Varias productoras y distribuidoras, investigadas por posible fraude con las subvenciones del Ministerio de Cultura.
¿Cuántas veces ha tardado varios minutos en darte la taquilla una entrada para esa noche? ¿Cuántas veces has escuchado, entre susurros «están ya todas vendidas, ¿no?» ? E instantes después, sorprendentemente, te dan una entrada, y lo más sorprendente, la sala, al final, está casi vacía, o vacía al completo. Muchos espectadores habituales de los cines españoles ha vivido esta extraña situación. Obviamente, esto no quiere decir que se haga alguna práctica fraudulenta en ese momento, ni que todos los cines españoles las realicen, pero la situación es, cuanto menos, extraña. Engordar los datos de taquilla es una práctica antigua, aunque no muy frecuente en teoría, y que el público piensa que es para hacer pensar que una película ha tenido más éxito del esperado y así, atraer a más gente a las salas. No es así.
Esta práctica fraudulenta se realizaría en ocasiones, según la Fiscalía de Madrid y otras fuentes, para que la producción de una película acceda a las millonarias subvenciones del Ministerio de Cultura , que precisa de un número de espectadores para conseguir ayudas que pueden superar el millón de euros en caso de lograr la cifra mínima de 60.000 espectadores. El fraude consiste en crear espectadores «fantasma», entradas vendidas según la taquilla pero no en la realidad, copando las salas hasta alcanzar la cifra necesaria de espectadores.
Según el informe del ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales) al que tuvo acceso el medio EL País y EFE entre otros, 38 películas están siendo investigadas por irregularidades en sus datos de exhibición, películas que fueron estrenadas entre 2012 y 2015.
Fueron los trabajadores de una sala de exhibición los que denunciaron los primeros casos de irregularidades en varios títulos. Según las declaraciones de los inpectores de Hacienda, en ocasiones fueron a exhibiciones en las que el único espectador era el mismo inspector, mientras que las entradas vendidas superaban las 60 plazas. Estas prácticas son, en teoría, minoritarias, siendo varios productores los investigados en este momento.
Desde 35 Milímetros, aconsejamos a nuestros lectores que llenen ellos mismos las salas, sin necesidad de fantasma alguno, siempre y cuando la película merezca la pena.