sabía ni lo que era recibir una Concha. Era mi primer festival y era en San Sebastián. Creía que, por mi edad, no podía optar a premio y que era solamente Pilar y la obra quienes podían ser premiadas. Cuando se estrenó allí la película, empecé a leer críticas que decían que Ángela y yo podíamos ser Concha de Plata ex aequo y comencé a pensar: ¿y si pasa? No le di más importancia y me fui de San Sebastián después de haberlo pasado en grande pero con nada pensado acerca de ser premiada. A los dos días, Pilar me llama y me dice que he sido nombrada Concha de Plata a la Mejor interpretación Protagonista. No me lo creía. Empecé a llorar junto a mi madre, no sé si de alegría o de tristeza, no sabía lo que sentía. Llegué allí de nuevo, vi a todo el mundo, empecé a mirar la gente que había ganado el premio antes que yo y dije: ¿Pero y yo qué hago aquí? (risas). No solo había ganado, sino que era la más joven, fueron muchas cosas a la vez, pero ahora ya lo tengo más interiorizado y lo llevo con bastante normalidad.
P: Para terminar, ¿por qué creéis que es importante que la gente vaya a ver La Maternal?
A: Es una historia de amor y de superación que cuenta un hecho que pasa en la vida real aunque muchos no lo tengan en mente. Abre debates y muestra realidades que son necesarias que se sepan. Creo que la educación sexual es responsabilidad de todos y aunque no podemos decidir cuánto dinero dedicarán a ello las instituciones, sí que podemos sacarlo a la palestra e intentar concienciar a la gente, y creo que La Maternal lo hace.