En una tarde sevillana, que más que otoñal aparentaba ser de primavera, nos reunimos con Cédric Kaplisch. El realizador francés, conocido por películas como Una casa de locos (2002), y la más reciente Nueva vida en Nueva York (2013), presenta en la capital andaluza su ultimo trabajo, Nuestra vida en la Borgoña, un drama familiar con tintes de comedia ambientada en las tierras de viñedos de su país natal.
Durante el breve, pero agradable encuentro que mantenemos, charlamos con Kaplisch sobre el rodaje de su película, sobre la situación que atraviesa la industria actual y los próximos proyectos que tiene en mente.
PREGUNTA: ¿Cómo y cuándo surgió la idea de esta película?
CÉDRIC KAPLISCH: He sabido, desde hace unos 10 años, que quería hacer una película sobre el vino, y he estado buscando un tema principal durante este tiempo. Hasta que en 2010 fui a ver el proceso de cosecha porque quería ver cómo era la época de la vendimia y cuando lo vi supe que iba a hacer una película sobre ello. Así que la idea comenzó a desarrollarse en mi mente y creo que lo que más me gusta de ella es que es sobre el vino pero es más sobre las nuevas generaciones; la gente joven de hoy en día y la familia.
P: ¿Borgoña fue el primer lugar pensado para rodar o tenía otras opciones en mente?
CK: Sabía que iba a ser en Borgoña, principalmente porque es la región de Francia relacionada con el vino que mejor conozco. Sabía que iba a ser imposible hacerlo en Burdeos, por ejemplo; los lugares en los que se hace el vino son demasiado grandes, ocupan cientos de hectáreas. En Borgoña no hay grandes compañías; son negocios muy familiares y con un toque más artesanal, por eso quería hacerlo en Borgoña.
P: ¿Qué fue lo más complicado durante el rodaje?
CK: Creo que las escenas más complicadas fueron las que implicaban a mucha gente; como durante la cosecha, cuando hacen la fiesta… Fue complicado rodar esas escenas porque fue complicado para los actores actuar, ya sabes; se supone que están borrachos y hacerlo creíble durante toda la noche y con tanta gente durante la fiesta fue complicado el ¿¿hacerlo realista?? sin tener vino durante los rodajes risas , eso fue complicado pero por otro lado, por supuesto; fue muy especial el rodar esta película durante todo un año ya que lo rodamos en cuatro veces, durante las cuatro estaciones pero se trataba tan solo de ser paciente. Nos llevó mucho tiempo hacerlo, pero igualmente fue una película fácil porque habla mucho de la naturaleza y fue muy agradable rodar en viñedos rodeados de naturaleza, que es algo que no había hecho antes.
P: ¿El paso de las estaciones es una metáfora de la evolución de los personajes?
CP: Sí, por supuesto; porque quería comparar la evolución de la familia y de los hermanos y de la naturaleza con el paso de las estaciones. Ya sabes que obviamente existe una evolución para las uvas y para el vino, y en la película quería mostrar cómo era para los tres personajes el ser niños, el pasar de jóvenes a adultos y el convertirse en padres. Así que de alguna manera estaba intentando comparar como el vino evoluciona, como las uvas pasan a convertirse en vino y como los jóvenes se convierten en adultos.
P: ¿Qué cree que le gustará al público sobre la película? ¿por qué deben verla?
CK: Mucha gente me pregunta “¿Si no me gusta el vino me puede gustar esta película?” risas y la respuesta es “sí” porque los niños puede ver esta película y normalmente a una persona de 10 años no le gusta el vino y también a adultos que no beben vino les puede gustar esta pelicula. Creo que es por el tema sobre la familia con el que los espectadores pueden identificarse ya que, aunque no tengas hermanos sí que tienes una madre y un padre, y la película habla sobre la familia sobre lo que ocurre dentro de la familia, por lo que creo que cualquier persona puede sentirse identificada.
P: ¿Qué opina sobre la situación de la industria del cine? ¿cómo podría mejorar?
CK: Creo que toda crisis trae algo nuevo consigo y hemos tenido muchas crisis en la industria del cine. Esta última es definitivamente la “revolución digital” porque antes se rodaba con película y ahora se rueda con vídeo, lo que cambia totalmente una película. Lo mismo pasa con la financiación en la industria cinematográfica ya que está cambiando la forma en la que se financia pero creo que soy optimista al respecto, porque hacer una película es más simple ahora que antes; las herramientas y vídeos son más fáciles y asequibles para la gente joven que quiere hacerlo. Lo tienen más fácil que los de mi generación, e Internet ha creado una competición entre los cines y la televisión, pero también ha creado más opciones para rodar películas por lo que existen más formas y facilidades de convertirse en director hoy en día.
Es una situación complicada; has mencionado la crisis y creo que durante una crisis hay menos financiación, menos dinero y es más difícil hacer películas, pero también al ser menos caro soy optimista ya que lo esencial es que existe una nueva generación. En Francia puedo ver muchos jóvenes directores que no hacen las cosas como yo o como mi generación las hacemos.
P: ¿En qué o quién se inspira para realizar su trabajo?
CK: Soy de una generación que ha visto principalmente películas antiguas desde el inicio de la historia del cine, por lo que me encanta Fellini, me encanta Hitchcock, los clásicos… Y no tiene por qué ser cine francés; me gusta Renoir, me gusta la “Nueva ola” ;especialmente Truffaut, pero probablemente prefiero el cine extranjero así que considero mis gustos muy eclécticos pero creo que todos los directores y todas las películas pueden ayudar a crear una película.
P: ¿Puede contarnos alguna anécdota del rodaje?
CK: Ocurrió algo divertido el primer día cuando los tres actores llegaron a Borgoña. En los viñedos en los que rodamos les invitaron a probar el vino y el primer día bebieron mucho hasta que estuvieron completamente borrachos; entonces les grabé con mi iPhone para guardar el recuerdo de cómo son cuando están realmente bebidos. Cuando estábamos rodando la escena de la borrachera les enseñé como eran cuando estaban borrachos de verdad así que tenían que intentar tomarlo como referencia y fue muy divertido. El no poder pronunciar bien cuando estaban hablando vino de ese primer día. En esta película intenté muy a menudo tomar cosas de la realidad para no crear ficción.
P: ¿Cuál ha sido el mejor consejo que le han dado sobre su trabajo?
CK: Es complicado porque hacer una película es como cientos de trabajos en uno. Cuando escribes te pueden dar consejos sobre escribir el guión, cuando te encuentras con problemas técnicos, cuando tratas con los actores, cuando tratas con la organización, durante la edición… Por lo que creo que he recibido muchos tipos de consejos de diferentes personas para cada etapa, para cada momento. “Un buen consejo es desarrollar tu curiosidad”, alguien me dijo esto cuando tenía 18 años.
Decían que antes de hacer películas hay que intentar cultivarse a sí mismo e intentar ser curioso, ya que creo que hacer películas se trata de unir muchas cosas diferentes: durante la edición; la música, las imágenes, las escenas, el ritmo… es unir muchas cosas distintas, como el actuar con el escribir o cosas así, por lo que creo que es necesario poseer talentos variados para usarlos en conjunto; ese sería mi consejo.
P: ¿Tiene algún otro proyecto en mente?
CK: Estoy escribiendo dos cosas diferentes: una serie de televisión y otra película por lo que estoy trabajando en dos proyectos actualmente.
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