Título original: Diecisiete
Año: 2019
Duración: 100 min.
País: España
Dirección: Daniel Sánchez Arévalo
Guion: Daniel Sánchez Arévalo
Música: Julio de la Rosa
Fotografía: Sergi Vilanova
Reparto: Biel Montoro, Nacho Sánchez, Lola Cordón, Iñigo Aranburu, Itsaso Arana, Kandido Uranga, Carolina Clemente, Jorge Cabrera, Chani Martín, Mamen Duch
Productora: Atípica Films. Distribuida por Netflix
Género: Comedia | Road Movie
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Nada más y nada menos que seis años son los que ha tardado Daniel Sánchez Arévalo en volver a hacer una película. Durante este tiempo tampoco es que se haya quedado de brazos cruzados, ha estado dirigiendo publicidad para distintas marcas y un cortometraje y ha publicado también su primera novela para adultos. Arévalo es un creador en potencia, sabe lo que quiere contar y cómo quiere contarlo y su trabajo es la máxima prueba de ello. Su última película, La gran familia española, fue un éxito total de taquilla que consiguió además diez nominaciones en los Premios Goya. Por tanto, era de esperar que Diecisiete, la nueva cinta del director (esta vez producida por Netflix), fuese una de las citas más esperadas de la última edición del Festival de San Sebastián.
A pesar de estar fuera de concurso dentro de la sección oficial, decisión bastante cuestionable después de ver que superaba con creces la calidad media que tenían el resto de obras de su misma categoría, Diecisiete logró encandilar a toda Donostia con una apuesta por el cine más familiar, inocente y emotivo. Sí, se trata de una propuesta aparentemente muy sencilla, pero la realidad es que el director consigue firmar una comedia que, aun tirando de fórmula, resulta fresca, ingeniosa y muy emocionante.
Diecisiete cuenta la historia de dos hermanos separados por sus diferencias que se reencuentran en un viaje improvisado en busca de un perro perdido. El mayor de los dos tiene muy asumido su papel de hermano mayor, pero está cansado de las ocurrencias de su hermano que no han hecho más que meterle en líos. El pequeño, precisamente a raíz de estas ocurrencias, ha acabado internado en un centro de menores después de cometer varios delitos. Tras una terapia con perros en la que conoce a Oveja, su nuevo mejor amigo canino, el pequeño de los dos hermanos desarrolla una completa dependencia del que considera que es su perro, suyo y de nadie más. Sin embargo, el animal es adoptado sin su consentimiento por otra familia y esto acaba provocando su huida del centro y su posterior búsqueda con hurtos varios, paisajes cántabros, abuela moribunda y caravana destartalada, incluidos. Toda una amalgama de elementos tragicómicos diseñada específicamente para cautivar al espectador.
Sánchez Arévalo es perfectamente consciente de lo que funciona en una comedia de esta clase y no tiene ningún tipo de complejo a la hora de cumplir todo lo necesario para bordar un producto tan comercial como brillante. No, Diecisiete no será la película del año, ni es innovadora ni tampoco un hito del cine español contemporáneo. Pero eso no quita que se trate de una grandísima película, y eso, a veces en una industria vendida a según qué géneros, franquicias y grandes corporaciones, resulta algo digno de celebrar.
Netflix apuesta por una comedia original para todos los públicos, bien escrita, bien rodada y bien interpretada. Una historia entrañable que en ningún momento parece abusar de clichés a pesar de contener los tópicos usuales del género. Ahí es precisamente donde se nota el talento de Sánchez Arévalo, que demuestra su dominio sobre este tipo de cine y consolida su figura como principal referente dentro del panorama español. Sin duda, estamos ante un director que ha creado un estilo y una marca propios. El público sabe muy bien qué esperar de su cine y, por el momento, siempre ha reaccionado bastante bien a su filmografía. En esta ocasión, además, Arévalo lo tiene más fácil porque no tiene que convencer a nadie de que vaya al cine a ver su nuevo proyecto. Diecisiete está desde hoy mismo en Netflix al alcance de un simple click.
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Lo mejor: El domino que demuestra Sánchez Arévalo sobre este género.
Lo peor: Puede llegar a resultar predecible en ciertos momentos por su abuso de las mismas fórmulas algo manidas.
Nota: 8/10